Solo la mitad de Esquerra avala el pacto con Montilla en el Govern

MARC ANDREU / TONI SUST / BARCELONA

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La dirección de ERC sufrió ayer un varapalo inesperado a cuenta de la estrategia republicana en el Govern de Entesa que preside el socialista José Montilla. Un 50,96% de la militancia de Esquerra reunida ayer en una masiva conferencia nacional no votó con la cúpula del partido a la hora de defender el actual pacto tripartito. Con alguna maniobra de por medio, la enmienda crítica de Esquerra Independentista (EI) que abogaba por renegociar la Entesa, defendida por el diputado Uriel Bertran, tuvo un apoyo del 42,71% (818 votos) y un 8,69% de votos blancos (160), que dejaron en un incómodo e imprevisto 48,61% (931) a las tesis oficialistas.

Previamente, la enmienda a la totalidad del Reagrupament (RCat) de Joan Carretero fue rechazada por el 68,72% de los militantes (1.617 votos), aunque elexconsellersalió visiblemente satisfecho al destacar que casi "un tercio" del partido no había seguido la consigna de la dirección en su contra. Superando ligeramente lo esperado, la enmienda de Carretero logró el 22,71% de votos a favor (525) y el 8,9% de blancos (211), lo que ya significó un primer toque de atención a la estrategia oficial.

La dirección de ERC, que abrió la conferencia por la mañana apelando a la unidad, la "responsabilidad" y la "seriedad" --en palabras del secretario general, Joan Puigcercós--, se aferró, al anochecer, al 83% de votos con el que se aprobó el conjunto de la ponencia estratégica presentada por el candidato a las próximas elecciones generales, Joan Ridao. Para entonces, centenares de militantes ya habían abandonado el Palau de Congressos de Catalunya.

ANALIZAR A FONDO

El presidente republicano y vicepresidente del Govern, Josep Lluís Carod-Rovira, clausuró la asamblea diciendo que sabrá "escuchar el mensaje" de los críticos. Lo mismo dijo la portavoz de ERC, Marina Llansana, que precisó que, mañana, la permanente del partido "analizará a fondo las consecuencias del resultado".

Con todo, Carod defendió a capa y escapada la permanencia de ERC en el Govern. Fuentes próximas a él admitieron solo la posibilidad de que elmensajecrítico sea leído en clave de mayor presión al PSC para cumplir a rajatabla el pacto tripartito, pero nunca para renegociarlo. Tras hablar de "empate técnico" con la dirección, eso exigió, en cambio, un eufórico Bertran, forzado a dejar la ejecutiva en julio y recién sancionado con 600 euros por ausentarse en la votación del Parlament que pidió respeto a todos los símbolos a raíz de la quema de fotos del Rey.

"COMPROMETER AL GOVERN"

Secundado por la exdiputada Pilar Dellunde, el líder de EI reclamó que ERC "comprometa al Govern" en la elaboración de una nueva ley de política lingüística, un sistema de financiación para que "Catalunya recaude todos los impuestos" y una aceleración del "traspaso" del aeropuerto del Prat y la red regional de de Renfe. Bertran también pidió a la cúpula de ERC que "recupere la humildad política", haga cambios organizativos y levante el veto como militante al jurista Hèctor López Bofill.

Nadie esperaba un apoyo tan grande a las tesis de Bertran, que la dirección ubicaba muy por debajo de Carretero. Las siete enmiendas de EI lograron un promedio del 36% de votos a favor, superando el 41% en las que instaban a renegociar la Entesa y a separación los cargos de partido y de Gobierno. Haciendo de la necesidad virtud, la postura oficiosa de varios dirigentes republicanos tras el toque de atención era destacar que "Carretero se la ha pegado".

En los pasillos, sin embargo, afines al críticoexconsellery fieles a Carod opinaban que quien se la pegó fue elconsellerJosep Huguet. Su vehemente réplica a la enmienda de RCat, que presentó Albert Pereira, causó estupor, por dura. Huguet recibió silbidos apagados por aplausos.

En cambio, Bertran presentó su enmienda sin réplica oficialista. Su discurso a favor de renegociar el tripartito, calificado de "brillante" por los suyos, logró ese 43% de votos que fuentes próximas a Puigcercós reconocieron que "es importante".

Las mismas fuentes admitieron que el joven diputado de Badalona --exportavoz de las JERC que, antes de ser castigado en junio, era considerado un discípulo de Puigcercós-- "recogió votos de gente que, sin querer un cambio en la dirección republicana, sí quiere que ERC sea más contundente en el Govern".

El reparto de papeles pactado antes de la conferencia impidió oír en público a Puigcercós tras el revolcón a la dirección. Correspondió a Carod apechugar ante el plenario y la prensa con el imprevisto toque de atención. Hábil orador, no defraudó.

EL MACIÀ DE 1931

Carod recurrió a la convulsa historia de ERC en los años 30 para elogiar la "pluralidad" y potencialidad hegemónica del partido, siempre como fuerza de gobierno. Pero recordó que el Francesc Macià que intentó unputschindependentista en Prats de Molló "fue el mismo hombre del 17 de abril de 1931", acusado de "traidor" por cambiar la República catalana proclamada tres días antes por la Generalitat. Claro mensaje a las veleidades radicales de los críticos, que empezaron a velar armas para el congreso del 2008.