"La libertad de no vacunarse versus la libertad de no asumir los costes sanitarios en caso de contagio"

Una pandemia no es un problema individual sino colectivo, y la vacunación es voluntaria. Alcanzar una situación en la que se pueda controlar esta, la inmunidad colectiva, puede dificultarse por las creencias y la actitud de determinados ciudadanos que rechazan la vacuna. Ante esta postura se podría aplicar aquella famosa frase del cómic de Spiderman: "Un gran poder (libertad de no vacunarse) conlleva una gran responsabilidad (riesgo de contraer la forma grave de la covid-19)".

En nuestra ficha del CatSalut consta el registro de la fecha de vacunación, el tipo de vacuna y el lote administrados. Estas personas antivacunas podrían registrar ahí su voluntad de no vacunarse introduciendo su consigna de "yo no me vacuno", lo que implicaría su compromiso de afrontar personalmente los costes económicos de su tratamiento sanitario si enferman. Tan importante es su libertad de negar la vacuna como la libertad de los vacunados de negarse a asumir unos costes que podrían ser innecesarios.

Recientemente, médicos canarios han explorado la posibilidad de no atender a pacientes antivacunas por el hastío profesional que les produce esta situación. Evidentemente, ambas posturas son inviables y no pueden ser aplicadas por una cuestión de ética.