Coyuntura
Funcas rebaja al 1,5% el crecimiento para 2024, medio punto menos que el Gobierno
La economía mundial teme que la guerra en Israel pueda elevar el petróleo por encima de los 100 dólares
Medidas del Plan Presupuestario parfa 2024: pensiones, funcionarios, impuestos, transporte y menos plan antiinflación

Un grua operando sobre contenedores de mercancías


Rosa María Sánchez
Rosa María SánchezRedactora jefe
Premio Carlos Humanes de Periodismo Económico 2020. Máster Universitario en Investigación en Periodismo por la Universidad Complutense, en 2023. Profesora en el Título de Postgrado Especialista en Información Económica de la Universidad Nebrija. Colaboradora en RNE.
La Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) ha elevado dos décimas sus previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español en 2023, hasta el 2,4%, gracias al impulso de los dos primeros trimestres del año, pero dentro de un contexto de progresiva desaceleración de la economía que lleva a este servicio de estudios a recortar una décima su previsión para 2024, hasta el 1,5%, medio punto por debajo de la previsión formulada por el Gobierno en su Plan Presupuestario.
"Observamos que la economía española está aguantando bastante bien la situación económica internacional, pero igual que los países vecinos, nos encaminamos a una desaceleración", ha alertado este jueves el director general de Funcas, Carlos Ocaña, durante la presentación de las nuevas previsiones económicas para el periodo 2023-2024.
La inflación, por su parte, será "persistente" en todo este periodo (Funcas prevé una media del 3,8% en 2023 y del 3,6% en 2024), mientras que el déficit público -en ausencia de medidas de ajuste- apenas bajará al 3,6% del PIB en 2024 y se mantendrá por encima del 3% el PIB en los cinco próximos años (hasta 2028), según las previsiones de Funcas, que desmienten la expectativa del Gobierno de cumplir este objetivo europeo de estabilidad ya en 2024. La deuda pública seguiría en 2028 por encima del 100% del PIB, según esta fundación.
Impulso del consumo privado
"Estamos observando ya una desaceleración desde el verano, a medida que los mercados de exportación se enfrían y los efectos de la subida de los tipos de interés se traslada a la economía", ha apuntado el director de Coyuntura y Estadística de Funcas, Raymond Torres. El mayor factor de incertidumbre que pende sobre la coyuntura reside en el riesgo geopolítico y el nuevo foco de inestabilidad abierto en Oriente Próximo, por la guerra en Israel y Gaza. La principal cadena de transmisión de este factor a la economía española podría llegar a partir del encarecimiento del precio del petróleo. "Mientras el precio del barril se sitúe por debajo de los 100 dólares, el escenario no cambia mucho. A partir de los 100 dólares, el impacto podría ser más relevante", ha acotado Torres.
De momento, la desaceleración de la economía española ya se hace evidente en los indicadores de compras de la industria y de los servicios, en el freno de las ventas de grandes empresas y de la afiliación a la Seguridad Social o en la reducción del crédito nuevo a empresas y hogares (solo resiste el crédito al consumo).
Los factores de desaceleración se seguirán percibiendo en la primera parte de 2024, si bien el perfil de las tasas de crecimiento trimestrales irán de menos a más a lo largo del próximo ejercicio, según ha explicado Torres. La fortaleza del empleo, la ligera ganancia de poder adquisitivo de los salarios en 2023 y 2024 y una menor tasa de ahorro de los hogares (hasta la media histórica del 6,7% sobre su renta bruta disponible) favorecerán el impulso del consumo privado. De hecho, Funcas prevé que el crecimiento económico en 2024 procederá sobre todo de la demanda interna, mientras que la aportación del sector exterior será nula. "Pese a todo, el ritmo de expansión de la economía española seguirá superando la media europea", han remarcado.
No prorrogar las medidas antiinflación
Desde el punto de vista de Funcas una de las principales debilidades que debe afrontar la economía española a corto plazo tiene que ver el déficit y la deuda de las administraciones públicas. Para avanzar en la consolidación presupuestaria, Ocaña plantea no prorrogar a 2024 las medidas antiinflación adoptadas por el Gobierno desde mediados de 2021 para mitigar los efectos del encarecimiento de energía y alimentos con rebajas generalizadas del IVA y otros impuestos indirectos. Según las propias estimaciones del Gobierno, no prorrogar estas medidas en 2024 permitirían a Hacienda una mayor recaudación cercana a los 5.000 millones de euros respecto a 2023. "Las medidas no selectivas tiene escaso sentido: son más caras y no logra sus objetivos", ha resuelto Carlos Ocaña.
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