La montaña rusa
del PSC

Viaje por los altibajos de un partido que tocó fondo y ahora aspira a presidir la Generalitat con Salvador Illa

La montaña
rusa del PSC

Viaje por los altibajos de un partido que tocó fondo y ahora aspira a presidir la Generalitat con Salvador Illa

Por Sara González (textos) y
Francisco J. Moya (infografías)

De tocar fondo a tener de nuevo a su alcance el regreso a la Generalitat. Este es el trayecto que ha hecho el PSC desde que cayó el gobierno tripartito de José Montilla en 2010 y encajó años de caída libre en las urnas a un presente en el que lidera todas las encuestas tras ganar las tres últimas contiendas -catalanas, municipales y generales- en Catalunya.

Una remontada para la que han sido necesarios hasta tres líderes del partido: Pere Navarro, Miquel Iceta y Salvador Illa. Tres eras -la de la diáspora, la estabilización y el resurgir- han ido al galope de un 'procés' independentista que los socialistas quieren dar ahora por acabado tras la aprobación de la amnistía y con las elecciones catalanas del 12 de mayo en el horizonte. Y tres etapas que también han ido de la mano de las turbulencias del tablero político estatal con Pedro Sánchez surfeando las dificultades al frente de la Moncloa.

La 'era Navarro'

Tras la caída del Govern tripartito, Pere Navarro relevó a Montilla a finales de 2011 al frente del PSC en un congreso muy reñido en el que el entonces alcalde de Terrassa se enfrentó a Joan Ignasi Elena y Àngel Ros. La pugna por la primera secretaría del partido fue la antesala del pulso que librarían en aquel mandato los dirigentes del sector soberanista.

La cúpula directiva del PSC durante el congreso que eligió a Pere Navarro como nuevo primer secretario, el 18 de diciembre de 2011. Foto: Joan Cortadellas

La cúpula directiva del PSC durante el congreso que eligió a Pere Navarro como nuevo primer secretario, el 18 de diciembre de 2011. Foto: Joan Cortadellas

Con Artur Mas como presidente de la Generalitat y el no del Gobierno de Mariano Rajoy al pacto fiscal sumado a la sentencia del Estatut y la crisis de 2008, toma alas en Catalunya la defensa del derecho a decidir. Navarro se sube al carro siempre y cuando sea "legal y acordado" pese a que el PSOE, también en crisis con la caída de Zapatero, lo rechaza.

Acusado de tibio por el soberanismo, el PSC se da de bruces en las elecciones de 2012 encajando el peor resultado de su historia hasta entonces: 20 diputados. Pero Navarro no se echa atrás. En contra de la voluntad de Rubalcaba, que relevó a Zapatero como secretario general del PSOE, rompe hasta dos veces la disciplina de voto en el Congreso en el año 2013 para defender la consulta acordada.

Sin embargo, eso no evita que dirigentes de alta relevancia para el partido rompan el carnet del PSC. Ernest Maragall, Joan Ignasi Elena, Quim Nadal, Marina Geli, Montserrat Tura, Antoni Castells, Toni Comín, entre otros, así como alcaldes y concejales desencantados se enrolan en escisiones de los socialistas y acaban, en la mayoría de casos, en la órbita de ERC o incluso de Junts.

Pere Navarro y José Montilla se abrazan tras la elección del primero como nuevo líder del partido, el 17 de diciembre de 2011. Foto: Joan Cortadellas

Pere Navarro y José Montilla se abrazan tras la elección del primero como nuevo líder del partido, el 17 de diciembre de 2011. Foto: Joan Cortadellas

Los candidatos a la secretaria general del PSC en el congreso de 2011, Ros, Navarro, y Helena Foto: Albert Bertran

Los candidatos a la secretaria general del PSC en el congreso de 2011, Ros, Navarro, y Helena Foto: Albert Bertran

Evolución del PSC en las elecciones autonómicas

Todo ello, mientras Navarro enciende los ánimos del PSOE con sonadas declaraciones públicas como la petición de abdicación del entonces rey Juan Carlos para abrir otra transición o eliminar el "privilegio" del cupo vasco. Si una cosa tuvo clara Rubalcaba, es que se tenía que poner fin a tanta inestabilidad y sellar la paz con la Declaración de Granada de aquel mismo verano de 2013: el PSC dejaría de defender el derecho a decidir y, el PSOE, apostaría por un modelo federal. En las europeas de 2014, con Javi López de candidato, el PSC volvió a encajar un varapalo electoral, unos comicios que también se llevaron por delante al mismo Rubalcaba y que fueron el preludio de la etapa de Sánchez a las riendas del PSOE.

