Energía

La diferencia entre los tres tramos horarios del recibo de la luz queda sin efecto

La reforma del Gobierno y la CNMC se ha desvanecido con la rebaja del 96% de los cargos pensada para abaratar la factura

Archivo - Recursos de facturas de gas y luz.

Archivo - Recursos de facturas de gas y luz. / EUROPA PRESS - Archivo

Sara Ledo

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Después de un año de diseño, la reforma de la factura eléctrica creada por la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) y el Gobierno ha durado, en términos prácticos, solo tres meses: de junio a septiembre. Las medidas del Ejecutivo para reducir el precio del recibo eléctrico han dejado en ‘stand by’ el sistema de horas valle, llano y punta que entró en vigor el 1 de junio con el objetivo fomentar la eficiencia energética de los consumidores.

El sistema de tramos horarios tuvo una enorme controversia tras su puesta en marcha porque las horas de mayor consumo eran las más caras y las de menor consumo, las más baratas, pese a que ese es precisamente su objetivo: fomentar el cambio de hábito de los consumidores para, así, aligerar la curva de carga de la red eléctrica. Los tramos horarios siguen aplicándose, pero en la actualidad las diferencias entre horas han desaparecido prácticamente. 

Por poner un ejemplo, si la diferencia en el precio del kilovatio-hora en junio (día 25) entre la hora más cara y la más barata era de 15 céntimos, actualmente es de 9 céntimos. Pero todavía más evidente es la variación entre poner un electrodoméstico a las 10 de la noche o a las 12 de la noche, en este caso si ahora el precio por kilovatio-hora es un céntimo, en junio era de cinco céntimos. 

El motivo de esta diferencia se debe al real decreto ley que puso en marcha el Gobierno en septiembre para rebajar el recibo de la luz que incluyó la reducción del 96% de los cargos (una de las cuatro partes de la factura, junto con el precio de la energía, los peajes y los impuestos) y provocó la inmediata desaparición de los montículos de la curva de precios diaria. 

Los tramos horarios son una medida artificial creada por la CNMC (a través de los peajes que sufragan el transporte y distribución de la electricidad) y el Gobierno (a través de los cargos que incluyen un popurrí de gastos como las primas a las renovables y la deuda eléctrica) para incrementar el precio de la electricidad en el periodo punta, y un poco en el llano. "Al eliminar prácticamente todos los cargos se ha aplanado la curva", explica el experto en energía y consultor en Menta Energía, Francisco Valverde.

Más allá de los tramos horarios impulsados en la reforma de la CNMC y el Gobierno, en general las horas punta del sistema se dan entre las 11.00 y 12.00 horas y entre las 19.00 y 20.00 horas por la actividad comercial y la ocupación de los hogares, según Red Eléctrica.  

Además, como en septiembre el Gobierno también redujo los impuestos, ahora tiene más peso en el recibo el coste de la energía, que antes representaba en torno al 30%-35% y en la actualidad supone más del 60% del total, según Diego Rodríguez, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid e investigador de Fedea. 

Próximo año

Con todo, esta rebaja de los cargos es temporal y, de momento, tiene como fecha de caducidad el próximo 31 de diciembre. Lo mismo ocurre con la rebaja del 21% al 10% del IVA y del Impuesto Especial de la Electricidad, del 5,11% al 0,5%, así como la suspensión del 7% del Impuesto a la generación eléctrica. El Gobierno debe decidir si prorroga, al menos durante el primer trimestre para evitar que la factura de la luz se vuelva a disparar. "Nuestro calculo es que puede haber a lo largo de 2022 precios altos del gas y del mercado eléctrico. Y esto es lo que nos hará plantearnos llegado el momento el poder mantener algunas de esas medidas", decía la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, hace una semana, al ser preguntada por la extensión de las medidas después del 1 de enero de 2022. 

Además, a esta congelación práctica de los polémicos tramos horarios hay que añadir en el medio plazo una hipotética reforma de la tarifa regulada o PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor) que podría también echar al traste la reforma de peajes y cargos del Gobierno y la CNMC. El Ejecutivo no ha desvelado todavía su decisión, pero ha hecho una consulta pública para recabar la opinión del sector y los consumidores. Sin embargo, la desaparición de la tarifa regulada dejaría sin efecto esta reforma, pues los usuarios con PVPC son quienes perciben la diferencia de los tramos horario. En el caso de las tarifas del mercado libre, las comercializadoras pueden reflejar o no estas diferencias en la factura, pues muchas de ellas optan por ofrecer una tarifa plana que mantiene un precio estable. 

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