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Tarzández: un Tarzán catalán a domicilio

Le avisan por las redes y él acude a lo superhéroe. Lo mismo rescata serpientes venenosas que se deja picar por un escorpión para explicar lo que se siente. Alex Hernández es ‘influencer’ de animales. Hace rescates virales por el mundo          

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Ana Sánchez

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Metes los pies en el agua con la misma grima que al ver el nuevo videoclip de Leticia Sabater. No se ve el fondo, pero se intuyen más bichos que en el templo maldito de Indiana Jones. Es un pozo abandonado en medio de la nada. “El pantano de Shrek estaba más limpio que esto”, asiente Alex haciendo equilibrios sobre tu misma viga mugrienta. Aquí hay más ranas atrapadas que en la filmografía de Disney, quizá alguna culebra, “no sabemos si algo más”, añade con deje rutinario. Le avisaron por Instagram y aquí está, como si fuera un Tarzán a domicilio. Tarzández –se ha rebautizado en redes-. Es un Tarzán catalán que rescata animales por el mundo.  

Su vida parece un documental de La 2. Lo mismo rescata a mano serpientes venenosas “potencialmente mortales” – detalla como si nada- que le agarra la cola a un cocodrilo de tres metros y medio o esquiva el bocado de una tortuga mordedora. Hasta se ha dejado picar por un escorpión para explicar a sus seguidores lo que se siente. Él se encoge de hombros sin aspavientos. “Dirán aquello de ‘murió haciendo lo que más quería’”. 

Suena a superhéroe castizo, como Superlópez pero en versión animalista. Este Tarzán se apellida Hernández: de ahí lo de Tarzández. Más conocido como “ese que coge bichos”. Hay quien lo llama "el nuevo Frank de la Jungla”. No, a él no le gusta que le encasillen. “No quiero ser una continuación”, se justifica. “Obviamente, de pequeño me inspiró mucho”.

Alex, con una de las ranas atrapadas en el pozo.

Alex, con una de las ranas atrapadas en el pozo. / JORDI OTIX

Acumula más de 750.000 seguidores entre Instagram, TikTok y Youtube. Tiene vídeos con 21 millones de visualizaciones. ‘Influencers’ de naturaleza y de animales, así los llaman. Se empiezan a multiplicar por las redes. “Somos ‘influencers’ que hacemos falta –apunta Alex-. Se está concienciando a la gente”.   

Él busca por el mundo “efectos trampa”: “Son construcciones humanas -detalla- donde los animales caen o se refugian creyendo que están a salvo y luego ya no pueden salir. Si no se les saca, mueren”. Como las ranas del pozo mugriento. “Aunque se parezca a una charca en la que vivirían –explica-, no es un hábitat ideal para ellas. No tienen escapatoria”.   

Los de Tarzández son rescates virales: con el móvil en la mano y la GoPro en la cabeza. “Intento divulgar”, justifica el ‘influencer’. Se mete en pozos, enseña bichos, colabora con centros como el CRARC de Masquefa. Hasta allí ha seguido el rastro, por ejemplo, de la pitón de 13 kilos que encontraron la semana pasada en un árbol de Les Corts.  

@tarzandez Esta es la serpiente que se encontró en un árbol en Barcelona, se trata de una pitón reticulada de 3.60 m y más de 13kg. No tenía chip, de modo que no se ha podido identificar a su dueño. Desde hoy vivirá en el CRARC de Masquefa. #tarzandez #serpiente #serpientes #barcelona #piton #pitonreticulada #reptiles ♬ Chill Vibes

Tiene 24 años y ha pisado 18 países. Lleva la firma de su abuela Lolita tatuada en el brazo, junto a la silueta de Sabina con bombín. Su base de operaciones está en Vacarisses, en medio de la montaña, aunque últimamente viaja a ritmo de Willy Fog. “En estos últimos 12 meses, he estado en Marruecos cinco veces, en México, Costa Rica, Tailandia, Finlandia”, detalla. “Se puede decir que soy un muerto de hambre –se ríe- porque lo que gano me lo gasto en viajar”.  

