Especies invasoras

Tres plantas colonizan de forma imprevista los ejes verdes del Eixample

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Consell de Cent, durante a Diada de Sant Jordi.

Consell de Cent, durante a Diada de Sant Jordi. / EPC

Carles Cols

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Han brotado y crecido en los ejes verdes del Eixample como mínimo tres especies vegetales que no estaban invitadas a la fiesta. Dos de ellas han sido etiquetadas como especies invasoras, así que, a mano, porque será la más eficaz de las maneras, serán erradicadas. O ese es al menos el propósito. La tercera, aunque no estaba en el catálogo de plantas elegidas para que los ejes verdes merecieran ese nombre, o sea, verdes, será respetada. Probablemente, sus semillas estaban mezcladas entre las tierras que se emplearon para sembrar o quizá simplemente la naturaleza se ha abierto paso. Es ahora bienvenida porque, estudiados su caso, parece indiscutible que es una bendición para alguna especie de pájaros y para la proliferación de mariposas.

Antes de detallar cuáles son esas tres especies, conviene plantear una pregunta. ¿Es esta una mala noticia? Depende, explican responsables del proyecto. Según se mire, es una prueba del nueve más de que los ejes verdes de Consell de Cent, Rocafort, Borrell y Girona funcionan. Antes de la reformulación urbanística de estas calles, esto hubiera sido imposible. Hay algo peor que tener especies invasoras. Es, salvo por los árboles de los alcorques, no tener ninguna especie. Una vez descubiertas, por las dimensiones de los parterres afectados parece viable tener bajo control la situación. No es, por lo tanto, una mala noticia.

Una mariposa liba en Consell de Cent con Pau Claris, una escena imposible hace solo un año.

Una mariposa liba en Consell de Cent con Pau Claris, una escena imposible hace solo un año. / A. de San Juan

La primera sorpresa (aunque el orden de llegada no está claro) es la presencia de ‘Pennisetum clandestinum’, que los jardineros suelen llamar, entre otros nombres, kikuyu. En Suráfrica y Australia es bastante común. Es maleza pura y dura. Es una hierba de hoja gruesa que requiere poca agua para salir adelante y que se recupera en un pispás si es pisada o pasa sobre ella un vehículo. Es perfecta alrededor de una piscina de uso intenso, peor de eso no hay en el Eixample. Si hace frío, se vuelve pajiza de color, pero a la que sube la temperatura vuelve a las andadas, es decir, ocupa todo el espacio disponible y expulsa al resto de las especies. Es, vamos, muy mala vecina, o sea, todo lo contrario de los que pretenden ser los ejes verdes, un mosaico de plantas distintas.

Dos flores de 'Oxalis pes-caprae'.

Dos flores de 'Oxalis pes-caprae'. / .

La ‘Oxalis pes-caprae’ es la segunda especie a la que los responsables de la jardinería de los ejes verdes proponen declarar la guerra. En cierto modo, es tanto o más indeseable que la anterior, aunque solo sea por razones estéticas. Es una planta que produce una flor vistosa, y con eso podría dar lástima. Sería un error caer en esa trampa. Desde que en el siglo XIX llegó a España, su voracidad colonizadora es muy temida. Se lleva fatal con las plantas autóctonas y, para complicar más las cosas, solo se conoce un método 100% natural para controlar su expansión. La ‘Oxalis pes-caprae’ es uno de los tentempiés preferidos de una especie de polilla, la ‘Klugeana philoxalis’, pero este insecto es endémico de Suráfrica. Introducir especies para controlar a otras suele ser un experimento que termina mal. Además, esa polilla tiene una singularidad que la haría incompatible con la vida urbana. Sale a comer a oscuras. Si se enciende una luz, se desploma como acabara de descubrir que existe la ley de la gravedad. Total, que también tocará arrancar a mano esta planta invasora, por mucho que sus flores traten de causar pena si se hace.

Un caso diametralmente distinto es el del diente de león, que para todos es casi un inevitable recuerdo de infancia. Es como un juguete. Se sopla y salen volando decenas de cipselas, aerodinámicamente diseñadas por la evolución para esparcir la prole de la planta tan lejos como lo permita el viento.

Tampoco estaba esta planta en el proyecto de los ejes verdes, pero pasado meno de un año ya la hay en no pocos parterres. La sentencia en su caso será favorable al mantenimiento porque encaja perfectamente con lo que se pretende conseguir. La jardinería de esas cuatro calles no pretende ser simplemente algo que contemplar. Se desea que sea un círculo de vida natural en movimiento. Que esta primavera hayan sido vistas abejas, abejorros y mariposas, es decir, tres tipos de polinizadores muy profesionales, es todo un éxito, y el diente de león ha contribuido a ello. Es más, esta es una especie que también es un imán ara la presencia de jilgueros, que con algo de suerte podrían ser una de las bandas sonoras de los ejes verdes algunos meses del año.