Elecciones en Catalunya

Sánchez y Zapatero se vuelcan en la campaña del PSC para llevar a Illa a la presidencia

El presidente vendrá a Catalunya al menos cuatro veces antes del 12 de mayo y el expresidente tres

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Pedro Sánchez y Salvador Illa en el cierre del congreso del PSC

Pedro Sánchez y Salvador Illa en el cierre del congreso del PSC / MANU MITRU

Sara González

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El PSOE se vuelca en la contrarreloj del líder del PSC, Salvador Illa, para intentar ser presidente de la Generalitat. En las próximas tres semanas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vendrá por lo menos cuatro veces a Catalunya, arranque y cierre de campaña incluidos; y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero por lo menos tres, contando que presenta su libro en Barcelona el día de Sant Jordi. Así consta en la agenda de los socialistas catalanes, que no esconden que ponen toda la carne en el asador para lograr una victoria contundente para poder mirar por el retrovisor a ERC y Junts. No les basta con ganar, sino que necesitan impedir que el independentismo sume.

Illa ha escogido Sabadell para dar el pistoletazo de salida a la campaña. ¿Por qué la capital del Vallès Occidental y no Barcelona? El equipo del líder del PSC considera que esta ciudad metropolitana es un "símbolo" del proyecto que representan. Lograron recuperar allí la mayoría absoluta en las municipales del 2023 y es "industrial, activa y dinámica", además de uno de los enclaves protagonistas en la última legislatura por el pacto para construir la B-40.

Llenar Vall d'Hebron

Llegado ese momento, será la segunda vez en una semana que Sánchez pisa Catalunya, ya que la primera será este viernes en la firma del acuerdo con Chery para reindustrializar la antigua planta de Nissan. El presidente volverá también por lo menos una vez más durante la campaña y pedirá el voto junto a Illa el último día antes del veredicto de las urnas desde el pabellón de la Vall d'Hebron, un recinto que se ha convertido en el paradigma de todo partido que busca exhibir fuerza y capacidad de convocatoria.

Zapatero, por su parte, se comprometió a aupar a Illa ya durante el congreso del PSC del mes pasado, en el que confesó auténtica devoción definiéndolo como el "político revelación" de la última década. Además de plantarse en Barcelona el día de Sant Jordi para presentar su libro, estará el sábado 27 de abril en el mitin de Illa en Tarragona y está por confirmar su presencia en algún otro acto más. Más allá del ministro de Industria, Jordi Hereu, el PSC no prevé un desembarco de ministros. Abrigar a Illa de presidente y expresidente y proyectar que él va a seguir la misma senda es el propósito. Y es que no solo se la juega el líder del PSC, sino también el propio Sánchez, que tendrá que tiene por delante el difícil reto de hacer compatible una eventual victoria del dirigente catalán con la estabilidad de la legislatura española, para la que necesita el apoyo tanto de ERC como de Junts.

Más allá del área metropolitana

Un millón de votos y 40 diputados son el objetivo que se han marcado alcanzar los socialistas catalanes para tratar de lograr que esta vez, a diferencia de 2021, Illa no tope con un bloqueo y sí que pueda ser presidente. Movilizar el voto metropolitano está en el epicentro de la estrategia, y de ello da cuenta la intensa agenda de la campaña en el llamado cinturón rojo. Pero no solo, ya que hace semanas que el líder del PSC recorre también la Catalunya interior y se ha propuesto activar los apoyos en Tarragona, Lleida y Girona. Los cabeza de lista territoriales tendrán un recorrido propio, de la misma manera que lo tendrá también la número dos, Alícia Romero.

Además de patearse el territorio, el candidato del PSC ha intensificado en las últimas semanas su participación en foros para explicar su proyecto para Catalunya tendiendo la mano a izquierda y a derecha. La semana pasada lo hizo en una multitudinaria conferencia en las Drassanes de Barcelona, el lunes buscó la complicidad del voto moderado en el Círculo Ecuestre y este miércoles desgranó su programa ante el Col·legi d'Economistes y representantes culturales. En el ecuador de la campaña, Illa buscará también la complicidad de los sindicatos. Todo diseñado para hacer más densos unos vínculos que ejerzan de cojín si logra conquistar la Generalitat.