La cultura del comer

La cocina de las casas, de ayer a hoy

Así ha ido cambiando este espacio con el paso de los años y la evolución de la sociedad

Una pequeña cocina

Una pequeña cocina / Jean van der Meulen (Pexels)

Jordi Montaña e Isa Moll

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En muchas casas de nuestro entorno rural aún pueden verse las antiguas cocinas que formaban parte del centro de actividad de la vivienda. Una gran chimenea que alberga un potente fuego, unos bancos alrededor con la espalda al resguardo del frío, un lugar donde se reúne toda la familia con el cocido calentándose colgando de un gancho y haciéndose algo en las brasas. Lo que es un hogar.

La emigración del pueblo a las ciudades con pisos de reducidas dimensiones reduce también la cocina, que pasa a dejar de ser el centro a ser un pequeño taller, a menudo unipersonal, donde se prepara el alimento de la familia.

En el campo se preparan muchas cosas en la cocina: los embutidos y los productos de la matanza; conservas de frutas y vegetales. Se amasa el pan y las pastas, que probablemente es lo único que se lleva a terminar fuera: el horno que comparte la comunidad.

En la ciudad el comercio se encarga de preparar las conservas, los embutidos y el pan, dejando una parte de la cocina sin función. La cocina como centro de trabajo es pensada en términos de eficiencia de la producción en la más pura escuela del 'taylorismo'. Desaparece la mesa central y se traslada la función de comer fuera de la cocina. Comer fuera, niños fuera. Espacio unipersonal y racionalizado. Parcialmente o totalmente escondido. Cocina que con los años se irá tecnificando: cocina modular y periférica.

El número de herramientas y objetos en la cocina se multiplica. Manuel Vázquez Montalbán en su libro 'Contra los gourmets', de 1990, hace una lista del utillaje "suficiente" de una cocina:

  • Un juego de cacerolas de diferentes formas y tamaños: dos cazuelas, una olla y dos cazos.
  • Una cazuela grande de barro con tapa.
  • Dos sartenes, una grande y otra pequeña.
  • Dos coladores, uno pequeño, otro grande con base.
  • Una tabla de madera.
  • Una espumadera.
  • Un cucharón.
  • Cuchillos de cocina.
  • Un abrelatas y un sacacorchos.
  • Tijeras.
  • Tres boles de tamaño medio o recipientes mezcladores.
  • Cucharas y tenedores de madera.
  • Un vaso medidor.
  • Un rallador para verduras.
  • Un exprimidor para zumos.
  • Pinzas de cocina.
  • Un batidor de alambre.
  • Una fuente para horno.
  • Un molinillo de café. Hoy ya prescindible, se vende más el café molido.
  • Una cafetera.
  • Un rodillo de pastelería.
  • Un molde tipo 'cake'.
  • Una tartera.
  • Un molde Savarin.
  • Una rejilla.
  • Paños de cocina, agarradores, utensilios de limpieza.
  • Una olla a presión.
  • Una freidora.
  • Un molinillo para perejil y finas hierbas.
  • Un molinillo de pimienta.
  • Un molinillo para quesos. Estos tres últimos ya se encuentran en el mercado con el producto envasado.
  • Un colador chino.
  • Un mortero con su maza correspondiente.
  • Una espátula de goma o silicona.
  • Un sacacorazones.
  • Un descortezador de patatas y verduras.
  • Una báscula.
  • Una máquina para picar carne. Nuestras madres la tenían, hoy generalmente se compra la carne picada.
  • Un pincel.
  • Una paellera.
  • Una manga pastelera con sus diferentes boquillas.
  • Tijeras para trinchar.
  • Un colador de manga de tela de nailon.
  • Un escurridor de ensaladas.
  • Dos tarteras de pastelería de diferentes tamaños.
  • Un molde corona.
  • Una tostadora.
  • Un cuchillo eléctrico. 
  • Un abrelatas eléctrico. 
  • Una licuadora.
  • Una máquina para cortar fiambre. Estos últimos opcionales.
  • La batidora de vaso y/o de brazo.

Añada ahora cosas aparecidas desde los años 90: moldes y productos de silicona de Lékué, una Kitchen Aid (aunque sea un diseño de los 50), una Thermomix, una cafetera de cápsulas tipo Nexpresso o Dolce Gusto y todo lo que se le ocurra y tendrá una cocina completa a la que no faltarán los electrodomésticos correspondientes: horno normal y microondas, nevera y lavavajillas. Cultura del objeto para que una persona encerrada en su rincón pase de estar dos horas y media por día en la cocina en los 70 a una hora diaria escasa hoy.

Afortunadamente esto está cambiando y la tendencia es que cocinar es una fiesta que se comparte en pareja, con los hijos (si hay) y con los amigos; la cocina es también comedor con mesa central, cocina a la vista. Cambios culturales a la vista, cambios en el cocinar y el comer.