La cultura del comer

No comas lo que no debes: te cargarás el planeta

Las emisiones del sistema de alimentación global pueden impedir los objetivos de reducir entre 1,5 y 2 grados el aumento de temperatura global producido por el cambio climático

La cocina de las casas, de hoy al mañana

La dieta de las 5 eses y otros consejos para alimentarse bien

La luz del sol que filtrándose a través de la atmósfera de nuestro planeta

La luz del sol que filtrándose a través de la atmósfera de nuestro planeta / Crédito: Arek Socha en Pixabay.

Jordi Montaña e Isa Moll

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Después de un verano infernal, con terremotos, inundaciones y en pleno estado de pánico general sobre la emergencia climática, es obligada una pequeña reflexión sobre la futura transición alimentaria. En resumen podría enunciarse así: las emisiones del sistema de alimentación global pueden impedir los objetivos de reducir entre 1,5 y 2 grados el aumento de temperatura global producido por el cambio climático. Actualmente, mientras un 10% de la población del globo carece de suficiente alimentación, los sistemas alimenticios utilizan el 40% de la tierra, producen el 30% de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y consumen el 70% del suministro de agua dulce. Parece evidente que debemos hacer un cambio en nuestra alimentación, es necesario y urgente una llamada a la alimentación con conciencia.

Un sistema alimentario global sostenible con el horizonte de 2050 significa: alimentación suficiente y saludable para todos sin uso adicional de tierra, protección de la biodiversidad, reducción significativa de emisiones de gases y del desperdicio de comida y de agua.

Aunque no hay un acuerdo científico de cuál es la mejor dieta alimenticia, está probado que la dieta afecta directamente la salud del ser humano. Hay un cierto consenso en la bondad de la dieta mediterránea, la que tradicionalmente consumimos en el nuestro país. Una reciente publicación de la bioquímica francesa Jessie Inchauspé, 'La revolución de la glucosa', además de sabios consejos para evitar los picos de glucosa en la dieta que es causa de numerosos desórdenes, establece una secuencia de los alimentos en el acto de comer: primero fibra, verduras, seguido de proteínas y en último lugar los hidratos de carbono.

Esto, más o menos, ya lo hacían nuestras madres y abuelas, en las que tradicionalmente recaía la compra y cocina de los alimentos de la casa. Normalmente empezábamos con un plato de verdura, o una ensalada variada con lechuga, tomate, pepino y rábanos, o bien con un plato de legumbres, seguido de la carne, pescado o huevos acompañados o no con patatas y postre al final. El proceso tiene su lógica: las fibras preparan el estómago (y sacian el apetito) para ayudar a digerir las proteínas dejando para el final los hidratos de carbono. La bondad nutricional de la paella que mezcla los tres principios alimentarios con verduras (el sofrito y algunas verduras), proteínas (carne, pollo, conejo, pescado y marisco) y carbohidratos (el arroz) resulta ser una sabia receta que es sana y alimenticia (y sabrosa). Pero todo esto no deja de ser una dieta regional, no global.

Falta de objetivos científicos

De cualquier manera, la falta de objetivos científicos acordados mundialmente para una dieta saludable junto con la producción sostenible de alimentos ha impedido hasta el momento estrategias globales para una transformación del sistema alimentario mundial. El mejor informe actual es el de la EAT.

Es una fundación sin ánimo de lucro constituida por la Fundación Stordalen, el Stockholm Resilience Center y Welcome Trust, que tiene como objetivo conseguir la transformación del sistema alimentario mundial de forma sostenible. La Comisión EAT-Lancet reunió a 37 científicos de 17 países expertos en distintas disciplinas, incluida la salud humana, la agricultura, las ciencias políticas y las ciencias del medioambiente y la sostenibilidad para fijar objetivos científicos globales para conseguir dietas saludables y la producción sostenible de alimentos.

El impacto ambiental de la producción alimentaria

El informe de la Comisión EAT-Lancet, 'Alimentos, planeta, salud. Dietas saludables a partir de alimentos sostenible', es un primer intento de establecer objetivos científicos universales aplicables a la alimentación de todas las personas del planeta en función del consumo y de la producción de alimentos. Estos dos factores, consumo y producción, influyen directa e indirectamente en la salud humana y animal y en la sostenibilidad ambiental. La producción alimentaria tiene un fuerte impacto ambiental en toda la cadena desde su generación, procesamiento y distribución afectando a toda la sociedad, la cultura y la economía.

El informe asegura que solo se podrán alimentar a los 10.000 millones de habitantes de la tierra esperados el año 2050 con dietas con predominio de los vegetales. Los argumentos científicos de la comisión son irrefutables y obligan a una actuación inmediata: más vegetales, legumbres y frutas. Parece que deberemos comer menos carne.

Como en toda la discusión sobre la sostenibilidad y el medioambiente la pregunta es: ¿aunque comamos menos carne estamos aún a tiempo o ya es demasiado tarde para salvar el planeta?