Parque empresarial

Uno de los mayores hoteles de Catalunya esquiva el cierre tras un pacto concursal entre la propiedad y los acreedores

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Hotel Don Juan, Lloret de Mar

Hotel Don Juan, Lloret de Mar

Paula Clemente

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El Hotel Blanco Don Juan seguirá rodando bajo la propiedad la familia Aceña tras alcanzar un acuerdo “nada habitual” con sus acreedores meses después de solicitar oficialmente el concurso de acreedores. Este hotel, uno de los mayores de Catalunya, debe algo más de 30 millones de euros, una cantidad que intentó renegociar sin suerte y que no dejó otra opción a la empresa más que declararse oficialmente insolvente. Y, en consecuencia, prácticamente abocarla al cierre. Sin embargo, el concurso ha tenido un final feliz: la inmensa mayoría de los acreedores han aceptado la propuesta de la compañía, con lo que este hotel de Lloret de Mar (Girona) con más de 800 habitaciones y una plantilla de unas 240 personas, seguirá funcionando como hasta ahora.

La historia de este complejo se remonta a los años 70, cuando Juan Aceña, que se acabó convirtiendo en uno de los empresarios hoteleros más conocidos de la Costa Brava, puso en marcha el primer hotel de una cadena que llegaría a tener 12 establecimientos esencialmente repartidos por la costa gerundense. La compañía resultante, en un 95% propiedad del propio Aceña –fallecido este verano– y el resto repartido entre su mujer e hijos, fue creciendo con los años hasta que la pandemia colmó el vaso.

Cuando el covid y las medidas sociosanitarias obligaron al grupo a cerrar sus hoteles, la compañía debía cerca de 22 millones de euros de un crédito hipotecario que había firmado años atrás con la antigua Caixa Laietana y que esta entidad había vendido al fondo de inversión Burlington-Davidson Kempner. En resumen, tal como repasa el medio especializado Economist & Jurist y confirman a EL PERIÓDICO fuentes judiciales, el Hotel Blanco Don Juan y este acreedor habían intentado llegar a un acuerdo a través de varias vías sin suerte, así que, una vez paralizada completamente la actividad por la pandemia, e incluso habiendo contratado a la gestora hotelera Fergusmed para que profesionalizara la gestión del hotel, al complejo no le quedó otra que recurrir al concurso de acreedores.

Más activos que deuda

De trasfondo, en la valoración remitida al juez, la administradora concursal designada para llevar el caso (el despacho Think It Legal) detecta varias cosas: por un lado, que la compañía llevaba cinco años sin ser viable por la mala calidad del endeudamiento, con unas condiciones financieras “inasumibles” por su propia actividad, pero por otro, que disponía de un conjunto de fincas con mucho potencial para revalorizar el patrimonio atribuido a la firma y que, junto a la gestión de Fergusmed, podían revertir la situación.

De hecho, ahí está una de las claves de la resolución favorable del concurso: la masa activa de la que dispone el grupo Hotel Blanco Don Juan se valora en 55,6 millones de euros, un volumen considerablemente mayor a los 30,4 millones que debe en total. Es en buena medida por eso, por la reciente entrada del fondo Terram Capital en el accionariado y porque la negociación se ha hecho con tiempo y con voluntad de cooperación de todas las partes, que, finalmente, se ha llegado a un acuerdo. La familia Aceña se compromete a devolver la deuda a cada acreedor a través de varias vías: pagando al contado al momento pero con una quita del 50% o mediante un plan de pagos a 5 años que permita al grupo devolver la deuda al completo.  

“El derecho concursal tiene herramientas, como el convenio de acreedores, que si se trabaja bien trabajado, puede dar muchas alegrías”, señala, como moraleja, el Administrador Concursal del procedimiento, Octavio Gracia. “El gran problema que tienen la mayoría de empresas que van a concurso es que van demasiado tarde, si se actúa a tiempo se pueden encontrar soluciones, si se trabaja bien, con profesionales, tiempo y cariño, las cosas pueden salir”, concluye.

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