Carta al alcalde

Los vecinos de Can Raventós apelan a Collboni para detener los pisos de lujo en la última masía virgen de Sarrià

Reprimenda de la Antifrau al Ayuntamiento de Barcelona por los pisos de lujo en Can Raventós

Barcelona paraliza las obras para construir pisos de lujo en la masía de Can Raventós

Miembros de la plataforma Defensem Can Raventós, delante del jardín de la masía del barrio de Sarrià, en Barcelona.

Miembros de la plataforma Defensem Can Raventós, delante del jardín de la masía del barrio de Sarrià, en Barcelona. / MANU MITRU

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

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La construcción de dos bloques con 53 viviendas de lujo está detenida desde octubre pasado en el jardín de Can Raventós, la última masía intacta de Sarrià, en Barcelona. El Ayuntamiento ordenó paralizarla al advertir que faltaba un plan de seguimiento arqueológico del terreno, adyacente a una finca protegida del siglo XIX. Una petición de la propiedad para introducir cambios en la licencia de obras pospone la reanudación de los trabajos hasta que obtenga el visto bueno del departamento de urbanismo, explica el consistorio.

A la espera de que cese una interrupción calificada de temporal y que se alarga hace ya casi tres meses, los vecinos organizados contra el proyecto urbanístico apelan a la cúpula del gobierno municipal del PSC para que prolongue la pausa por más tiempo. Las labores en el terreno comenzaron en agosto pasado, bajo autorización del consistorio para talar 22 árboles.

La plataforma Defensem Can Raventós presentó una carta el jueves en el consistorio, dirigida al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, la teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, y la concejal de Sarrià-Sant Gervasi, Maria Eugènia Gay. En la misiva, la organización reclama la “parada de las obras de manera preventiva”. 

El colectivo vecinal mantiene un contencioso contra el plan inmobiliario, aprobado en septiembre de 2020 por Barcelona en Comú, PSC y Barcelona pel Canvi, el grupo municipal que Manuel Valls encabezó. El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) tiene pendiente resolver el litigio. Defensem Can Raventós insta al ejecutivo municipal a ordenar que las tareas en la parcela no se retomen “a la espera de la sentencia del TSJC”. La carta íntegra se puede consultar en el documento adjunto a esta noticia.

Carta de la plataforma Defensem Can Raventós dirigida al alcalde Jaume Collboni y las tenientes de alcalde Laia Bonet y Eugènia Gay [Pub. programada]

Carta de la plataforma Defensem Can Raventós dirigida al alcalde Jaume Collboni y las tenientes de alcalde Laia Bonet y Eugènia Gay [Pub. programada]

Carta de la plataforma Defensem Can Raventós dirigida al alcalde Jaume Collboni y las tenientes de alcalde Laia Bonet y Eugènia Gay [Pub. programada]

Reprimenda de la Antifrau

La plataforma opina que la suspensión de los trabajos tiene aún más sentido desde que “la Oficina Antifrau de Catalunya confirma que ha detectado incidencias en la tramitación” del proyecto edificatorio. A raíz de una denuncia del colectivo, el órgano anticorrupción concluyó en noviembre que no se observan “indicios de influencias indebidas” en el aval que el Ayuntamiento otorgó a la promoción. No obstante, sí constató “la existencia de conflictos de interés aparentes en responsables municipales”. 

Aun sin mencionarlos, la Antifrau se refería al teniente de alcalde Albert Batlle, concejal de Sarrià-Sant Gervasi en el mandato pasado; la gerente del distrito, Marta Català, y Salvador Ferran, presidente de Bigdal 5000 SL, sociedad propietaria de la parcela y promotora de que se edifique en el jardín. Los tres comparten militancia y cargos en la ejecutiva de Units per Avançar, la formación heredera de Unió Democràtica e integrada en las listas del PSC en las convocatorias electorales.

Defensem Can Raventós recuerda que la resolución de la Antifrau señaló que las supuestas incompatibilidades “no fueron debidamente gestionadas por el Ayuntamiento”. También explicita que el organismo recomendó al consistorio que justifique “de forma exhaustiva los razonamientos y las decisiones” en torno a la reforma en la masía de Sarrià.

Obras en el jardín de la masía de Can Raventós en el barrio de Sarrià, en Barcelona, el pasado agosto.

Obras en el jardín de la masía de Can Raventós en el barrio de Sarrià, en Barcelona, el pasado agosto. / MANU MITRU

Fallo sin recurso

A su vez, Defensem Can Raventós requiere al gobierno socialista que adquiera el “compromiso de acatar la sentencia del TSJC” cuando se dicte. La organización vecinal ve incumplimientos en la distancia exigida entre los bloques y la masía para proteger la finca histórica, así como en la profundidad a la que se excava y la altura de las edificaciones. Cree que los supuestos desajustes abocan al plan a ser derogado. En caso de que así ocurra, el Ayuntamiento podría verse forzado a indemnizar a los promotores

La inmobiliaria Corp ha puesto ya a la venta una docena de las viviendas de Can Raventós, pendientes de construir. Son domicilios de 64 a 227 metros cuadrados, contado la terraza. Están tasados entre 842.000 y 2,12 millones de euros.

La plataforma exhorta al consistorio a no recurrir el fallo al Tribunal Supremo. También ruega la “reanudación inmediata de las negociaciones con la propiedad” para pactar una permuta de terrenos, con la que se reubique la construcción de los pisos a otra parcela y se blinde el jardín de la masía.

El Ayuntamiento trató la posibilidad de trasladar la edificabilidad con los promotores, pero las conversaciones se cerraron sin que fructificaran el verano pasado. Desde entonces, el ejecutivo siempre ha defendido que los trabajos en Can Raventós están amparados por una licencia ajustada a la ley y que no se puede revertir.

Por su parte, los activistas vecinales apremian al gobierno Collboni a demostrar “valentía” para “salvaguardar el patrimonio natural y arquitectónico” y “rectificar” lo que tacha como “errores del pasado”. En ese sentido, abogan por que el jardín se preserve y abra al público como un “refugio climático”, para que la sombra de los árboles alivie futuras olas de calor. Hasta ahora, ha sido un espacio cerrado. También defienden que la masía sea accesible y albergue equipamientos.