En bosques y parques

Una plaga de escarabajos condena a 1.200 árboles a ser talados en Barcelona

PROTESTA | Comienzan las obras en la última masía virgen de Sarrià: casi 60 pisos de lujo y 22 árboles talados

INFOGRAFÍA | Así cayó la palmera que mató a una joven en el Raval de Barcelona

Un pino piñonero, en el centro de la imagen, junto a dos cedros del Himalaya y setos de mirto en los Jardines del Palacio de Pedralbes, en Barcelona.

Un pino piñonero, en el centro de la imagen, junto a dos cedros del Himalaya y setos de mirto en los Jardines del Palacio de Pedralbes, en Barcelona. / JORDI OTIX

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Unos escarabajos son los culpables de la anómala mortandad que padecen los pinos en Barcelona, en ascenso en los últimos años. El nombre de ‘Tomicus’ no es para nada desconocido en poblaciones próximas a la capital, en especial en el Maresme, donde el insecto ha causado estragos en grandes superficies de pinares desde hace más de un lustro. Los intentos para contener la plaga no han sido suficientes para impedir que alcance también a la urbe: el Ayuntamiento calcula que la especie ha anidado en unos 1.200 árboles de la ciudad, sobre todo en bosques y algunos parques. La invasión los aboca a ser talados para erradicar la amenaza, capaz de liquidar a un ejemplar en pocos meses.  

El consistorio ha contratado a una empresa para que corte y retire árboles infestados por la especie ‘Tomicus sp.’ y otras plagas en suelo forestal de Barcelona. La empresa La Cyca Projects and Services SL se ha adjudicado el contrato, por el que el Ayuntamiento pagará como máximo 106.889,71 euros, si bien el coste final dependerá de los servicios que se acrediten prestados. El acuerdo da margen para incrementar el gasto hasta un 20% en caso de que el insecto se disperse aún más. Está previsto que los trabajos de poda empiecen el 18 de septiembre y se alarguen durante dos años, con opción a ser prorrogados por un bienio más.

El Ayuntamiento señala que el millar largo de ejemplares aquejados por el ‘Tomicus’ son sobre todo pinos. Es “la especie a la que más ataca”, resalta el gobierno municipal. “No afecta solo a Barcelona, también está pasando en otros lugares del entorno. Los árboles se talan para evitar la proliferación del insecto”, esgrime.

Calor y sequía

El tiempo seco que impone la falta de lluvia propicia el escenario idóneo para que el escarabajo gane terreno. “Las condiciones ambientales de los dos últimos años han favorecido la expansión de la plaga”, afirma Parques y Jardines. Añade que el incremento de árboles dañados y muertos a causa del escarabajo en los últimos tiempos han acabado “excediendo la capacidad” de sus brigadas para hacerse cargo. Además, son ejemplares que se hallan a menudo “en zonas de difícil acceso”.

La sequía también se intuye tras el accidente mortal de hace un mes en el Raval. El estrés hídrico por falta de agua se perfila como la causa probable de que se viniera abajo la palmera datilera que mató a una chica de 20 años. Tras el siniestro, empleados del consistorio han talado palmeras de la misma clase al detectar estrechamientos y otros indicios de peligro de caída; en los primeros días de agosto, se echaron abajo ocho.

Un informe de Parques y Jardines justifica que resulta necesario proveerse de brigadas para arrancar el “gran volumen” de árboles enfermos y muertos por el ‘Tomicus’, que “está afectando de forma significativa a las poblaciones de ‘Pinus halepensis’ [pino carrasco] y ‘Pinus pinea’ [pino piñonero]”, concreta. Se trata de dos de las 10 especies más comunes en la urbe: el Atlas de la Biodiversidad de Barcelona contabiliza 8.946 pinos piñoneros y 5.544 pinos carracos, sin incluir a los que pueblan la sierra de Collserola. Las cifras quedan lejos de los 46.669 plátanos inventariados: de las 418 especies catalogadas en la capital, es la que más se repite y engloba el 19% de los 245.088 árboles de la ciudad.

La segunda especie más corriente es el almez. Conocida como ‘lledoner’ en catalán, se derrumbó un ejemplar en la superilla de Sant Antoni el miércoles pasado, sin causar víctimas. Expertos consultados por EL PERIÓDICO han advertido del riesgo de que los desplomes repentinos de árboles se hagan más usuales en Barcelona por influjo del cambio climático, en especial por la combinación de calor y lluvia insuficiente.    

Más bajas a la vista

La extensión de la plaga de ‘Tomicus’ ha provocado que “el número de bajas se haya visto incrementado de forma exponencial en los últimos años” en la ciudad, según el diagnóstico de Parques y Jardines. El pronóstico es que “continúen habiendo más bajas”.

El estamento municipal subraya el “gran poder de colonización” que caracteriza a la plaga. “La única forma efectiva para reducir su capacidad de expansión es la tala y retirada inmediata de los árboles afectados”, postula.

Las “temperaturas elevadas” y las “escasas precipitaciones” contribuyen no solo a propagar el ‘Tomicus’ en los pinares, sino también “la llegada de nuevas plagas o la expansión de otras presentes” que se ceban con más especies típicas del Mediterráneo, advierte Parques y Jardines. El informe sostiene que la confluencia de unas condiciones ambientales adversas y la embestida de distintas plagas está causando un número “anormalmente elevado” de pérdidas de encinas y madroños, entre otros.

El contrato establece que las tareas se concentrarán durante seis semanas consecutivas cada año, con 30 días de trabajo efectivo. Se requiere que la poda sea antes del verano o una vez que finalice, para intervenir cuando decaiga la alerta de incendio, al tiempo que se esquive también la época de cría de la fauna. Se estima que se talarán de 12 a 15 árboles al día.

Suscríbete para seguir leyendo