Los defensores del carril bici de Via Augusta buscarán amparo en la UE por los fondos europeos que lo financiaron

No hay ningún indicio, por ahora, que indique que el nuevo carril bici de la Via Augusta corra peligro de desmantelamiento inminente, pero los ciclistas prefieren curarse en salud y tener lista una estrategia para defender la infraestructura. El alcalde Jaume Collboni prometió una reevaluación de los proyectos urbanísticos que generan quejas, y a finales de julio, el consistorio convocó un concurso público para realizar un estudio sobre la movilidad en esta arteria, en concreto, en el tramo que va de Laforja a Hort de la Vila. El ganador (se están evaluando las ofertas) tendrá 15 semanas para presentar sus conclusiones.

Mientras este proceso avanza, los ciclistas recuerdan al consistorio que parte del vial se pagó "con fondos europeos que deberían ser devueltos en caso de revertir la obra". También tienen prevista una "gran marcha con acción sorpresa" el sábado 21 de octubre y para noviembre preparan "una conferencia científica" para defender la movilidad sostenible.

Jaume Llansó, promotor de la plataforma Bici Augusta, tiene la sensación de que el veredicto final no caerá de su lado. Por cosas que le llegan que prefiere no concretar. Es más un 'feeling' que una certeza, vamos. "Nos consta que puede producirse un replanteamiento del carril, por eso tenemos que estar preparados", comparte. La ciudad sigue creciendo en cuanto a infraestructura ciclista -acaban de empezar las obras para que todo Mallorca sea ciclable-, por eso no entienden que haya tantas dudas sobre este carril que acumulaba décadas de reivindicación. Una de las vías de resistencia pasa por Europa. "Recurriremos a eurodiputados de la izquierda para que presionen, ya que parte de la obra se pagó con los fondos Next Generation", sostiene.

Los perjudicados

En concreto, se trata del tramo entre Laforja y Ganduxer el que recibió soporte de la UE. En cambio, desde esta última calle hasta Dolors Monserdà, ya en Sarrià y a nada de la Ronda de Dalt, la financiación salió del proyecto de presupuestos participativos. Las obras empezaron en noviembre de 2022 y se terminaron en julio de 2023 y ahora Via Augusta tiene un carril para vehículos privados menos por sentido, cosa que se nota, sobre todo, en el tramo desde Hort de la Vila (salida del túnel de Vallvidrera) hasta General Mitre. Menos problemas se registran hasta la plaza de Molina. Otro de los nuevos 'handicaps' de la arteria es que las paradas del bus, que no tiene vial reservado, ralentizan todavía más el tráfico. Como resultado, la calle, que ya tenía serios problemas a primera hora de la mañana y por la tarde, tiene ahora cierto grado de congestión prácticamente durante todo el día.

Así las cosas, la decisión de mantenerlo puede atenerse a criterios de movilidad, pero también pesa la decisión política: los 'comuns' defendieron instalarlo sin tener en cuenta las consecuencias, mientras que el PSC no lo ve tan claro. El lema de la protesta del 21 de octubre va, de hecho, en esa dirección: "Collboni, no hagas como Logroño, queremos ser París". La capital de la Rioja, con un alcalde del PP, va camino de eliminar carriles bici en el centro de la cuidad, de ahí la comparación. "Estamos convencidos de que Europa blindará este carril", asevera Llansó.

La voz de los expertos

Para la semana del 6 al 13 de noviembre tienen prevista una conferencia con pediatras, el Bicicleta Club de Catalunya (Bacc) y expertos del Instituto de Salud Global de Barcelona, entre otros ponentes. "Gracias al carril bici están entrando menos coches por la Via Augusta, lo que implica menos contaminación. La ciudad va en la línea que tiene que ir, no hay lugar para las políticas regresivas", resume el portavoz de Bici Augusta, colectivo que el pasado 19 de julio realizó una inauguración 'furtiva' del carril bici de Via Augusta, con la participación de dos concejales de Barcelona en Comú.