La movilidad sostenible

Comienzan las obras para que toda la calle Mallorca sea ciclable

Las obras del tranvía en la Diagonal cortarán cuatro calles del Eixample este septiembre

El carril bici pirata de Barcelona cumple 40 años

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A1-180870415.jpg / JORDI OTIX

C. C.

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Han comenzado las obras que convertirán Mallorca en una calle ciclable de punta a punta. Lo es ahora solo parcialmente, desde el Clot y hasta el paseo de Sant Joan. No es todavía una ruta ciclista muy transitada, probablemente por eso, porque al llegar a la plaza de Mossèn Jacint Verdaguer toca desviarse por la Diagonal o por el paseo de Sant Joan. Sin duda, es un carril bici con menos uso que el de Provença, la calle inmediatamente paralela, y eso que este último es de doble dirección y, por ello, más estrecho e incómodo. Han comenzado, lo dicho, unas obras que podrían reconfigurar el tráfico en bicicleta en el corazón del Eixample.

El inicio de los trabajos puede que incluso haya pasado algo inadvertido entre quienes esta semana han paseado por la zona. Los operarios han comenzado a reformar la calzada en el tramo de Mallorca comprendido entre las calles de Girona y Bruc. Aún no han finalizado los trabajos de enlosado del eje verde de Girona (un inesperado yacimiento arqueológico alteró el calendario previsto) y no lejos de ahí prosiguen las obras de extensión de la red del tranvía por la Diagonal. Podría parecer así que lo hora empezado es una operación menor vinculado a lo anterior, pero no es así. Mallorca, cuando finalice este proyecto, será una calle con una nueva sección: carril bus a la derecha, según se mira en el sentido de la marcha, carril bici, junto a la acera izquierda, y solo dos carriles centrales para vehículos privados de motor en mitad de ese bocadillo.

Esa será la vista a pie de calle. A vista de pájaro, la prolongación del carril bici hasta donde muere Mallorca, es decir, hasta la calle de Tarragona, la perspectiva es otra. La reconversión  del Eixample para que sea un distrito menos hostil con los ciclistas ha avanzado sin pausa desde hace años, de manera que, cuando finalicen las obras en curso, serán ciclables las siete calles paralelas que van de Gran Via a Provença, ambas incluidas.

Salmones en el carril bici

A medio plazo, el propósito del área de movilidad del Ayuntamiento de Barcelona es poner fin a los carriles bidireccionales, porque se consideran más problemáticos, sobre todo en las intersecciones. De momento, sin embargo,  no hay fecha aún sobre el calendario para que eso suceda en el caso de Provença. Es, dentro de la trama del distrito, uno de los más exitosos y ello hace prever que el cambio no será fácil. En el argot ciclista urbano, a quienes circulan en sentido contrario al de la marcha se les conoce como los salmones, porque nadan río arriba, y no sería extraño que durante un tiempo, si llega el caso, Provença sea una de esas ‘cuencas fluviales malditas’. Para que eso suceda, primero tienen que terminar las obras de Mallorca y, después, los ciclistas tienen que incorporar esta nueva ruta a sus hábitos, aunque con un gran hándicap: la calle será ciclable de punta a punta salvo por un corto paréntesis, entre Borrell y Urgell. En esa sección, de menos de un centenar de metros, una acera reurbanizada por la presencia de una escuela ocupa la parte de la calzada en principio reservada para el carril bici. Cómo se resolverá ese conflicto es una incógnita aún sin solución.