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Dónde darse sopapos premium en Barcelona como en Humor Amarillo

Fue en Barcelona donde se estrenó hace 13 años la primera gincana de Humor Amarillo de España. No pasan de moda los sopapos premium. En estos centros podrás perder la dignidad sin tirar de Thrombocid   

Barcelona se llena de urinarios activistas

Un Tarzan catalán a domicilio

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A1-178152786.jpg / Marc Vila

Ana Sánchez

Ana Sánchez

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Aquí uno entra preparado para recibir más leñazos que Bertín Osborne hablando de paternidad. Estos son sopapos premium, como los de la tele de los 90. Hay dos hectáreas acolchadas: se avistan barrederas, hinchables más resbaladizos que los datos de un debate electoral y, sí, ahí en la piscina están las míticas ‘zamburguesas’ con las que perder la dignidad igual que un concursante de Humor Amarillo

La doble barredera de  Humor Amarillo Castellolí. 

La doble barredera de Humor Amarillo Castellolí.  / Marc Vila

Fue “una prueba que marcó los 90 más que la teta de Sabrina”. Lo reconocen las nuevas voces de 'El castillo de Takeshi'. “Humor, pero de ningún color en particular, ¿eh?”, se desmarcan ahora de títulos políticamente incorrectos. Esta semana se han estrenado en Amazon Prime los nuevos 8 capítulos del programa japonés de culto, esta vez con el doblaje cómico de Dani Rovira, Eva Soriano y Jorge Ponce. Eso significa que lo mismo ves a los presentadores preguntar “¿pero qué Pretenders?” que a concursantes gritando “¡que vuelvan Los Serrano!”. Ahí sigue el general Tani original, ahora con la edad de Tamames, y hasta aparece entre los hinchables la cuarta generación del famoso chino Cudeiro, ahora Cudeiro a secas. 

“La hostia –confirman sin titubeos tres décadas después - forma parte de nuestro ADN. Desde el hombre de Cromañón hasta Will Smith, pasando por el rey Juan Carlos”. No solo dan fe las hordas de japoneses que acaban por los suelos en la tele. Existe otra multitud de a pie que pierde a diario la dignidad en Barcelona. Hace 13 años que el mítico programa de los 90 mutó -a 10 minutos de Vic- en circuitos de aventuras. No pasa de moda, no. “Estamos con más gente que nunca”, asegura Edim. A estas alturas, ellos ya han hecho Humor Amarillo hasta con djs y ‘foodtrucks’. 

Una de las pruebas del Humor Amarillo de Castellolí: atravesar un hinchable XXL con bombardeo de pelotas.

Una prueba del Humor Amarillo de Castellolí: atravesar un hinchable XXL con bombardeo de pelotas. / Marc Vila

Edim Castells es el propietario de Humor Amarillo Castellolí (Ctra. Nacional IIa, Km 560, a unos 35 minutos desde la Diagonal). Es una gincana acolchada en medio de un complejo de ocio de 6 hectáreas, con karting y paintball. Aquí te puedes encontrar desde las clásicas barreras móviles de espuma hasta un toro mecánico o una piscina sobre la que intentar corretear de ‘zamburguesa’ en ‘zamburguesa’. Tienen 7 hinchables XXL donde corres más riesgo de caerte que Biden. Y no, no todo es de inspiración noventera: también los hay interactivos con pulsadores electrónicos

Hinchable interactivo con pulsadores eléctricos.

Hinchable interactivo con pulsadores eléctricos. / Marc Vila

“¡¡¡Vamooos, Cudeirooooo!!!”. ¿Cudeiro, han dicho? Te das la vuelta con la misma hiperventilación que cuando te enteraste del doblaje de Milli Vanilli. “No, no –te corrige una chica sudorosa-, soy Fabeiro”. Se quedará para siempre con el mote de “la Cudeiro”, te confirma acto seguido el resto del grupo. Son compañeros de trabajo, enfermeros de entre 27 y 34 años. “Venimos de trabajar toda la noche en Urgencias”, dicen sin rastro de ojeras. Aguantarán en pie las dos horas (intensas) de gincana. ¿Que si vieron Humor Amarillo? Claro. “Aquí tienes más momentazos que allí”, te dirán al final del recorrido. Son 15 pruebas con monitora dicharachera. (Mínimo 8 participantes, 37€; niños, 27€). “Te ahorras el gimnasio”, garantizan resoplando a los 10 minutos. Es más difícil de lo que parece. Sales magullado, con la dignidad por los suelos y la sonrisa floja. Hay pocas cosas que alegren más en la vida que ver una buena hostia

Intentando evitar (sin éxito) la doble barredera.

