"La gran pobreza"

'La gran belleza', película de Sorrentino, mostró una aristocracia decadente desfilando, frívola y descompuesta. Estos días, un español ha recibido 100 millones de un mecenas recién llegado del espacio.

'La gran pobreza' es una tesis del profesor Fabio Salbitano. Habla de vegetación urbana, del beneficio de una estrategia verde para mejorar los entornos: el oxígeno, el agua, los alimentos, la inversión en humedad y viento. El mayor asesino en serie de la historia reciente es la contaminación. La urbanización de la pobreza apunta que en los lugares desfavorecidos faltan espacios para las relaciones en detrimento del bienestar. Siempre los mismos.

El aprendizaje vicario es la forma más generalizada de aprender. La publicidad y sus derivados se aprovechan con premeditación y alevosía. Somos lo que vemos. El gesto de tirar una colilla al suelo esconde lo que tarda en descomponer: arsénico, plomo, durante 12 años. Todo lo hacemos por observación, después vienen otros modos de asimilar, según las oportunidades.

Sujetados por antiguos hilos, vemos diariamente películas donde el 'bueno', el ingenuo o la víctima, mata al 'malo' –por venganza o en defensa propia- con artes militares, provocando la satisfacción perversa de quien asiste al espectáculo desde su butaca. Resulta desolador que en política se hable de pedagogía y se sitúe a la educación como la salvadora de la humanidad mientras la Policía y los maestros llegamos tarde para garantizar una cualidad igualitaria contra cualquier tipo de violencia. Hipocresía.

Es degradante que se hable de buenas dietas cuando los supermercados asequibles para economías hundidas ofrecen una calidad deficiente (comida que luego se va a los bancos de alimentos para engordar a la infancia de la escasez; en los últimos 10 años ha aumentado la pobreza infantil).

Da pena advertir que los que hacen daño son mayormente hijos de la necesidad, mientras otros van haciendo de las suyas gracias a una ciega, mediocre y enconada justicia.