¿Quién debe ser el alcalde de noche de Barcelona? Ámsterdam, Londres y Nueva York avisan a Collboni

Jaume Collboni ha anunciado la implantación de un alcalde de noche, que seguramente asumiría alguno de sus dos nuevos socios para el gobierno, Ada Colau o Xavier Trias. Un sistema que desde hace años tienen en ciudades como Nueva York, Ámsterdam y Londres y que va mucho más allá de "poner multas".

Ámsterdam, Londres y Nueva York son ciudades en la vanguardia para gestionar la noche de forma menos restrictiva y las primeras a tener un alcalde por la noche. "Por muy ruidoso que sea un bar o por muchas peleas que haya, no se resuelve nada solo con multas e inspecciones, hay que aportar soluciones y comunicación". Así lo resume en una entrevista en ACN Ariel Palitz, la primera alcaldesa nocturna que ha tenido Nueva York. También los actuales 'zares' de la noche en Londres y Ámsterdam, Amy Lamé y Freek Wallagh, defienden un modelo más dialogante con bares y discotecas que promueva una mejor relación con los vecinos. Es el camino que marcan estas ciudades pioneras al nuevo alcalde por la noche de Barcelona.

Jaume Collboni prevé este nuevo cargo como una de las novedades del futuro consistorio municipal que surja del pacto de gobierno y que quedaría en manos de los socios. La idea de los socialistas es que se encargue de mediar y coordinar la actividad nocturna de la ciudad, especialmente en el ámbito de la cultura y del ocio. El alcalde de Barcelona cree que permitiría programar cultura en horas nocturnas u ofrecer más alternativas de ocio a los jóvenes. Cómo avanzó viernes Collboni, Barcelona se fijará sobre todo en el modelo de Nueva York y Londres.

¿Qué perfil debería tener?

Experiencia en establecimientos de noche, talante dialogante y habilidades negociadoras. Precisamente el viernes Collboni dijo que el cargo no lo debe ocupar "necesariamente" un político y que "puede ser una persona reconocida en el ámbito del ocio nocturno y el mundo cultural de la ciudad".

Con 15 años el holandés Freek Wallagh ya trabajaba al distrito rojo, donde estuvo contacto con trabajadoras sexuales, camareros, bailarines y músicos hasta que empezó a organizar sus propios acontecimientos y a actuar como poeta. Implicada en el movimiento LGTBIQ+, Amy Lamé llevó durante 27 años un conocido club londinense.

También Ariel Palitz era propietaria de un local en Manhattan. "Era considerado el bar más ruidoso de Nueva York porque un vecino trucaba constantemente para denunciarme. Solo era una persona, pero captó mucho la atención de las autoridades y me hicieron la vida imposible", explica. De aquí le viene su activismo para defender el sector y cuando el 2018 se abrió el concurso para gestionar la noche de la ciudad que nunca duerme, se presentó.

Palitz, Wallagh y Lamé pasaron un proceso de selección público. Nueva York y Ámsterdam tienen una oficina que actúa como enlace entre el sector de la noche y el gobierno municipal, mientras que en Londres este departamento está integrado dentro del ayuntamiento de Sadiq Kan. A pesar de su relación en el pasado con el partido laborista, Lamé no había concurrido a las elecciones municipales y optó al cargo a través de un concurso abierto.

Punto de enlace

Así es como conciben en Ámsterdam, Londres y Nueva York la oficina de noche: un punto de encuentro entre todas las "criaturas de la noche", el ayuntamiento y los vecinos. Esto quiere decir bares, pubs y clubes, pero también trabajadores otros sectores, como enfermeras o conductores.

Todo ello implica trabajar largas horas. Tienen un horario partido, haciendo gestiones durante el día con la administración y recorriendo bares, clubes y lugares de espectáculos por la noche. "Tengo una de los mejores trabajos de Londres", asegura Lamé, que es responsable del que pasa entre las seis de la tarde y las seis de la mañana en la capital británica. "Si perdemos los locales independientes, de música en directo, clubes, espacios LGTBIQ+ en Londres, perderíamos el corazón y el alma de nuestra ciudad", alerta Lamé.

Quejas de vecinos

Wallagh cree que uno de los grandes retos de un alcalde por la noche es "intentar poner cordura a la irracionalidad": "Es decir, decidir qué quejas son válidas y qué son de gente que solo se queja porque tiene demasiado tiempo libre".

El ruido es una de las más habituales. "La idea de silenciar la noche es poco realista", opina Palitz. La neoyorquina apostó para mejorar la comunicación entre los vecinos y los locales de forma que, antes de llamar a la policía, hablaran entre ellos. Además, implementó un programa para acabar con las macrorredadas en establecimientos por la noche y buscar soluciones dialogante con los propietarios, los vecinos y la policía.

Por su parte, Lamé se está fijando en Barcelona para promover una noche más larga en Londres. "Nos gustaría seguir los pasos de Barcelona, flexibilizar las regulaciones y permitir que la hostelería abre hasta más tarde". Reconoce que la cultura juega un papel en los horarios, especialmente teniendo en cuenta que la gente cena "cinco horas más tarde" en Barcelona.