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"Con la crisis del ébola en España se pedían dimisiones cada día"

El perro Excalibur, en el balcón del domicilio de Teresa Romero y Javier Limón, este miércoles.

El perro Excalibur, en el balcón del domicilio de Teresa Romero y Javier Limón, este miércoles. / DAVID CASTRO

Jaime Rodríguez Soto

Desde luego que es un placer leer las cartas de los lectores de este diario, en el que los ciudadanos exponen sus inquietudes, desazón, o reflexionan sobre el mundo en general. Y la pluralidad de ideas que aquí se exponen. Y ahora, con la crisis del coronavirus, es curiosa la divergencia de puntos de vista sobre lo que está pasando y la gestión que ha hecho el gobierno al respecto.

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Estoy muy de acuerdo con las apreciaciones empíricas que hace el señor Sergi Mas Turull en su carta 'Los números y las estadísticas del coronavirus en España hablan', en la que hace una reflexión sobre si ser crítico, con los números en la mano, con la gestión del gobierno hace ser sospechoso de ser de derechas. Dice muy bien el señor Mas de que mal vamos si no puede haber un pensamiento crítico. Yo digo más: mal vamos si no puede haber libertad de criterio y de pensamiento.

Y de ahí me voy a la carta, 'Fernando Simón me ha devuelto la confianza en las instituciones', del señor José Soria Cruz. No voy a entrar a valorar sus apreciaciones sobre la gestión del gobierno, y de Fernando Simón, que para él son buenas. Precisamente acabo de mencionar la libertad de pensamiento, pero me ha llamado la atención cuando teoriza sobre lo que habría pasado si está crisis la hubiera gestionado la derecha en el poder. Bien, pues, teorizando yo también, le recordaré la crisis del ébola durante el mandato de Rajoy.

Esa izquierda en el poder que ahora pide no crispar montó manifestaciones por el sacrificio del perro Excalibur, donde medios afines pedían todos los días dimisiones en una crisis en la que solo hubo un muerto, el propio misionero que ya vino infectado del África. Esa izquierda que ahora está en el poder (y se lo digo yo, que en su momento voté a Podemos) y que ahora pide no crispar,  en la oposición hacía precisamente lo contrario. Crispar al máximo y provocar un enfrentamiento entre españoles.

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