Elecciones en Catalunya

El paréntesis de Sánchez sacude la campaña del PSC

La decisión del presidente del Gobierno impacta en la agenda de Salvador Illa y puede repercutir también en sus expectativas electorales

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Pedro Sánchez y Salvador Illa, en la clausura del congreso del PSC el pasado 17 de marzo

Pedro Sánchez y Salvador Illa, en la clausura del congreso del PSC el pasado 17 de marzo / MANU MITRU

Sara González

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El paréntesis de cuatro días que se ha dado Pedro Sánchez para deshojar la margarita y decidir si continúa o no siendo presidente a raíz de la investigación judicial a su esposa, Begoña Gómez, sacude, sin duda, el arranque de la campaña de Salvador Illa en Catalunya. El PSC afronta unas elecciones cruciales el 12 de mayo y la ausencia del líder del PSOE no solo trastoca la agenda -los socialistas catalanes tenían previstos cinco grandes mítines con él-, sino que en la calle Pallars contienen la respiración a la espera de si la senda que tome el lunes el jefe de la Moncloa puede impactar o no en sus expectativas electorales. Por ahora, la dirección del partido receta "serenidad" y mantiene los actos previstos.

De momento, se sabe que Sánchez no estará esta noche en el pistoletazo de salida de Illa desde Sabadell ni tampoco en el mitin de gran formato el próximo domingo en Santa Coloma de Gramenet. La prueba de que este miércoles por la mañana el PSC era ajeno a la decisión que tomaría horas después el presidente es que la jefa de campaña, Lluïsa Moret, anunció en rueda de prensa que habría tres citas más en los que contarían con su presencia: el 2 de mayo en Sant Boi de Llobregat, el sábado 4 en Montmeló y en el cierre de campaña el día 10, con el reto de exhibir poderío en el pabellón de la Vall d'Hebron. Habrá que ver qué pasa con estos tres actos una vez el presidente anuncie su decisión el lunes.

Primera valoración de Illa y reunión de urgencia de la dirección

Sin embargo, la repercusión para Illa puede ir más allá de una cuestión de agenda en un momento en que encabeza todas las encuestas. No es lo mismo afrontar unas elecciones en 15 días con Sánchez en la Moncloa que sin él. Ni es lo mismo someterse al escrutinio de las urnas con una estabilidad en el Congreso, por muy compleja que sea, que con la incerteza de tener que acordar con los independentistas en Catalunya y, de nuevo, en Madrid. Más aún si un cambio en la presidencia o una precipitación electoral de las generales acaban poniendo en jaque la aprobación de la amnistía.

Illa hará una primera valoración de la situación este mismo jueves por la mañana en una conferencia que ya tenía agendada tras las dos comparecencias por la trama de las mascarillas en el Congreso y en el Senado. Y por la tarde, justo antes de subirse al escenario para dar por inaugurada la contrarreloj electoral, se reunirá de urgencia en Sabadell la dirección del partido, un encuentro que será abierto a todos los primeros secretarios de las federaciones territoriales.

Recetar calma

Ante el desasosiego por la incertidumbre del escenario que se puede abrir en cuestión de días, el líder del PSC tratará de impregnar a sus cuadros del temple que entrenó durante la gestión de la crisis de la pandemia como ministro de Sanidad. Sin embargo, dirigentes socialistas no esconden su indignación con lo que consideran una artimaña política y judicial de la derecha contra Begoña Gómez que ha llegado demasiado lejos, por más que tratan de transmitir que un abrupto adiós de Sánchez no tendría por qué alterar la previsión de los sondeos.

La trayectoria ascendente del líder del PSC en los últimos cuatro años ha ido hasta ahora estrechamente vinculada a la presidencia de Sánchez. Él fue quien lo catapultó como ministro, quien le dio galones durante la crisis sanitaria y quien le encargó que sustituyera a Miquel Iceta como candidato en las elecciones de hace tres años para relanzar a los socialistas catalanes. Nadie en el partido duda de que Illa ha labrado la consolidación de su liderazgo y de que su talante ha sido determinante para ganar las tres últimas elecciones en Catalunya y estar en disposición de sumar una cuarta pese al difícil panorama de pactos que se antoja después del 12 de mayo. Pero tampoco nadie duda de la atalaya que ha supuesto para el PSC que Sánchez sea presidente.

Ocho años de simbiosis

Los socialistas catalanes han sido el principal puntal del líder del PSOE desde que en 2016 fue defenestrado y recuperó contra pronóstico el timón para, un año y medio después, llegar al mando de la Moncloa con una moción de censura. Desde entonces, la simbiosis ha sido total con un PSC que ejerció de locomotora para que, con sus resultados en Catalunya en las pasadas generales, Sánchez tuviera a su alcance una suma con los independentistas que le permitiera continuar siendo presidente.

Y también el presidente ha sido determinante para que, con su estrategia de desjudicialización al compás de sus necesidades aritméticas en el Congreso para impedir un gobierno de PP y de Vox, los socialistas catalanes vuelvan a verse ganadores en Catalunya. Que justo ahora que aspira a conseguir la presidencia de la Generalitat Illa tenga que afrontar un escenario sin Sánchez supone una bifurcación de caminos que habrá que ver hasta qué punto supone, o no, un cambio de rasante.

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