Lucha contra la siniestralidad

El Govern destinará 660 millones de euros a evitar choques frontales con carreteras 2 + 1

Territori intervendrá en una veintena de vías hasta el 2030 construyendo un carril adicional que facilita los adelantamientos

Un tramo de la carretera C-55 con el sistema de 2 + 1 implantado por la Conselleria de Territori.

Un tramo de la carretera C-55 con el sistema de 2 + 1 implantado por la Conselleria de Territori. / Departament de Territori

Cristina Buesa

Cristina Buesa

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La idea tiene casi una década y surgió de un viaje a Suecia de los responsables de carreteras del Govern de entonces. En 2016, con una decena de muertos al año en la C-55, se la eligió para probar. La respuesta social en el Bages fue demoledora (de hecho, aún coletea la protesta) pero, con el paso del tiempo, las cifras de siniestralidad se desplomaron y dejó de haber víctimas en esta vía que discurre junto a la C-16.

Sus vecinos preferían una autovía desdoblada, que es justamente lo que evita el modelo de 2+1. Consume menos territorio porque no hay que ensanchar tanto la plataforma de la calzada y, más allá del ahorro de costes ambientales y económicos, se contempla para las carreteras con menos intensidad media diaria de vehículos. El Govern ha explicado este miércoles que prevé destinar 660 millones de euros hasta el 2030 para replicar este sistema en una veintena de puntos de la red viaria. El objetivo: reducir los choques frontales.

Separación de sentidos

El 2 +1 consiste en construir un tercer carril adicional que facilita los adelantamientos, que suele ser uno de los momentos críticos de la circulación, cuando un impacto frontal o frontolateral puede acabar en desgracia en la carretera. Al configurar tres carriles de circulación en el que el central se alterna en un sentido y otro para habilitar tramos de adelantamiento seguro, se evitan siniestros mortales o graves, como ya ha ocurrido en la C-55.

Mapa de los proyectos de carreteras 2+1 que la Generalitat quiere llevar a cabo antes del 2030.

Mapa de los proyectos de carreteras 2+1 que la Generalitat quiere llevar a cabo antes del 2030. / Departament de Territori

También se refuerza la separación de sentidos con distintos métodos, a veces con barreras, bionas, otras con pintura, también con superficies rugosas.

Intervención en el 7% de la red

El 'conseller' de Territori, Juli Fernàndez, ha explicado que se intervendrá en el 7% de la red de carreteras de Catalunya con la intención de reducir la mortalidad en un 20% del total, y en más del 80% en los tramos en los que se actuará. Y le ha acompañado en esta tesis el director general de Infraestructuras de Movilidad, David Prat: "La velocidad es capital. Si queremos reducir los accidentes mortales que tenemos cada año tenemos que actuar sobre este tipo de carreteras, en las que hay más accidentes".

El estudio elaborado por el Govern revela que el 13% de la red viaria concentra el 34% de los accidentes mortales. Además de la C-55, donde se aplicó por primera vez, también se ha implantado 2 + 1 en la C-58, la C-35 entre Vilalba Sasserra i Sant Celoni (Vallès Oriental), la C-16 entre Berga i Cercs (Berguedà) o la C-352 en La Roca del Vallès (Vallès Oriental).

5.000 vehículos diarios, mínimo

La estrategia para el periodo 2023-2030 se llevará a cabo en carreteras de la red básica donde haya como mínimo una intensidad de 5.000 vehículos diarios. De los 6.000 kilómetros que son titularidad de la Generalitat, solo en 1.600 hay calzada única y, por lo tanto, se puede llevar a cabo este método.

A pesar de que no se ha establecido un calendario específico, los 22 tramos elegidos en los que se implementará el 2+1 son, entre otros, 13 kilómetros de la C-55 entre Manresa y Súria, otros 16 kilómetros en la misma vía entre Monistrol y Abrera, 88 kilómetros en la C-12 entre Amposta y Lleida, 24 kilómetros en la C-15 entre Vilafranca del Penedès y La Pobla de Claramunt o 23 kilómetros en la C-35 entre La Roca del Vallès y Hostalric.

El modelo sueco seguirá, pues, en Catalunya. De hecho, en el Estado aún no se ha desarrollado y solo hay un tímido proyecto para conectar con Aragón, entre Alfarràs y Benabarre. Pero con las infraestructuras todavía cuesta innovar y que todo no sea desdoblar.