Actividad en el punto de mira

Port y navieras cuestionan un informe que sitúa a Barcelona como puerto más contaminado por cruceros

Avanza la electrificación del Port de Barcelona

Pugna con Colau por el agua de los cruceros

Radigrafía de un día con 11.600 cruceristas en Barcelona

Cruceros atracados en el Port de Barcelona.

Cruceros atracados en el Port de Barcelona. / FERRAN NADEU

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Barcelona habría sido el puerto más contaminado de Europa el año pasado, seguido de Civitavecchia (Roma) y del puerto ateniense del Pireo, según un estudio sobre el impacto de los cruceros que firma el organismo Transport & Environment (T&E). Mantienen que en la capital catalana estos buques emitieron casi tres veces más SOx que todos los coches de la ciudad. Anualmente, la oenegé realiza un polémico ránking, en tanto que su metodología es cuestionada por el sector. El Port de Barcelona y diversas navieras han replicado este jueves que las informaciones carecen de rigor y "tergiversan" los datos, por las unidades de medida y por comparar cifras de coches de un día respecto a las de cruceros de 50 días.

Según el documento, Venecia, que había encabezado una edición anterior de la lista, ha logrado mejorar en 2022. Tras la prohibición de la entrada de grandes cruceros en el puerto que se estableció en 2021 en Venecia, pasó de ser el más contaminado en 2019 a bajar al puesto 41 en 2022, con un descenso del 80% en las emisiones de SOx, se afirma. En 2017 había situado a Barcelona también en primera posición.

Ello no impidió que Italia superara a España como el país más contaminado por cruceros de Europa, sostienen. Aunque el Mediterráneo se lleva la peor parte de la contaminación por cruceros, Noruega ocupó el cuarto lugar de la clasificación e incluso registró el mayor tráfico de cruceros de todos los países, aunque con buques más pequeños.

Críticas al gas natural fósil

T&E asegura que muchos operadores de cruceros están invirtiendo en el uso de gas natural fósil (en su forma licuada, GNL) como alternativa de combustible "supuestamente más limpia" pero apuntan que el gas natural se compone fundamentalmente de metano (CH4).

En lo que va de año, más del 40% de los encargos de nuevos cruceros son de propulsión con GNL. Según defiende T&E "estos buques no son tan malos en términos de contaminación atmosférica como los que usan combustibles convencionales (como el fuelóleo pesado), pero resultan muy perjudiciales desde el punto de vista climático debido a las fugas a la atmósfera de metano sin quemar de sus motores". La organización añade que "el metano, además de un combustible fósil, es un potente gas de efecto invernadero que provoca un calentamiento 80 veces mayor que el CO2". 

En conjunto, la contaminación atmosférica provocada por los cruceros en los puertos europeos "supera los niveles anteriores a la pandemia. y los cruceros que visitan puertos europeos emiten tanto azufre tóxico como 1.000 millones de coches", agregan. A pesar de la introducción de un nuevo límite máximo de azufre en el combustible de los barcos, establecido por la Organización Marítima Internacional (OMI), en vigor desde en 2020, el año pasado los 218 cruceros europeos habrían emitido la misma cantidad de óxidos de azufre (SOx) que 1.000 millones de coches, a su juicio. La entidad reivindica una mayor electrificación, un proceso en el que trabaja el Port de Barcelona, y que ya permitirá a los cruceros de última generación conectarse en 2026.

Acusación de "tergiversación"

El Port ha replicado esta información asegurando que "los datos son falsos". Detalla que "las emisiones de SOx por parte del puerto no son un problema de contaminación desde hace años. Son de 1 microgramo/m³ mientras que los límites establecidos por la OMS son 40 microgramos/m³ (y los de la OMS son los más restrictivos del mundo)". Un portavoz ha añadido que "los datos están claramente tergiversados porque comparan el volumen de coches de un día con el volumen de cruceros de 50 días".

En la misma línea se han pronunciado las principales navieras que operan en Europa, y que en los últimos años han modernizado su flota con tecnologías que reducen notablemente las emisiones. Un informe de Barcelona Regional de 2016 analizó todas las emisiones en la ciudad y reveló que en el caso del puerto, los cargueros y los ferris resultaban más contaminantes que los cruceros, aunque estos han despertado mucho más protagonismo y debate.