Restaurantes en expansión

Parking Pizza sigue rodando pese a la muerte repentina de su cofundador

Berta Bernat mantiene los planes de crecimiento de la cadena de bares de pizzas que creó con su pareja, Marcos Armenteras, fallecido hace unas semanas a los 60 años

¿Por qué Barcelona es una de las capitales mundiales de la pizza?

Pizzerías de Barcelona para hacer la ola

Berta Bernat y Marcos Armenteras, en el Parking Pizza del paseo de Sant Joan de Barcelona.

Berta Bernat y Marcos Armenteras, en el Parking Pizza del paseo de Sant Joan de Barcelona. / Poldo Pomés

Ferran Imedio

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Hace nueve años, Barcelona no era una de las capitales mundiales de la pizza y había pocos sitios donde la oferta fuera tan buena como original. Pero llegaron Marcos Armenteras y Berta Bernat y se inventaron Parking Pizza, un concepto novedoso y rompedor porque, como insistían, aquello no era un restaurante, sino un bar. Un bar de pizzas. Nueve años después, Barcelona cuenta con cuatro de sus establecimientos (en verano llegará el quinto) y Madrid, con dos (más los que irán abriendo en el futuro según el plan proyectado). Una expansión que se ha visto golpeada por el fallecimiento repentino, en febrero, de Armenteras.

El empresario tenía 60 años y muchas ganas de seguir con un plan que, pese a su dolorosa e inesperada desaparición por culpa de un infarto, va a continuar de la mano de su mujer. "Es el mejor homenaje que podía hacerle porque fue él siempre quien me arrastraba a hacer cosas nuevas, a atreverme", explica Bernat, contagiada de por vida por la inquietud y la vitalidad de su pareja, un tipo afable, generoso, transparente, "que se tomaba las cosas con mucha frescura, que dejaba que todo fluyera con naturalidad, que no se agobiaba, que confiaba en su gente, que era 'echao p'alante', muy generoso, muy especial".

Ambos trabajaban en Grupo Tragaluz. Él, montando nuevos restaurantes; ella, dirigiendo uno de ellos, El Principal. Hasta que abandonaron la empresa para montar la suya. Y comenzaron en 2015 con un un establecimiento que ocupaba, y aún hoy ocupa, un local de la calle de Londres, 98, que parecía un antiguo taller de coches o un garaje. No lo era; puro atrezo.

Taburetes con hueco para guardar cosas

Mesas comunales, unos taburetes de cartón huecos donde guardar las chaquetas y los bolsos, cervezas que se servían sin vaso (si lo pedías te lo daban) y un catálogo de pizzas que proponían combinaciones nunca vistas y elaboradas con productos de calidad. Así de desenfadado era todo aquello.

"Lo montamos con muchisima ilusión pero con mucha cabeza -comenta Bernat-, con un concepto claro, directo, rompedor, el de bar de pizzas, y con una calidad que apenas existía entonces en las pizzerías de Barcelona".

También pitas

La idea triunfó y poco después, en 2017, llegó el Parking Pizza del paseo de Sant Joan, 56. Esta vez sí, aquello había sido antes un aparcamiento. Enorme, por cierto. La inversión fue arriesgada por las dimensiones del local, que tiene hueco incluso para albergar un Parking Pita. "Lo hicimos sin inversores y arriesgando, con una renta súper alta, pero confiamos en nosotros, no tuvimos miedo y funcionó".

"Nos dimos cuenta de que Parking Pizza era un proyecto que tiene gancho, que funcionaba, porque nos proponían franquicias no solo en España sino fuera, como Dubái y Miami, así que pensamos crecer por nuestra propia cuenta, sin agobios, disfrutando. Por un lado nos frenaba el reto pero al mismo tiempo veíamos que era una pena desaprovechar el concepto", recuerda Bernat. Y ficharon como director general a Santiago Font para expandirse "controlando, con mimo y cariño en todo, manteniendo la calidad".

El tercer Parking Pizza se instaló en el pasaje de Marimon, 5, con Parking Sótano en la planta inferior (solo entrecot a la brasa para compartir entre dos personas y varias guarniciones en un ambiente desenfadado). Abrieron en enero de 2020 y en marzo llegó la pandemia. Aguantaron y salieron adelante de aquel "drama".

Con tal fuerza que en 2023 pusieron en marcha el cuarto proyecto en Barcelona, en la esquina de la Gran Via de les Corts Catalanes, 576, con Muntaner, y en verano llegará el quinto al Eixample, en concreto a la calle de València.

Y en 2024 'aparcaron' en Madrid, primero en el paseo de la Castellana, 89, y luego en la calle del Monte Esquinza, 39. Están funcionando muy bien, de manera que en la capital seguirán dando de que hablar.

No está el añorado Armenteras, el tipo de voz grave que siempre tenía una sonrisa y una mano para todos, pero está Bernat y un "equipazo que da gusto" que ha ido conformándose durante estos años. Siguen adelante. Lo tiene clarísimo. "No me he planteado en ningún momento abandonar el proyecto. Lo tengo que hacer sí o sí por Marcos. Aprendí tanto con él... Ha llegado el momento de ponerlo en práctica".

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