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Información excesiva y confusa, la otra pandemia

Un hombre compra el diario en un quiosco de Barcelona, el 25 de mayo.

Un hombre compra el diario en un quiosco de Barcelona, el 25 de mayo.

Si bien es cierto que el nivel de tensión en la sociedad ya era alto antes de la llegada del coronavirus, también lo es que este subió a medida que los números no daban buenas noticias y, especialmente, con la gran cantidad de información, a veces contradictoria, que inundaba nuestras redes sociales o nuestros televisores.

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Al principio, supuestamente, esto era como una gripe y al final resultó ser mucho más grave, aunque en honor a la verdad la "simple gripe" tiene a sus espaldas mucho más muertos que el covid-19. Nos dijeron que no debíamos tener miedo, pero veíamos en las noticias que los muertos se contaban por miles. Luego nos llenaron la mente con el famoso #quédateencasa, así con 'hashtag' y todo, pero había que ir a trabajar.

Con el distanciamiento social que se necesitaba para evitar contagios, se nos prohibió, por ejemplo, llevar copiloto, así fuera el/la esposo/a, en el coche. Este debería estar sentado de manera diagonal al conductor. Cabe destacar que, a la hora de dormir, esta prohibición quedaba sin valor y podíamos hacerlo con nuestras parejas, si es que las teníamos y, depende del caso, sin distancia.

En lo referente al tapabocas, según lo leído o visto, es algo que sirve pero no sirve, o algo así. Si lo usamos ayuda a no contagiar a los demás por si tenemos el virus, pero lo curioso del tema es que no sabemos si estamos contagiados. Aquí, en España, no ha sido obligatorio su uso hasta ahora, cuando, en teoría, ya vamos saliendo de este problema, algo difícil de entender.

También lees y escuchas información donde te dicen que el 80% de la población va a ser infectada y que algunos ya hemos tenido el virus y no nos hemos dado cuenta. Entonces.  ¿para qué la mascarilla? ¡Y los guantes? ¿Y el gel antibacterial para algo que no es bacteria? ¡O sí? Nunca me quedó claro eso ni el afán excesivo por comprar papel higiénico.

En fin, esto es solo algo de lo que recibimos de los medios de comunicación. Muchas opciones para buscar una verdad y también mucha confusión y caos.

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