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La recuperación del empleo no fue cosa de Rajoy

Imagen de archivo de un trabajador en la fábrica de Ford de Almussafes (Valencia).

Imagen de archivo de un trabajador en la fábrica de Ford de Almussafes (Valencia). / Miguel Lorenzo (El Periódico)

Con la falacia del empleo que creó se lamentan los ricos de la inexcusable derogación de una reforma laboral que no trajo nada bueno, más bien al contrario: cercenó las condiciones laborales de los asalariados y encauzó la eclosión del trabajo esclavo, haciendo pobre a gente con nómina.

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Sabemos que un empresario jamás contrata empleados si no los necesita, independientemente de cuál sea en ese instante la legislación laboral: si precisa mano de obra, contratará; si no, por muy barato que sea despedir, no lo hará.

Lo que logró Rajoy fue aumentar la desigualdad al acrecentar los intereses particulares de solo una de las partes, la patronal, que se encontró una herramienta para contratar barato, precario y que le permitía agrandar sus beneficios sin revertirlos a la sociedad, como revelan los datos por todos conocidos.

No, definitivamente, no. Igual que el origen de la crisis mundial no fue Zapatero, la recuperación del empleo no se debió a la reforma de Rajoy del 2012, sino a la recuperación global a partir del 2013.

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