Elecciones 12 de mayo

Catalunya, ¿nueva etapa política tras el 'procés'? Así la interpretan los partidos

Puigdemont promete una nueva "etapa histórica" para "terminar el trabajo" y acusa ERC de "rendirse"

Así están las encuestas de las elecciones en Catalunya

Alerta máxima en Cataluña por la sequía y la bajada de los pantanos

Alerta máxima en Cataluña por la sequía y la bajada de los pantanos / El Periódico

Quim Bertomeu
Sara González
Fidel Masreal
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Las elecciones catalanas del 12 de mayo pueden marcar el inicio de una "nueva etapa" política tras los años del 'procés'. Así lo indican los barómetros y encuestas electorales y el análisis político, y así lo interpretan y la invocan -con el lógico sesgo partidista- las formaciones que concurren a las urnas en esta convocatoria anticipada. Una cita a la que se llega sin, de entrada, una gran movilización por ir a las urnas. Al contrario, se detecta un notable cansancio e incomprensión sobre el adelanto electoral que ha decretado Pere Aragonès.

La tendencia, según explica la directora del instituto GESOP, Àngels Pont, es a un progresivo regreso al mapa de partidos previo al 'procés' y a la posibilidad, cada vez más cercana, de la creación de gobiernos-puente entre los dos bloques que han protagonizado los últimos 12 años, el independentista y el no independentista. "Volvemos a ese esquema, pero poco a poco, se ve un cierto trasvase, que se hizo muy evidente en las elecciones generales [ERC perdió más de 200.000 votos en favor del PSC] como primer paso y pauta de un cierto retorno al voto dual", apunta Pont.

Pactos entre bloques

La analista considera que si la ciudadanía está mostrando una tendencia a ir 'más allá de', "los partidos deberían empezar a mostrar esta tendencia, que ya se ha producido durante la reciente legislatura con pactos entre independentistas y no independentistas", entre el PSC y ERC. "Se puede ir hacia este escenario, evidentemente en función del resultado electoral", añade la responsable de GESOP.

Uno de los pronósticos en los que coinciden los sondeos de GESOP y el Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) es que el bloque independentista estará más dividido y tiene difícil lograr una mayoría absoluta en escaños en el Parlament que le permita eventualmente un gobierno, de nuevo, entre soberanistas. Aparecen posibles nuevos actores como las candidaturas radicales de Jordi Graupera y Clara Ponsatío de derecha extrema de la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols. Y los votos que el candidato de Junts, Carles Puigdemont, logre de más para sus siglas serán mayoritariamente a costa de ERC en tanto que son vasos comunicantes. En el sondeo del CEO se tendrían que producir los mejores resultados de Junts, ERC y la CUP para que lograran esa mayoría.

De la secesión a la sequía

Frente a esta posibilidad hoy lejana, el principal argumento del PSC y su candidato, Salvador Illa, en toda la campaña, no será otro que el de "pasar página" y superar la política de bloques centrada en el eje identitario. Illa insistirá en las preocupaciones socioeconómicas que, por otra parte, son las que los ciudadanos más sitúan como prioritarios. Es muy significativo que según el último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió, las respuestas espontáneas de la ciudadanía sobre los problemas prioritarios de los catalanes se refieren a la sequía y al cambio climático. Para Illa, hablar de "nueva etapa" es que haya por primera vez en más de una década un president de la Generalitat no independentista capaz de pactar tanto con ERC como con Junts.

De proclamar la independencia a reclamar más dinero

Sin duda, la agenda que el independentismo está poniendo hoy sobre la mesa (salvo la CUP, que está en pleno proceso de reconstrucción interna tras los pésimos resultados electorales en las elecciones españolas y municipales) es un indicio claro de que no existe hoy ninguna viabilidad para plantear desafíos como los de 2017. Los asuntos que Junts y ERC ponen encima de la mesa vuelven a la agenda gradualista del nacionalismo soberanista de inicios del 'procés': una financiación singular o propia para Catalunya, mejorar las inversiones del Estado, implantar el catalán en la Unión Europea, relaciones bilaterales y diálogo institucional. Es significativo que cuando Puigdemont desgranó estas cuestiones en su reciente conferencia no suscitó ningún entusiasmo comparable al que generó cuando proclamó que no descarta volver a proclamar la independencia. Y lo hizo sin plazos ni concreciones.