Javi López presenta su lema como candidato a las elecciones europeas de 2014. Foto: Ferran Nadeu

Javi López presenta su lema como candidato a las elecciones europeas de 2014. Foto: Ferran Nadeu

Cuestionado tanto por los críticos como por los capitanes del PSC, Navarro constata que se ha quedado sin apoyos. El 11 de junio de 2014 acaba anunciando su dimisión por el "interés colectivo".

Pere Navarro, aplaudido por sus compañeros de partido, tras presentar la dimisión, en junio de 2014. Foto: Joan Cortadellas

Pere Navarro, aplaudido por sus compañeros de partido, tras presentar la dimisión, en junio de 2014. Foto: Joan Cortadellas

El partido se aboca a una operación a corazón abierto en el que nadie osa coger el bisturí. La diáspora ha ido a más en dos años y medio en los que los socialistas no levantan cabeza mientras el independentismo se dispara.

La 'era Iceta'

La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, hace un amago de coger las riendas aupada por una parte significativa de los factótums del PSC, pero finalmente desconfía del apoyo y se echa atrás. Y es entonces cuando Miquel Iceta, veterano fontanero y negociador del Estatut que creía estar de retirada presidiendo la Fundación Rafael Campalans, levanta el dedo y se postula como 'primer secretari': "Aquí estoy para lo que haga falta".

Así que Iceta es encumbrado como nuevo líder y promete sacar al partido de la UCI, pero del dicho al hecho aún quedaba un buen trecho.

En paralelo al crecimiento del independentismo, que celebra la consulta del 9-N, nace Podemos y los Comuns, a la vez que se dispara también Ciutadans. Las urnas asestan tres duros golpes más al PSC en 2015:

  • En las elecciones municipales, además de perder algunas alcaldías clave pese a retener el poder en poco más de un centenar de municipios, los socialistas se quedan con cuatro concejales en Barcelona mientras Ada Colau asume la vara de alcaldesa.
  • En las generales de finales de 2015, en que con Carme Chacón de candidata obtienen 8 diputados, aún bajan más, hasta los 7 escaños, con Meritxell Batet encabezando la lista en la repetición electoral de 2016.

Lejos de firmarse la paz interna, Parlon se decide a dar el paso y disputarle la primera secretaría a Iceta en el congreso de otoño de 2016. En unas reñidas primarias, la alcaldesa pierde, pero con un 46% de los apoyos de la militancia. Un resultado que le da fuerza para negociar la composición de la ejecutiva con Iceta y que acaba con Salvador Illa como secretario de organización después de un toma y daca entre ambas partes.

Núria Parlon levanta los brazos de Miquel Iceta tras perder con él el congreso de otoño de 2016. Foto: Jordi Cotrina

Núria Parlon levanta los brazos de Miquel Iceta tras perder con él el congreso de otoño de 2016. Foto: Jordi Cotrina

Y si revueltas están las aguas en el PSC, peor están en el PSOE, donde tras encajar los peores resultados electorales en las generales empieza una batalla campal ante la negativa de Sánchez a abstenerse a la investidura de Mariano Rajoy. Iceta cierra filas con el secretario general, a quien los barones acaban expulsando del liderazgo del partido el 1 de octubre de 2016.

Pero el PSC vota en contra de facilitar el Gobierno al PP y abre una nueva brecha con el PSOE que solo logra cerrar cuando Sánchez renace entre las cenizas y vence en las primarias a Susana Díaz, que tenía el apoyo de toda la vieja guardia. Con la Declaración de Barcelona, el PSC inicia una etapa de simbiosis con Ferraz y se convierte en el principal escudero de Sánchez, que da por inaugurado su 'manual de resistencia'.

De la mano, PSC y PSOE se enfrentan al convulso otoño del 'procés' de 2017 que acabó con los líderes del 1-O en la cárcel o fuera del Estado. Los socialistas catalanes participan de la mediación con Puigdemont para que convoque elecciones, cierran filas con la aplicación del 155 y se unen a las manifestaciones de Societat Civil Catalana en contra la DUI.

Pero Iceta, pese a haber estabilizado un partido empequeñecido pero más homogéneo, solo logra un diputado más en los comicios de diciembre de 2017, que los gana Ciutadans. El independentismo, sin embargo, vuelve a sumar.

La suerte de los socialistas da un vuelco con la moción de censura que gana Pedro Sánchez en junio 2018 con el apoyo de Podemos y las fuerzas soberanistas. Al mismo tiempo que Rajoy salía de la Moncloa -en el PP sería Pablo Casado su sucesor-, Quim Torra era investido presidente de la Generalitat. La fidelidad del PSC tiene premio y Meritxell Batet y Josep Borrell son nombrados ministros. Ese mismo mes, el PSC hace mudanza después de casi 40 años en su sede en la calle Nicaragua de Barcelona y se traslada a una sede más pequeña en la calle Pallars.