Intentando evitar (sin éxito) la doble barredera. / Marc vila

“Al principio lo veían como algo que daba vergüenza –apunta Edim-. Ahora es al revés”. Hay mucho ‘team building’ y despedidas de soltero. Mucho disfraz: “De sevillanas, de payaso, de pene gigante…”, van enumerando Ruth y Aina en recepción. Hay gente que viene muy motivada. “Yo he llorado de la risa –confiesa Aina-, a lágrima viva”. ¿Lo más raro que han visto? En una despedida, recuerdan, los amigos dejaron al novio atado todo el día en la verja de la entrada con una pancarta: ‘Beso o torta’. 

Un deslizador con canasta.

Un deslizador con canasta. / Marc Vila

En Catalunya es donde más se ha multiplicado este Humor Amarillo sin cámaras de televisión. Mucho ojo. Se recomienda mirar las reseñas de Google antes de contratar cualquier actividad. Hay unas cuantas con quejas de lesiones

 “Es una de las actividades más complejas de gestionar –asegura Gerard Costa, cofundador de Humoramarillo.cat-. Es una actividad muy técnica, porque está basada no en la prevención de caídas, sino en las caídas”. Ellos saben de lo que hablan: eran técnicos de seguridad de La Fura dels Baus. Su circuito incluye caídas hasta de una bici voladora

La bici voladora del Humor Amarillo de Anigami.

La bici voladora del Humor Amarillo de Anigami. / PAU FRANCH

Aquí es donde se escuchó por primera vez el grito de guerra de “¡¡¡al turróoooon!!!!”. Esta es la primera gincana de Humor Amarillo de España: abrió en 2010. De hecho, fueron ellos quienes registraron la marca como actividad de ocio. Es el Humor Amarillo de Anigami. Humoramarillo.cat. Está en medio del bosque, en el Mas les Comes de L'Esquirol (a una hora de Barcelona, a 10 minutos de Vic). Tienen una finca con 4 hectáreas de actividades y una charca natural donde pegarse trompazos sin tirar de Thrombocid. 

Caída con técnicas de seguridad aérea.

Caída con técnicas de seguridad aérea. /

“Algunas de las pruebas del Humor Amarillo original no eran factibles –cuenta Gerard-, porque esos japoneses se rompían, se hacían mucho daño. Nuestro gran trabajo –recuerda- fue diseñar pruebas con caídas espectaculares pero con cero riesgo”. Como la bicicleta voladora. “Hay un trabajo de ingeniería de nuestro equipo”. En su primera versión de los rodillos, por ejemplo, usaban cuerdas elásticas que solían utilizar en espectáculos de la Fura. “Podemos graduar los kilos de la persona para que la sensación de caída sea igual pero su cabeza jamás llegue a tocar el suelo”. Tecnología de seguridad aérea. “Nosotros hacemos una actividad de caídas de verdad”, garantiza.  

Uno de los dinamizadores de Anigami, en plena sesión.

Uno de los dinamizadores de Anigami, en plena sesión. /

Los rodillos ahora son flotantes. El circuito de 2 horas incluye dos dinamizadores, pista americana, hinchable acuático y luchas de guerreros, entre otros potenciales castañazos. (Grupo mínimo de 8 personas, entre 38 y 45€). “Hemos tenido despedidas de soltero que venían de Inglaterra solamente para hacer el Humor Amarillo –saca pecho Gerard-. Un grupo de chicos vinieron de Dubái”. ¿Que qué engancha? “Ver a tus amigos pegarse una hostia –sonríe el cofundador- es una experiencia”.

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