Destierros y resistencia

Heba Saadieh hace historia como la primera árbitra palestina en una Copa del Mundo

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Heba Saadieh, durante el China-Inglaterra de este Mundial 2023.

Heba Saadieh, durante el China-Inglaterra de este Mundial 2023. / Asanka Brendon / Reuters

Andrea López-Tomàs

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Sangre palestina, nacionalidad siria, hogar sueco. La personalidad de Heba Saadieh bebe de todos esos destinos que se entrelazan en su mayor posesión, un silbato. Con su sueño por bandera, el fútbol se ha convertido en su lengua. “No sabía ni una palabra de sueco cuando me mudé a Estocolmo, pero aun así entendí todo y me conecté a través del fútbol”, contó Saadieh en el portal olandsbladet.se. Ahora, su obstinación y perseverancia la han llevado a hacer historia en Oceanía. Heba Saadieh es la primera palestina, hombre y mujer, en formar parte de un cuerpo arbitral en una Copa del Mundo. Fue árbitra asistente en el China-Inglaterra.

“Estoy muy orgullosa de ser el primer árbitro palestino, hombre o mujer, en el Mundial” femenino que se celebra desde el 20 de julio hasta el 20 de agosto entre Australia y Nueva Zelanda, dijo Saadieh a Al Jazeera. “Eso me hace sentir la responsabilidad de mostrar un muy buen desempeño durante el torneo, y espero poder abrir esta puerta para que otros, para mujeres árbitras palestinas, y también hombres, sean seleccionados en el futuro”, explica la joven de 34 años. Para conseguir su sueño y convertirse en una referente en el camino, Saadieh ha pasado por casi todos los continentes con el objetivo final de perfeccionar su técnica. La suya es una historia de destierros y resistencia

Refugiada siria

Nacida en Damasco, la joven de ascendencia palestina creció en Siria. Como apasionada del deporte desde su infancia, decidió estudiar educación física en la universidad de su ciudad. Pero, en el 2020, hizo una pregunta que cambió su vida. “Vi a un grupo de árbitros entrenar y noté que no había mujeres entre ellos”, explicó en una entrevista de febrero del 2022 al canal de Deportes y Juventud de Palestina TV. “Cuando les pregunté al respecto, me sugirieron que me uniera a ellos, así que lo hice”, confesó. Pero, apenas un año después, estalló la revolución siria que fue seguida por una guerra civil que aún desgarra al país. Entre bombardeos y represión, apenas había lugar para el deporte. 

Heba Saadieh, como árbitra asistente.

Heba Saadieh, como árbitra asistente. / Reuters

En el 2012, y ya con una amplia formación como jugadora y árbitra en Siria, Saadieh aterrizó en Malasia, donde se unió al programa de árbitros de su Asociación de Fútbol. Allí, lo pasó muy mal para encontrar un lugar para entrenar. “Entrenaba en todas partes: en la calle, en los aparcamientos”, cuenta a Al Jazeera. “Tuve lesiones y tuve que tratarme y cuidarme”, recuerda, aunque se sintió muy sola. “Malasia es un país muy grande y creo que solo tenían dos o tres árbitras”, lamenta. Además, no a todo el mundo le gustaba ver a una mujer arbitrando partidos de fútbol masculino. 

Luego, Saadieh se mudó a Estocolmo con su familia como parte de un programa de asentamiento de las Naciones Unidas. “Al principio, no fue fácil, porque vengo de una cultura diferente y de un lugar distinto, así que tenía que trabajar aún más duro para demostrarles que me merecía estar ahí y que me merecía que me dieran partidos” para arbitrar, defiende en la entrevista de Al Jazeera. Poco después de llegar, consiguió la licencia de árbitro de la FIFA en el 2016. Ahora arbitra la máxima categoría de la liga femenina sueca y en el segundo nivel de la masculina. 

Viaje a casa

Su compromiso con el arbitraje la ha llevado a un lugar privilegiado de la historia. En el Mundial masculino sub-21 del 2022 celebrado en Francia, se convirtió en una de las primeras mujeres árabes en actuar como árbitro. Aunque la Copa Mundial Femenina del 2023 es la más grande hasta el momento, la representación árabe en el torneo sigue siendo escasa, con Marruecos como el único equipo de la región de Oriente Medio y África del Norte. Las Leonas del Atlas son el primer equipo árabe femenino en haber conseguido entrar en la competición de más alto nivel. El mundo árabe las mira, como hizo a sus compañeros masculinos en el otoño, con todas sus esperanzas puestas en ellas. 

Heba Saadieh, a la derecha, con el resto del equipo arbitral.

Heba Saadieh, a la derecha, con el resto del equipo arbitral. / Reuters

También las miradas están puestas en Saadieh. Para ella, arbitrar la Copa del Mundo es un “orgullo” pero no es el objetivo final. “Tengo que trabajar y trabajar más y más”, defiende. Con entrenamientos dobles diarios, sueña y actúa para convertirse en una de las mejores árbitras del mundo. Por ahora, el mejor regalo se lo dio la Federación Palestina el año pasado con una invitación a visitarlos. “Era la primera vez en mi vida que visitaba mi país; fue genial visitar el lugar al que pertenezco, no hay palabras para describirlo”, constata. El poder del silbato la retornaba a casa.