La desaparición de Ciutadans

Otro indicio claro de un final de etapa es que la aventura de Ciutadans, que nació en paralelo al crecimiento del independentismo, toca a su fin en estas elecciones. Los sondeos confirman la desaparición de un partido que en tan solo seis años y medio ha pasado de ser el más votado en unas elecciones catalanas a, previsiblemente, no lograr ni un solo diputado. Ciutadans hará que sus votos, como ha apuntado el análisis de José Rico en EL PERIÓDICO, vayan a parar mayoritariamente al PP, en detrimento de Vox. En concreto, según el barómetro de GESOP, el PP se quedaría con el 28% de votantes de Cs y el 14% de simpatizantes de Vox.

En el flanco de la izquierda, la CUP aspira a frenar su caída en las últimas encuestas; mientras los Comuns sí apuestan claramente por romper el eje independencia-autonomismo. Tanto es así, que el 'no' de los de Ada Colau a los presupuestos del Govern de ERC ha sido el precursor del adelanto electoral. Ahora, tras esta operación de riesgo y habiendo perdido cuota de poder en Catalunya en las pasadas municipales, abogarán de nuevo por un tripartito de izquierdas parar lograr poder acceder al poder autonómico del Govern. Un tripartito como el que protagonizó Pasqual Maragall, quien disponía de un perfil catalanista netamente distinto al de Salvador Illa, que ha logrado finalizar la travesía del desierto del PSC mediante un discurso muy alejado de la reivindicación catalanista maragalliana pese a tratar de recuperar el concepto de federalismo.

La incógnita de ERC

Pero para que se produzca definitivamente un cambio de tendencia en Catalunya, la clave pasará por ERC. Como afirma Pont, si el PSC confirma la tendencia de las encuestas y logra, con Salvador Illa, una victoria clara, "todo el mundo entenderá que Illa tiene la legitimidad de gobernar y los demás de poderle dar apoyo". En cambio, "será más difícil si todo acaba más igualado". Hoy por hoy los ciudadanos ven claramente ganador a Illa. ¿ERC lo hará president? Los republicanos sostienen que no.

Pero ERC y el PSC han acordado presupuestos catalanes y estatales, los republicanos apoyan al PSOE en el Congreso, entre otros acuerdos. ERC también negó rotundamente que no harían un segundo tripartito y tras las elecciones lo firmaron con José Montilla como president. Y es que es ya conocido, con ejemplos recientes, que las promesas de las formaciones sobre los pactos tienen una credibilidad relativa. Si no, que se lo pregunten al propio Puigdemont, que prometía no investir a ningún candidato a presidente del Gobierno y finalmente dio su sí a Pedro Sánchez.

La épica como programa

¿Qué puede romper esta tendencia? Sin duda la apuesta del expresident Carles Puigdemont, presidencialista e incluso más allá de las siglas de su partido, se basa exclusivamente en conceptos emocionales para romper la desidia que se detecta en el electorado y la tendencia a una victoria del socialista Salvador Illa. Un análisis detallado de la conferencia de Puigdemont el pasado 21 de marzo lo demuestra, porque abundan conceptos como determinación, sudor, esperanza, unidad, liderazgo, acción, cuenta atrás, regreso y, por supuesto, movilización, frente al cansancio que detectan los sondeos. "Fue un discurso para los nostálgicos de 2017", apunta un dirigente de Junts. La agenda socioeconómica no forma parte del mensaje del expresident. Cuando hace referencia a una "nueva etapa", Puigdemont se refiere a una que deje atrás la lucha contra la desjudicialización para centrarse, de nuevo, en la de lograr un referéndum.

Los resultados del CEO para Junts en la encuesta de primavera han sido mejores que los de otoño del 2023, pero es un avance "discreto", según ha apuntado el director del CEO, Jordi Muñoz, en Catalunya Ràdio. Muñoz no se atreve a hacer futurología sobre el 'efecto Puigdemont'. La capacidad de Puigdemont de romper los pronósticos, como sucedió en cierto sentido en las elecciones de 2017, es la principal baza de Junts para tratar de evitar un cambio de ciclo y regresar al esquema clásico del período del referéndum del 1-O.

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