Pero Sánchez no logra aprobar presupuestos y decide tirar de nuevo los dados convocando unas elecciones generales el 28 de abril del 2019 que, ante la falta de acuerdo para formar Gobierno, tuvieron que repetirse el 10 de noviembre en un contexto de contundentes protestas en Catalunya contra la sentencia del 'procés' y la reivindicación de Tsunami Democràtic. Y, de por medio, las municipales y las europeas.

El PSC empieza su remontada, pero lenta en comparación al crecimiento de ERC, que gana por primera vez unas generales y le arrebata alcaldías clave como las de Lleida o Tarragona, pese a que es Puigdemont quien vence en las europeas. En Barcelona, Illa interviene en la jugada con Colau y Manuel Valls que permite arrebatarle la vara a Ernest Maragall. También en el pacto del PSC con Junts en la Diputación de Barcelona que enciende la mecha entre los partidos independentistas.

Miquel Iceta, entre Núria Parlon y Àngel Ros, con la nueva junta ejecutiva del PSC, el 28 de julio de 2014. Foto: Joan Puig

Miquel Iceta, entre Núria Parlon y Àngel Ros, con la nueva junta ejecutiva del PSC, el 28 de julio de 2014. Foto: Joan Puig

Jaume Collboni y los otros tres concejales del PSC se hacen un selfi en el primer pleno del nuevo mandato municipal, el 14 de julio de 2015. Foto: Ferran Nadeu

Jaume Collboni y los otros tres concejales del PSC se hacen un selfi en el primer pleno del nuevo mandato municipal, el 14 de julio de 2015. Foto: Ferran Nadeu

Carme Chacón, en el inicio de la campaña electoral de las generales, en Badia del Vallès, el 3 de diciembre de 2012. Foto: Josep Garcia

Carme Chacón, en el inicio de la campaña electoral de las generales, en Badia del Vallès, el 3 de diciembre de 2012. Foto: Josep Garcia

Meritxell Batet, en un acto electoral del PSC; el 16 de junio de 2016. Foto: Joan Puig

Meritxell Batet, en un acto electoral del PSC; el 16 de junio de 2016. Foto: Joan Puig

Iceta y Sánchez, en la clausura de la campaña, el 8 de noviembre de 2019. Foto: Jordi Cotrina

Iceta y Sánchez, en la clausura de la campaña, el 8 de noviembre de 2019. Foto: Jordi Cotrina

Jaume Collboni, entre la alcaldesa Ada Colau y el concejal Manuel Valls, tras el pleno de investidura municipal, el 16 de junio de 2019. Foto: Jordi Cotrina

Jaume Collboni, entre la alcaldesa Ada Colau y el concejal Manuel Valls, tras el pleno de investidura municipal, el 16 de junio de 2019. Foto: Jordi Cotrina

Iceta, con el partido cohesionado y sin contestación interna, se consolida como líder del PSC en un congreso a final de año sin sobresaltos en el que la alcaldesa de L'Hospitalet, Núria Marín, es nombrada presidenta del partido. Romper los bloques en Catalunya, señala en el cónclave el 'primer secretari', es clave para lograr volver al Govern.

Iceta y Marín, en el congreso del PSC de diciembre de 2019. Foto: Andreu Dalmau / EFE

Iceta y Marín, en el congreso del PSC de diciembre de 2019. Foto: Andreu Dalmau / EFE

Sánchez pasa de afirmar que no podría dormir gobernando con Podemos a firmar el primer gobierno de coalición de España con Pablo Iglesias y de entonar un duro discurso contra el independentismo a amarrar la abstención de ERC para ser presidente a cambio de una mesa de diálogo. Illa, que ha estado en la cocina de la entente, es nombrado ministro de Sanidad y Batet se convierte en presidenta del Congreso. De nuevo, otro giro en el guion de Sánchez: estalla una pandemia mundial.

La 'era Illa'

Torra es inhabilitado como presidente y se convocan las elecciones catalanas para febrero de 2021. El PSC continúa sin despegar en las encuestas. Y Sánchez decide sacudir el tablero: Illa, el 'superministro' de la pandemia, será el candidato; e Iceta inicia una nueva etapa como ministro de Política Territorial primero y de Cultura después. Entraría también más tarde en el Gobierno la hasta entonces alcaldesa de Gavà Raquel Sánchez.

Hay "efecto Illa" y el PSC gana con 33 diputados, pero la política de bloques continúa y ERC, con la misma cantidad de representantes, pacta un nuevo gobierno con Junts y se hace con la presidencia de la Generalitat con Pere Aragonès al frente. En junio de 2021 llega uno de los grandes pactos de la mesa de diálogo: los indultos a los líderes condenados por el 1-O.

