Cuentas públicas

El déficit fiscal de Catalunya se dispara al 10% del PIB y se acerca a su récord histórico, según la Generalitat

Natàlia Mas insiste en el déficit fiscal "crónico" que limita el gasto e inversión de la Generalitat

El déficit fiscal de Catalunya con el Estado se elevó al 8,5% del PIB en el 2019

Natàlia Mas Reunió Cercle

Natàlia Mas Reunió Cercle / Jordi Borràs / ACN

Agustí Sala

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El déficit fiscal se disparó en 2020 y 2021 hasta acercarse al 10% del producto interior bruto (PIB), frente al 8,5% de 2019, según el último análisis realizado por la Conselleria de Economia. Este desfase entre lo que gasta e invierte el Estado y lo que se recauda en este territorio fue de 21.982 millones de euros en 2021, el 9,6% del PIB; y de 20.772 millones en 2020, el 9,8% del PIB. Se trata de uno de los registros más elevados desde 1986, ejercicio desde el que hay datos y que se sitúa ya en 2.831 euros por habitante, según estos cálculos.

En plena etapa de negociaciones para una hipotética investidura de Pedro Sánchez, la 'consellera' d'Economia, Natàlia Mas, ha insistido en criticar "la falta de transparencia" del ministerio de Hacienda y ha recordado que el último año en el que el Estado remitió datos y que fueron incompletos fue en 2018. Todo ello se refleja también en los últimos datos sobre ejecución de las inversiones en Catalunya, que deberían haberse pùblicado en mayo pasado. Mas ha afirmado que el déficit fiscal se ha situado en un nivel de "récord" y es el tercero más elevado, tras el 10,1% de 1992 y 2002.

El déficit fiscal es "una asfixia sostenida, injusta y deliberada", ha destacado la 'consellera'. Ha recordado que esta situación se mantiene desde hace 35 años, supera el modelo de solidaridad entre territorios y se produce "gobierne quien gobierne en el Estado". Todo ello requiere, ha insistido, una "relación bilateral con el Estado" para una mejora "estructural" en la financiación.

Flujo monetario

El Ejecutivo catalán utiliza el método del flujo monetario para hacer estos cálculos, que se basa en la diferencia entre lo que el Estado gasta e invierte en Catalunya y lo que se recauda en este territorio. Al no contar con datos remitidos por el ministerio de Hacienda, la información se obtiene de la liquidación de los ingresos del Estado, las inversiones de las empresas públicas en Catalunya, los ingresos de Enaire y de los puertos o los ingersos y gastos de la Seguridad Social. No se ha contado con los gastos del Estado por programas y capítulos territorializados ni de los organismos autónomos.

Según estos cálculos, Catalunya aportó en 2020 el 19,3% de los ingresos por impuestos y en 2021, el 19,2%. El gasto, por su parte, fue el 13,7% y el 13,6% del total, respectivamente, muy por debajo del peso económico del 19% y de población (16,4%) que supone Catalunya. La media de déficit fiscal en los últimos años sigue siendo del 8,1% del PIB. Si la estimación se hace con las inversiones de la Administración central y las empresas públicas, que es la parte más discrecional, ha remarcado Mas; los ingresos son el 19,2% del total y el gasto es el 9,2%. Si se hace con la Seguridad Social, la recaudación es el 19,2% del total y el gasto el 16,7%.

Capacidad de gasto e inversión

Al defender los presupuestos de la Generalitat para 2023, Mas insistió en denunciar el déficit fiscal "crónico" que, a su juicio, limita la capacidad de inversión y de gasto de la Generalitat y que es "obsoleto y arbitrario" y con reiterados incumplimientos de la inversión del Estado en Catalunya.

El anterior informe, presentado hace un año situaba el déficit fiscal de Catalunuya en 20.196 millones de euros en 2019, un 8,5% del PIB. Esta proporción se situó medio punto por encima de la media desde 1986. Esto sirvió al anterior titular de Economia, Jaume Giró, de Junts, para denunciar la situación de "evidente injusticia crónica, que es necesario recordar y denunciar".

Como ha sucedido en las últimas ocasiones, el dato es una estimación, ya que desde el 2018 el Estado no ha remitido a las comunidades autónomas información concreta sobre la evolución de las balanzas fiscales. Tras una primera versión durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) en 2008 con datos de 2005, sin que se publicaran más; el PP, a instancias del entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montorto, cambió el sistema y situó este desequilibrio en 2012 hasta el 3,75% del PIB, con 7.439 millones de euros.

Estas son las cifras que arrojaba la segunda entrega de las cuentas territorializadas elaboradas por un grupo de expertos encabezados por Ángel de la Fuente, nombrados por el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. En la correspondiente a 2011, que sustituyó al concepto de balanzas fiscales, este estudio arrojó un desfase para Catalunya de 8.455 millones millones o el 4,35% del PIB.

Según los cálculos del Govern, Catalunya aportó al Estado en 2019 el 19,6% de sus ingresos totales, mientras que recibió el 13,4% del gasto efectuado en el conjunto del Estado, unas proporciones similares a las de 2020 y 2021.

Existe déficit fiscal cuando los ingresos obtenidos en un territorio superan los gastos que se destinan al mismo. Se puede calcular por el método de flujo monetario, el que emplea la Generalitat, o por el de carga-beneficio, que redistribuye los gastos e inversiones en todas las autonomías, lo que supone un enorme grado de dificultad, y arroja, un déficit inferior.

Un ejemplo: con el primer sistema Defensa solo se computa si efecticvamente gasta o invierte en un territorio, mientras que con el segundo, se distribuye el beneficio de su actividad en función del peso de cada territorio, gaste o inverta o no en el mismo. Los expertos afirman que el sistema de flujo monetario revela el efecto económica de la actuación del Estado en un territorio; mientras que el de carga-beneficio intenta calcular el impacto de la actuación del sector público central sobre el bienestar de los individuos residentes en un territorio.