Alimentación

Las setas duplican precios por la sequía

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María Jesús Ibáñez

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La sequía, que lleva meses castigando las cosechas en Catalunya, pasa factura también a los bosques y, con ellos, a la producción de setas, que a estas alturas del año deberían de encontrarse en plena recolección. Los mercados están acusando la escasez y los precios se están disparando hasta el punto de que, en algunos casos, algunas variedades de hongos se venden al doble del año pasado. Es un ejemplo más de cómo la meteorología afecta a las cosechas agrícolas, cuyo máximo exponente es el aceite de oliva, que ha subido un 50% desde principios de año.

Es cierto que al tratarse de un producto tan estacional, la subida del precio de venta de las setas comestibles van a tener poca incidencia en la inflación, admiten los expertos. "El peso del negocio de la seta silvestre es muy restringido, sobre todo frente al de la seta cultivada, como el champiñón, que sí tiene un impacto mayor", explica Jordi Serentill, consejero delegado de Laumont, una empresa leridana especializada en su distribución y comercialización.

"No podemos decir que este año no vaya a haber setas, porque la temporada es larga y se prolonga hasta enero, pero lo cierto es que en el inicio de la campaña no las hemos visto apenas", lamenta Serentill.

De hecho, en el Pirineo, "otros años, a mediados de octubre, se había recolectado ya el 50% de la producción de setas... Este año, sin embargo, no se ha cogido ni el 1%", constata Juan Martínez de Aragón, micólogo e investigador del Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC). "En otras partes, como el Prepirineo o la Catalunya central, si a partir de ahora lloviera durante algunos días seguidos, aún se podrían encontrar algunas setas de variedades tardías como el camagroc, el fredolic o la llanega", agrega. las únicas áreas en las que se han podido recoger algunos ejemplares son el Ripollès, el Vall d'Aran y las zonas más montañosas del litoral.

Níscalos ['rovellons'] de Rumanía o rebozuelos ['rossinyols'] de Bulgaria son, en estos momentos, de las pocas setas que el consumidor puede encontrar. "Lo que estamos haciendo las empresas distribuidoras, en vista de la escasez que hay aquí, es trabajar con otros mercados, como el francés u otras regiones de España", prosigue Serentill. En zonas de Castilla y León, Navarra y Aragón, el otoño, en cambio, empezó con muy buen pie. "La cosecha allí sí arrancó con las condiciones necesarias, pero ahora ya se están resintiendo también de la falta de lluvias", señala Martínez de Aragón.

El consumo de setas silvestres se popularizó en España "hacia los años 90, de la mano de cocineros e innovadores como Ferran Adrià, que introdujeron variedades más allá de los níscalos y boletus ('ceps' en catalán), que eran hasta ese momento los más consumidos aquí", detalla Serentill.

Declive 'boletaire'

Los aficionados a las setas o 'caçadors de bolets' lo tienen también complicado este año. La situación es fruto "de dos años con lluvias por debajo de lo normal y de las condiciones aún más graves que se han dado desde el verano", explica el investigador del CFTC. "En los últimos 30 días -prosigue- en el Pirineo se han recogido entre 30 y 40 litros de agua de lluvia cuando la evapotranspiración de las plantas ha sido, en el mismo periodo, de unos 140 litros". Esto significa que "el déficit hídrico es ya muy preocupante". Bajo estos parámetros, "y con las altas temperaturas que está habiendo ahora", es difícil que salgan setas.

Lo que ocurre este 2023, observa Martínez de Aragón, no es, al menos en lo que a los hongos se refiere, nada excepcional. "En los últimos 25 años ha habido altibajos constantes. Fueron malas cosechas, por ejemplo, la de 2002, la de 2004, la de 2007 y la de 2017 y, en cambio, la de 2018 fue una campaña extraordinaria en volumen de setas recogidas, con récord de producción en Catalunya", señala el experto.

A partir de ahora, convendría que además de llover (la previsión dice que la semana que viene sí llegarán las precipitaciones), se mantuvieran durante un par o tres de semanas las temperaturas frescas, pero sin heladas. "Porque en cuanto lleguen las nieves, la temporada se habrá ya terminado".