Bajas en alcohol: bebidas que no suben (tanto) a la cabeza

Beber sin beber (demasiado): hace poco reseñamos una serie de vinos que se mantienen por debajo de los 13 grados, una cifra que supone una barrera psicológica. Ahora subimos la apuesta con una selección de bebidas en las que el tope está en los 5 grados. Ya no solo hablamos de vinos, sino también de otras propuestas como cervezas, sidras o rarezas a medio caballo entre la 'kombucha' y el vino natural. Aquí va la muestra fehaciente de que hay una revolución líquida en la que la graduación cotiza a la baja. 

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Ama Pét-Nat Tea (1,5-2,5 grados)

Lo que hacen Ramón Perisé y Dani Lasa, dos viejos conocidos del I+D del restaurante Mugaritz, es una de esas curiosidades que hacen que uno tenga que mirar dos veces la etiqueta. Lo de 'pét-nat' tiene que ver con el método ancestral para lograr vinos espumosos que aquí hace su magia a partir de la fermentación de distintas variedades de té e infusiones de hierbas. El resultado recuerda a un vino natural con burbuja y notas cítricas y florales que sorprenden en cada trago. El contenido de alcohol oscila entre los 1,5 y los 2,5 según la variedad.

¿Por qué no aparecen los grados de los vinos en las cartas?

Cruzcampo Tremenda (2,4 grados)

En España hay una larga tradición de cervezas ‘sin’ (con un contenido de alcohol inferior al 1% en volumen) o directamente 0,0 (con, como su propio nombre indica, cero grados), pero faltaban ejemplos de las llamadas ‘session’. La peculiaridad de estas es que recortan la habitual graduación alcohólica de su estilo de referencia. Un ejemplo es la Cruzcampo Tremenda con exactamente la mitad de grados que la Cruzcampo Pilsen.

Musker Cider (3,5 grados)

La sidra es una de las bebidas alcohólicas que menos grados tiene. Partiendo de esa base, siempre es posible rebajar la cuota a partir de variaciones como las ‘cider’ (pronunciadas ‘saider’), refrescos con un poco de alcohol hechos a base de zumos de manzana y de otras frutas. En el caso de Musker Cider de Aburuza, lo que tenemos es zumo de manzana autóctona del País Vasco que además no tiene aditivos. La presentación, como viene siendo habitual, es en botellín, como si de una cerveza se tratara.

Mavam (5,5 grados)

No hablamos en este caso de vino, sino de cóctel de vino (como si de una sangría o un tinto de verano se tratase). La línea Mavam cuenta con distintas ‘variedades’ que precisamente van en función del tipo de uva que se trate: macabeo, moscatel y tempranillo. Todos cuentan con una fina burbuja, están elaborados con el añadido de zumo de frutas, y son una idea de Bodega del Saz, ubicada en Ciudad Real.

Aperitivo de vermut La Casera (2,6 grados)

Si uno piensa en vermut, lo primero que viene a la cabeza es un vino aromatizado dulce, oscuro y con una graduación importante, normalmente entre los 15 y los 23 grados. Lo que propone La Casera con esta bebida de aperitivo es convertirla en un trago con apenas alcohol. El contenido en vermut “de uva moscatel y bebidas locales” no supera el 10% del total -al que se añade un 7% de vino blanco-. Se presenta en lata, lista para la apertura en cualquier momento.

Poolside Hard Seltzer (4,8 grados)

Poco sorprende que en Estados Unidos, un país en el que las mezclas listas para beber triunfan, sean tendencia los ‘hard seltzer’, refrescos con un cierto contenido en alcohol. La moda lleva tiempo intentando desembarcar en España donde, si tenemos en cuenta la graduación, compiten de tú a tú con las cervezas tipo ‘pilsen’. En el caso de Poolside, la composición incluye únicamente ingredientes naturales sin edulcorantes ni sabores artificiales añadidos y hay tres versiones: mango, lima y fruta del bosque.

Kombucha Mun (menos de 1,2 grados)

¿Tiene alcohol la 'kombucha'? Pues sí, aunque en muy pequeñas dosis. Lo explican fenomenalmente los chicos de Mun en su web, que dejan claro que lleva alcohol, “pero con matices”. La clave está en la presencia de bacterias junto a las levaduras que son las encargadas de mantener a raya el nivel alcohólico durante la elaboración de esta bebida, y también en la larga fermentación. De este modo, sus 'kombuchas' están etiquetadas por debajo de 1,2 grados, lo que hace que, según la ley, no haya que advertir de la presencia del alcohol. Este proceso también hace posible que las 'kombuchas' de Mun no requieran frío para su conservación: todo ventajas.