Mientras se acomoda como jefe de la oposición en el Parlament, Illa toma formalmente las riendas del PSC como 'primer secretari' en el congreso de final de año. Promete trabajar para alcanzar la presidencia de la Generalitat y diseña una dirección en la que emergen nuevos liderazgos, como el de la alcaldesa de Sant Boi de Llobregat, Lluïsa Moret.

La ruptura de los bloques en Catalunya llega con el divorcio entre ERC y Junts en octubre de 2022. Aragonès pilota a partir de entonces un Govern en minoría y el PSC tiende la mano para aprobar los presupuestos de 2023 y acaba dando su 'sí' al Govern.

Tras ese gesto, Illa se anota el segundo triunfo de su partido con él llevando la batuta en las municipales del 28-M. El PSC vuelve a ser el partido más votado, recupera las alcaldías de Barcelona -con una nueva jugada 'in extremis' con los Comuns y la participación del PP-, la de Tarragona y la de Lleida, y se impone en Girona pese a no lograr la vara. A costa de exprimir los pactos a izquierda y derecha, recupera poder territorial más allá de su gran feudo del área metropolitana.

Ese éxito contrasta con el descalabro del PSOE en las municipales y autonómicas, en las que se estrella y pierde casi todo su poder territorial. Por contra, el PP de Alberto Núñez Feijóo, que un año antes había relevado a Casado, gana terreno. En un nuevo golpe de efecto, Sánchez descoloca a todo el tablero político y convoca al día siguiente las elecciones generales del 23 de julio.

Illa logra el triplete y el PSC, con Batet como candidata por cuarta vez, arrasa con 19 diputados mientras el independentismo pierde fuelle -ERC y Junts logran 7 diputados-. El resultado en Catalunya catapulta contra pronóstico a Sánchez porque PP y Vox no suman, aunque su continuidad en la Moncloa depende de que Carles Puigdemont dé su sí para reeditar el gobierno de coalición, ahora con Sumar de Yolanda Díaz. Y lo logra. Eso sí, a cambio de una ley de amnistía que antes dijo que no concedería y que el mismo Illa también había rechazado. En el nuevo Gobierno, el PSC se queda con un solo ministro.

El camino es tortuoso para Sánchez. El poder judicial pone el grito en el cielo, se reactivan causas como la de Tsunami Democràtic o la trama rusa del 'procés' y PP y Vox agitan la calle en contra de la amnistía. Para más inri, Junts tumba la amnistía en la primera votación en el Congreso el pasado 30 de enero y estalla la trama de las mascarillas del 'caso Koldo', que se lleva por delante al exministro José Luis Ábalos y que hace temblar a las filas socialistas. Illa defiende su actuación en Sanidad y repite por activa y por pasiva que está "tranquilo".

Con un nuevo congreso, el XV de su historia, fijado para este 15, 16 y 17 de marzo, el líder del PSC engrasa la maquinaria electoral con el objetivo de, ahora sí, alcanzar la Generalitat.

Mientras el PSOE amarra el acuerdo por la amnistía con los independentistas, que finalmente se aprueba, Illa sella su segunda alianza de presupuestos con Aragonès. Pero los Comuns alteran con su 'no' las previsiones y a tan solo 48 horas del inicio del cónclave, el president precipita las elecciones para el 12 de mayo.

Salvador Illa y Miquel Iceta, el 30 de diciembre del 2020. Foto: David Zorrakino / Europa Press

Salvador Illa y Miquel Iceta, el 30 de diciembre del 2020. Foto: David Zorrakino / Europa Press

Lluïsa Moret se dirige a la prensa escoltada por Illa, el pasado 8M. Foto: David Zorrakino / EP

Lluïsa Moret se dirige a la prensa escoltada por Illa, el pasado 8M. Foto: David Zorrakino / EP

Collboni, tras ser investido alcalde, en junio de 2023. Foto: Quique García / EFE

Collboni, tras ser investido alcalde, en junio de 2023. Foto: Quique García / EFE

Marín, Granados, Moret, Batet, Sánchez e Illa, en la campaña de las elecciones de julio de 2023 en Barcelona. Foto: Zowy Voeten

Marín, Granados, Moret, Batet, Sánchez e Illa, en la campaña de las elecciones de julio de 2023 en Barcelona. Foto: Zowy Voeten

Así que, en menos de dos meses, el PSC se la juega con un Illa en la 'pole position' en las encuestas y la incógnita de qué pasará con los bloques rotos en Catalunya y un Puigdemont que, aunque no pueda regresar aún, pretende volver a ser candidato. Los socialistas catalanes creen que, una década después, el 'procés' agoniza y este es su 'momentum'.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Sara González
Infografías:
Francisco J. Moya
Coordinación:
Rafa Julve