Mi agradecimiento, también, al personal de los servicios funerarios

Cuando una madre se va, aun a una edad avanzada, su ausencia se hace gravosa. Nada puede suplir -ni se pretende- las vivencias y los recuerdos de toda una vida. Se hace más duro si es en pleno confinamiento, por mucho que intentes consolarte pensando en tantas familias que han vivido lo mismo. La despedida es fría, mínima, y a eso añades que no ha podido celebrarse el funeral que tanto deseaba, rodeada de su familia, amigos y conocidos y con una música ya muy pensada.

En estos meses se ha honrado a los sanitarios, a los comerciantes, a los transportistas, etcétera. Poco se ha hablado del personal de los tanatorios y las empresas que lo gestionan, que tiene un papel fundamental. En concreto, deseo felicitar al crematorio de Granollers, que en su día nos atendió con mucha delicadeza y grandes muestras de condolencia.

He tardado en escribir este agradecimiento por el duelo que supone, pero es de justicia hacerlo. Hará ya casi 15 días de los hechos que describo y en unos momentos tan duros, mostrar sensibilidad hacia el otro que padece, es de gran aprecio. Muchas gracias.