Alimentación

La UB impulsa un observatorio para la investigación y la acción alimentarias

'Mercat de Mercats' degustación de comida en la plaza Catalunya

'Mercat de Mercats' degustación de comida en la plaza Catalunya / ELISENDA PONS

María Jesús Ibáñez

María Jesús Ibáñez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Más obesidad, más colesterol, más hipertensión. Y también más microplásticos, más huella de carbono y más gasto de agua. Todo eso (y más) son consecuencias de una mala alimentación, o de una alimentación mal gestionada. Con el propósito de poner luz sobre estos y otros problemas la Universitat de Barcelona (UB) ha presentado este lunes su nuevo proyecto FARO, las siglas en inglés del Observatorio para la Acción y la Investigación Alimentarias (Food Action and Research Observatory), que nace para tratar "de responder a las preguntas que se susciten en ese ámbito, algo que supone, por otra parte, el cometido de la universidad", ha dicho el rector Joan Guàrdia.

El responsable de la UB ha pedido, de paso, recursos para que el nuevo organismo pueda funcionar con la independencia que requiere, un aspecto en el que también ha incidido una de las promotoras del observatorio, Ana Moragues, que confía en poder trabajar codo con codo "con la sociedad civil, las esferas públicas y las empresas privadas, pero siempre desde el espacio académico".

"Entender qué come una familia o por qué come lo que come es una labor que precisa de muchos agentes: de economistas, por supuesto, pero también de psicólogos, de antropólogos, de expertos en salud y, en el caso de los más vulnerables, de trabajadores sociales y para coordinar toda esa investigación es muy positivo que existan iniciativas como FARO", ha celebrado por videoconferencia Corinna Hawkes, directora de Sistemas Alimentarios y Seguridad Alimentaria de la FAO, el organismo de la ONU para la agricultura y la alimentación.

España, que es el tercer país del mundo en obesidad infantil, tiene un largo camino por recorrer en este campo. "Y no solo en lo relativo a la salud y la nutrición, sino también en todo aquello referido a la sostenibilidad", ha subrayado en su intervención Isabel Peña-Rey,  directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). "Muchas veces nos encontramos con que los niños y sus familias saben cómo comer bien, pero por alguna razón no lo aplican", ha lamentado Peña-Rey, tras hacer hincapié en la importancia de empezar a sustituir las altas dosis de proteína animal que se ingieren en España "por proteína vegetal, mucho más sostenible".

Imagen de archivo de un sistema de riego por aspersión en un campo de manzanos. EFE/Wulf Pfeiffer

Imagen de archivo de un sistema de riego por aspersión en un campo de manzanos. EFE/Wulf Pfeiffer / El Periódico

Plenamente conscientes de la necesidad de acometer ese cambio, ha advertido el conseller de Acció Climàtica de la Generalitat, David Mascort, "el problema es que muchas veces existen causas exógenas que lo dificultan". Ha citado, por ejemplo, las producciones que se importan, con el consentimiento de la Unión Europea, procedentes de países donde las normativas ambientales y de seguridad sanitaria son muchos más laxas que aquí. "Eso hace que nuestros agricultores y ganaderos sean poco competitivos en algunos mercados y, a menudo, acaba con el abandono", ha lamentado Mascort.

Tanto el Ayuntamiento de Barcelona, presente en el acto de presentación en el director operativo de Estrategia de Economía Social, Álvaro Porro, como la Agència de Salut Pública de Catalunya, representada por la subdirectora general de Promoció de la Salut, Ana Bocio, se han puesto al servicio de FARO, para colaborar en lo que sea necesario y tomar nota de los informes que emitan. En todo caso, tal y como ha insistido la presidenta de la Fundació Espigoladors, Raquel Díaz Ruiz, "es urgente iniciar de una vez la acción alimentaria, también recogida en la denominación del nuevo observatorio".