Laporta deberá prescindir de Xavi si el Barça no acaba segundo

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas

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El ‘caso Xavi’, entre muchos otros, es la demostración de que nadie está al mando en el FCBarcelona. Todo lo que está ocurriendo desde que el técnico de Terrassa presentó su dimisión en diferido es un absoluto despropósito. Todo.

Empezando porque, desde el primer día, Joan Laporta no quería que Xavi se hiciese cargo del equipo y, presionado por las circunstancias, el mito y su amigo Alejandro Echevarría, claudicó. Luego, con el paso de los meses, se ha ido arrepintiendo, pero como el Laporta 2.0 no es, ni de mucho, ni de largo, el primer Laporta, incomprensiblemente se doblegó ante la leyenda y aceptó semejante chapuza de dimisión.

La incapacidad del club para encontrar sustituto o tener un ‘plan B’ (¿se puede saber a qué se dedica Deco?), el desconcierto en todos los estamentos de la institución, la escasísima o nula planificación, la falta de profesionalidad y la imposibilidad de acudir al mercado con dinero o posibilidades de fichar a otro técnico y, por descontado, la desconfianza que existe en Rafa Márquez, que sirve como paraguas pero no como titular del banquillo grande, hizo que, incomprensiblemente, Laporta escenificase, emoción, llanto y palmadita en el pecho incluida, una conferencia de prensa desproporcionada y esperpéntica en la que parecía que el Barça estaba presentando al mismísimo Kylian Mbappé, cuando simplemente confirmaba a un entrenador, que tenía contrato en vigor.

Gesto innecesario

¿Hacía falta tanto oropel para semejante simpleza? O, peor aún, mucho peor: ¿Qué prisa tenía el Barça, que prisa tenía Laporta, para ratificar a un entrenador que estaba tocado y entregado? ¿No habíamos quedado (ellos mismos inventaron esa excusa, a medida que perdían los títulos) que las notas se daban a final de curso? Por no insistir en toda la parafernalia, típica de épocas turbulentas, José Luis Núñez y/o Joan Gaspart, con peregrinación y manifestación en el portal del ático del presidente.

. GIRONA, 04/05/2024.- El entrenador del FC Barcelona Xavi Hernández, durante el partido de la jornada 34 de Liga en Primera División entre el Girona FC - Barcelona FC, en el estadio municipal de Montilivi. EFE/Siu Wu

. GIRONA, 04/05/2024.- El entrenador del FC Barcelona Xavi Hernández, durante el partido de la jornada 34 de Liga en Primera División entre el Girona FC - Barcelona FC, en el estadio municipal de Montilivi. EFE/Siu Wu / Siu Wu / EFE

El paraguas del presidente ha saltado por los aires, ha volado, antes de la gran tormenta que puede llegar si el Barça no acaba segundo, cosa que, visto lo visto (y vista la eficacia, moral y determinación del Girona), es perfectamente posible, muy real.

Digo que la confirmación precipitada de Xavi es un error de la directiva, que dijo que no lo querían y se quedó. Es un desastre a nivel presidencial, pues su corazonada era descartar al técnico, pero le empujó su cuñado. Es un despropósito a nivel deportivo, pues ya se han perdido los cuatro títulos. Es un desconcierto a nivel estratégico porque no había prisa alguna en reforzar al ‘mister’. Y es, sobre todo, un ridículo a nivel comunicativo, pues la escenificación, repito, era como si hubiese regresado Leo Messi.

Es muy difícil pensar que si Xavi no consigue remontar hasta la segunda posición pueda mantenerse en el cargo, por más que él insistió, en Girona, tras la sexta derrota de la temporada encajando cuatro goles, que “no habrá debate sobre mi continuidad”. El tiempo de Xavi, ya pasó. El técnico no volverá a abrir ese melón ¡faltaría más! Ya dijo la primera palabra. Ahora le toca a la directiva, bueno, la directiva ya dijo que no lo quería. Le toca, pues, al presidente.

"No, no, no habrá debate sobre mi continuidad"

Xavi Hernández

— Técnico del FCBarcelona tras salir goleado de Girona

Si el Barça de Xavi no acaba segundo, al margen de perder los 8 millones del premio global por participar y ganar la Supercopa de España, habrá completado una de las peores temporadas de la historia del ‘més que un club’, justo entrando en el año de su 125 aniversario. Peor, imposible. En ese escenario que, repito, no es tan, tan, difícil de imaginar, es posible que Laporta y Echevarría puedan seguir ninguneando a la directiva, pero el ambiente se hará irrespirable, aunque el ‘soci’ continúe anestesiado.

Hay quien defiende que Laporta empieza a culpar más a la plantilla que al técnico, pero eso es falso. Los gritos de indignación en la trastienda del palco de Montilivi (eso sí, grabados por cámaras de TV) iban dirigidos a todo el vestuario, a esa familia tan unida de la que siempre habla Xavi.

Récord de mitos

Hay quien piensa que Laporta se reprimirá a la hora de despedir a Xavi porque, después de no aceptarle la dimisión, ahora sí debería pagarle, a él y a su cuantioso ‘staff’, las fichas de la próxima temporada.

Hay quien cree que Laporta no se atreverá a despedir al entrenador porque no puede pasar a la historia como el presidente que defenestró a tres mitos barcelonistas: Leo Messi, Ronald Koeman, el hombre gol de Wembley, y Xavi Hernández.

Y hay quien piensa, pero, conociendo a Joan Laporta, eso sí parece un gran despropósito, que el presidente y su junta, antes de despedir a Xavi por la pésima campaña y la pérdida del segundo puesto de LaLiga, deberían presentar su dimisión. Y, eso, dado el servilismo con el que se comportan los actuales directivos del Barça, más comparsas que otra cosa, resulta realmente impensable. Esta última posibilidad es un brindis al sol.

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