La cultura del comer

La cocina de las casas, de hoy al mañana

Comer y cocinar en el mismo espacio será la tendencia predominante en los próximos años

La cocina de las casas, de ayer a hoy

Ármate en la cocina

Una cocina particular presidida por una mesa en el centro.

Una cocina particular presidida por una mesa en el centro.

Jordi Montaña e Isa Moll

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En el artículo del mes pasado hablamos de la cocina del ayer que aún se mantiene en parte hoy. A pesar del menor tiempo destinado a la cocina, la tendencia es que cocinar es menos un trabajo pesado y puede ser incluso considerado una fiesta a compartir en pareja, con los hijos (si hay) y con los amigos; la cocina ya no es un reducto cerrado, y a veces, unipersonal, es también el comedor con mesa central y el espacio para cocinar está a la vista. Cambios culturales que implican cambios en el cocinar y el comer. Hoy hay otra forma de comer y de cocinar en casa sin echar mano a los precocinados que nos invaden. Una forma más sana y divertida.

De las muchas tendencias culturales que afectan al comer y, en consecuencia, al cocinar apuntamos tres básicas: un retorno a la comida tradicional, la importancia de la ecología y la sostenibilidad y la búsqueda de productos naturales y ligeros.

¿Por qué no reivindicar la comida tradicional, la comida rural y regional? ¿Por qué no recuperar platos que seguro que están en la memoria de muchos y adaptarlos a la situación actual? Por ejemplo, qué fácil es preparar una simple sopa de verduras o una sopa de ajos. Cuántas cosas podemos hacer con unos huevos frescos: huevos fritos, huevos al plato, huevos estrellados, miles de tortillas. No se puede comparar una tortilla de patatas hecha en casa con una tortilla de patatas envasada con muchos conservantes de nevera de supermercado. Con las hortalizas de hoja verde que tenemos a nuestro alcance podemos hacer ensaladas de todas formas y colores. La cocina tradicional española brinda infinitas posibilidades, baste recordar lo que hacían nuestras madres y abuelas con arroces, pastas, pollo, conejo, pescados y verduras de temporada.

La sostenibilidad del planeta y la ecología promueven la cocina circular dando pautas a la cocina del aprovechamiento que va de la ropa vieja a las croquetas. De la misma manera la tendencia de tener el huerto en casa es una realidad con mesas jardín en la terraza o en el balcón para algunas hortalizas y finas hierbas. Seguramente esto va a requerir mayor espacio en la cocina y, de paso, pasar de la cocina casi unipersonal a la cocina grupal, donde participan varios miembros de la familia y, en ocasiones, también los amigos.

Una cocina amplia y bien iluminada que permite mayores preparaciones y colaboración entre varias personas simultáneamente da lugar a una actividad extraprofesional que puede ser sumamente relajante, que favorece el equilibrio psicológico con una actividad manual y un cierto ejercicio físico. Por no hablar de la posibilidad de preparar platos para próximas comidas con visión de autoabastecimiento cuando las verduras están en su mejor época o preparando escabeches de pescado de temporada.

También es clara la tendencia al consumo de productos naturales y más ligeros, una cierta herencia de la 'nouvelle cuisine', que buscaba no adulterar el gusto. Los restaurantes aparecieron en Francia después de la revolución de 1789, cuando los cocineros de las grandes casas nobles se quedaron sin trabajo y se instalaron en casas de comida, los restaurantes.

Entonces las comidas eran pesadas de un plato después de otro con tres salsas básicas, la oscura (salsa española) y dos blancas (bechamel y holandesa). La comida actual busca salsas ligeras con el jugo del propio producto y se consume al minuto: de la cocina a la mesa de comer y, cuanto más cercana, mejor.

Hoy, el acto de comer va más allá de la función de alimentarse. El acto de comer en casa es a menudo un acontecimiento que puede ser diario o no pero que en cualquier caso tiene algo de escenificación. Tiene, o debe tener, una participación de los distintos miembros de la familia, poniendo y recogiendo la mesa, terminando una preparación, aliñando una ensalada, limpiando los utensilios después de la comida. El acto de comer favorece la interrelación, la comunicación y la convivencia.

Este nuevo escenario requiere cocinas unidas al comedor o con una mesa central en la cocina, una tendencia actual y futura en la que la persona o las personas que cocinan son a su vez comensales y la cocina vuelve a ser el centro y no un taller de trabajo separado del resto, como pasaba anteriormente. Cocinar y comer en el mismo espacio. Volvemos a los orígenes: cocina, fuego, hogar.