Ejes verdes

Collboni se compromete a pacificar Rosselló pese a descartar el plan votado por los vecinos

El gobierno del PSC promete que sí peatonalizará un tramo de siete manzanas de la calle, pero marcando distancias con los comunes y el urbanismo táctico

Los ejes verdes del Eixample reconfirman la elasticidad de las licencias comerciales

Unas viandantes en el entorno de la calle Rosselló, en el Eixample, en Barcelona.

Unas viandantes en el entorno de la calle Rosselló, en el Eixample, en Barcelona. / LAURA GUERRERO

Jordi Ribalaygue

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“Sí haremos la pacificación, pero no con urbanismo táctico”. El concejal del Eixample, Jordi Valls (PSC), sintetiza así el viraje que el gobierno del alcalde Jaume Collboni ha dado a un proyecto heredado de tiempos de Ada Colau para extender otro eje verde y reducir el tráfico en una calle más del distrito. En este caso, se trata de un tramo de siete manzanas de Rosselló, entre la cárcel Modelo y el Hospital Clínic

Entidades vecinales como Eixample Respira y la Asociación de Vecinos de l’Esquerra de l’Eixample criticaron semanas atrás que el Ayuntamiento de Barcelona cancelara la reforma, pese a tratarse del plan que recabó más adhesiones en los presupuestos participativos del distrito. Valls replicó en la comisión de urbanismo de este martes que la remodelación de la calle se hará, pero reformulada y no en base al plan votado por los residentes. 

“No haremos la calle Rosselló dentro del proyecto de presupuestos participativos, pero sí estudiamos y valoramos hacer la pacificación de Rosselló”, respondió Valls a Guille López, concejal de los comunes. El integrante de Bcomú opinó que el ejecutivo municipal ha caído en “mensajes contradictorios” con las obras pendientes de la calle. A su vez, reprochó que se desconoce cuándo empezarán los trabajos y afeó también al socialista que se desdeñen los presupuestos participativos. 

“Es un compromiso del Ayuntamiento con la ciudadanía. No se puede no respetar cuando se ha dado legitimidad a los vecinos para que decidan”, recriminó López. El miembro de la oposición enfatizó que se trataría de extender un paso para peatones y bicicletas en un trecho “relativamente pequeño” de Rosselló. Interpretó que el tráfico “no se ve afectado”.

Modelos divergentes

“No necesariamente su modelo de pacificación y el nuestro son los mismos”, opuso Valls. El edil del ejecutivo municipal señaló que las peatonalizaciones no deben reducirse a que “todo sea como Consell de Cent”. “Aunque la valoramos positivamente”, puntualizó a continuación. 

Valls focalizó la discrepancia con Bcomú en el caso de Rosselló en que los socialistas se desmarcan del urbanismo táctico. La fórmula se hizo conocida y resultó controvertida en el mandato pasado, cuando se extendió instalando mobiliario urbano y pintando el asfalto para delimitar metros de calzada ganados para los viandantes. “Si bien el urbanismo táctico funcionó y fue positivo con el covid, no tenemos tan claro que ahora sea positivo”, distinguió el socialista. 

Asimismo, Valls subrayó que resulta necesario estudiar los costes de mantenimiento asociados a la pacificación y definir aspectos como la amplitud de las aceras o el acceso del transporte público. También exhortó a los comunes a no pedir reformas de calle “a golpe de decreto o a golpe de demanda, aunque sea muy legítima”. Además, el concejal remarcó que Rosselló no figuraba en el plan de 21 ejes verdes para el Eixample previstos bajo el mandato de Colau. 

“Haremos una propuesta en su momento que no formará parte de los presupuestos participativos, dicho sea con todos los respetos, pero sí forma parte de la legitimidad democrática que tenemos”, concluyó Valls. López insistió en que la reforma de Rosselló “es necesaria”. “Celebro que la tiren adelante de la forma que consideren oportuna”, zanjó.