"Es incoherente que a mí no me dejen salir, pero que mis hijas deban ir a trabajar"

Supongo que, como la mayoría de la población, llevo esta situación como puedo: a ratos, con miedo que se transforma en ansiedad y me presiona el pecho hasta hacerme llorar para permitir que entre el aire. Aun así, intento quedarme en casa.

Pero mi indignación ha culminado cuando, después de tenernos todo el fin de semana encerrados y limitando nuestros movimientos hasta el punto de que pueden multarnos y, por lo tanto, no poder pasear con mi pareja, no poder ver a mis hijas ni a mi nieta, el lunes mis hijas han tenido que ir a trabajar, coger el metro abarrotado y contactar con diversas personas... 

¿Así no hay peligro de contagio? No me creo nada.  ¿Qué está pasando? Los niños no pueden salir a la calle, pero sus padres sí para ir a trabajar. ¿Entonces no se contagia?

Volverán a ir a trabajar y se volverán a exponer, y yo seguiré encerrada con mi ansiedad y sin permiso para poder salir a respirar o a ver a mi nieta. Y no, no trabajan en ningún sector imprescindible, más bien todo lo contrario: un trabajo es completamente prescindible y el otro es industria y grandes empresas que no están dispuestas a perder dinero. ¡Todos perdemos aqui! ¿Eso es "juntos"?

Menos aplausos, menos noticias que dicen lo mismo, menos ministros mandando y contradiciéndose, menos reyes que no dicen ni hacen nada, menos mentiras y engaños. Verdad, transparencia y sentido común.

Si yo no puedo salir, mi nieta no puede salir y no podemos vernos, mis hijas tampoco deben poder salir para trabajar: el camino y el riesgo de transmisión es el mismo. Si me paran para multarme mientras camino para intentar aliviar mi ansiedad al lado de mi pareja, que necesita andar para controlar su diabetes, posiblemente me tendrán que detener, porque yo ya estoy harta de callar y obedecer en esta vida.