Es un kamikace, lo confiesa. “Muchas veces lo digo: algún día me va a pasar algo porque no tengo conocimiento”. En México –recuerda-, se plantó en un cocodrilario y a los dos minutos estaba dentro de una jaula agarrando la cola de dos cocodrilos americanos. “Algún día me va a pasar algo”, le dijo al encargado que le coló en la jaula. Y le preguntó cuánto tiempo llevaba él trabajando allí. “Solo un año”, le contestó. “Igual –sonríe ahora- tenía que haberle preguntado antes”.   

Se la ha jugado mucho, pero nunca ha tenido un susto, asegura. “Me han mordido un montón de serpientes, pero no venenosas. Aunque tengo cierta curiosidad por saber qué te hace alguna víbora aquí de España”. No bromea, no. ¿Que por qué se arriesga tanto? “Me siento vivo –responde de carrerilla-. Siempre he sido muy nervioso y cuando estoy haciendo esas cosas es cuando me olvido de todo –se ríe-. Estoy más relajado así que en la cama”.    

@tarzandez rescate de una víbora terciopelo en una casa en Costa Rica 🐍🫶🏻 #tarzandez #rescatesdeanimales #animalrescue #rescatedeserpientesvenenosas #vibora #rescateanimal #animalplanetlatinoamerica Shot on Sony a7III @sonyelectronics ♬ sonido original - Tarzandez

“Esto no es tan extremo como me gustaría”, te dice Alex mientras avista un bicho tamaño trolebús. Seguimos en el pozo mugriento. “Paciencia y perseverancia”, resopla con la red al acecho. Ahora mismo no se ve ni una de las ranas atrapadas. “Te han visto la cara y se han ido para abajo”, se ríe Joel desde arriba. Es su hermano pequeño. Quien le suele acompañar en los rescates, como Deborah Pinto, otra adicta a las serpientes. Hoy la captura es difícil, pero el Tarzán al rescate saldrá del pozo con cuatro ranas. Acabarán brincando en el río de al lado aún con ojos de perplejidad, como si se acabaran de enterar de que Froilán está organizando la Cumbre del Clima

Una de las ranas rescatadas, ya liberada en el río de al lado.

Una de las ranas rescatadas, ya liberada en el río de al lado. / JORDI OTIX

Alex quería ser Andreu Buenafuente. Con 5 años ya grababa en el patio de su casa. Con 13 era youtuber. Estudió Periodismo e hizo un máster de cine documental. “Ahora me han becado en la ESCAC para hacer un posgrado de dirección de fotografía”, anuncia. Quiere hacer documentales. “Que se centren en la relación que tienen las personas con la naturaleza y los animales, sobre todo en zonas remotas”. 

Tarzández, en proceso de rescate.

Tarzández, en pleno rescate. / JORDI OTIX

Hay mucho experto exprés en las redes, lamenta. “Y se recibe mucha crítica también”. “¿Por qué tienes que molestar a los animales?”, le suelen decir. “A ver, ¿te estás quedando con el mensaje?”, les responde él. “El mensaje es que luego hay mucha gente que me escribe y me dice: ‘Gracias a ti ya no tengo miedo a las serpientes’. Me mandaron un mensaje anteayer: ‘Iba con un grupo de ciclistas –le contaba un chico- y nos encontramos a una y la querían matar. Y yo les dije: No, esta es la que sacó el chico en el vídeo –una culebra de escalera, muy común en España, tiene mala leche, pero no hace nada-. Para mí –asegura Alex- eso ya vale la pena, ya me dan igual los comentarios negativos”.   

Este Tarzán tiene formación en primatología y herpetología (estudio de reptiles). Le fascinan las serpientes pero no soporta las cucarachas. “Son mi némesis”, se ríe. ¿A qué tiene miedo él? “Los tiburones me dan un poquito de cosa –confiesa-. Pero quiero superarlo”. En cuanto pueda, dice, se sacará el título de buceo.           

“Recordad que somos el tiempo que nos queda”, suele repetir en sus vídeos. “Es del poeta Caballero Bonald –cuenta-. Me gusta mucho. Creo que define muy bien mi manera de ver la vida: te vas a morir cualquier día. Aprovecha”.      

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