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Vecinos de Torre Baró se quejan de demoras prolongadas en el bus a demanda | TMB y el Ayuntamiento las califican de “casos testimoniales”, pero se planifica construir dos rotondas para mejorar la fluidez

Dos vecinos en una de las paradas del bus a demanda de Torre Baró, en Barcelona.

Dos vecinos en una de las paradas del bus a demanda de Torre Baró, en Barcelona. / JORDI OTIX

Jordi Ribalaygue

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Aseguran que el mayor retraso que conocen se produjo la semana pasada. “El autobús tardó 84 minutos en llegar para hacer luego un trayecto de solo nuevo minutos. Y encima llovía... En el tiempo que tardó, me planto en coche en Francia”, compara Toni Ruiz, vecino de Torre Baró, en Barcelona

En el lado sur del barrio escarpado y disperso que se enclava en la falda de Collserola, el bus a demanda funciona desde septiembre pasado, cuando sustituyó a una línea con escasa frecuencia de paso. A través de una aplicación, el vehículo acude a petición de un pasajero para desplazarse a lo largo de una ruta con 34 puntos de recogida diseminados entre Torre Baró, Vallbona, Ciutat Meridiana y la Trinitat Nova. Entre otras ventajas, prometía a los viajeros acortar el tiempo de espera en las paradas. “Nos dijeron que sería como tener un Cabify en la puerta”, afirma Ruiz. Sin embargo, han despuntado las quejas por demoras excesivas. 

“Es habitual que tarde 35, 40 o 60 minutos. Aunque no es diario, también se ha atrasado más de 70 y 80 minutos”, cuentan en el barrio. En cambio, el Ayuntamiento de Barcelona y Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) sostienen que la llegada del bus se dilate de 40 a 60 minutos solo ocurre en el 2% de las reservas. “Son casos testimoniales pero, aun así, se quieren evitar. Estamos trabajando para rebajar esos intervalos”, responden. En ese sentido, se traza construir dos rotondas para tratar de mejorar la fluidez.

“No es cierto que sean casos esporádicos”, replica José Antonio Martínez Vicario, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Torre Baró. “Pasa cada día, sobre todo los laborables. Los retrasos más bajos son de 20 minutos, pero puede haberlos de 50, 60 o 70 minutos”, advierte. 

Un vecino muestra una captura de la aplicación del bus a demanda, que avisa de una demora de 84 minutos para recoger al pasajero.

Un vecino muestra una captura de la aplicación del bus a demanda, que avisa de una demora de 84 minutos para recoger al pasajero. / JORDI OTIX

El vecindario comparte las incidencias del bus a demanda en un grupo de Whatsapp creado al efecto para alertar a técnicos del distrito de Nou Barris. Las reivindicaciones por el transporte público vienen de lejos: fue en Torre Baró donde se secuestró un bus de la línea 47 en 1978 para protestar por la falta de conexiones con el resto de la capital, como revivirá una película a punto de rodarse. “Llevamos 97 reclamaciones en dos meses, con retrasos a partir de 50 minutos”, precisa Ruiz.  

Versiones opuestas

El malestar del movimiento vecinal no casa con los datos que TMB y el ayuntamiento ofrecen. Defienden que más del 90% de los viajes “han tenido un tiempo de espera inferior a 25 minutos”. Según sus estimaciones, los recorridos que se han programado con al menos 45 minutos de antelación suelen demorarse de uno a tres minutos sobre la hora solicitada. Los que se reservan al momento tardan de 14 a 16 minutos de media, estiman la empresa pública y el consistorio.

“Los resultados no coinciden con lo que hay en el barrio. Dicen que todo va bien pero, a la práctica, el bus se retrasa continuamente”, reprocha Vicario. “Dicen que las reservas de última hora promueven los retrasos. Pero puede pasar que no sepa cuándo voy a volver a casa o, si voy a comprar, no sé si estaré dos o tres horas. ¿Y si tengo una urgencia?”, plantea.

Los vecinos comentan que la aplicación falla a veces, porque borra peticiones tramitadas con hasta 15 días de anticipación o cambia la hora de paso del bus sin previo aviso. Además, remarcan que la cobertura de telefonía es deficiente en algunos lugares de Torre Baró.

Un bus de barrio en Torre Baró, en Barcelona.

Un bus de barrio en Torre Baró, en Barcelona. / JORDI OTIX

“Te obliga a planificarte para reservar con tiempo y para que otros vecinos no te lo quiten cuando necesitas ser puntual. Puede pasar que un conductor pida 10 minutos de espera a un viajero para recoger a otro. Pero el mayor problema es solicitar el bus para ya”, desgrana una residente de la zona. “A partir de las ocho y media de la tarde ya no deja pedir una reserva urgente. Tienes que subir andando, llamar a alguien para que venga a buscarte o, a la desesperada, tomar un taxi, que cuesta seis o siete euros. Me sale más a cuenta pagar el comedor al niño que no que venga a comer, porque acabaría teniendo que ir yo a buscarlo", lamenta la mujer. Opina que el nuevo servicio supone un agravio: "Estamos a 10 minutos del centro y somos Barcelona, ¿cómo puede ser que estemos así?". 

Cuestas y jabalíes

El camino a casa en Torre Baró puede resultar fatigoso. “Hay mucho desnivel, mucha gente mayor, con muletas, con andadores… Para ir al ambulatorio, tenemos que bajar casi dos kilómetros desde lo alto del barrio. Que el bus llegue tarde son visitas al médico que se pierden. Me ha pasado tener que llevar en coche a una persona mayor para que llegara a tiempo”, afirma Ruiz. También le inquieta resignarse a desplazarse a pie y toparse con un jabalí: “Hace poco vi uno grande como un morlaco. Da miedo cruzarte con ellos”. 

El Ayuntamiento y TMB admiten una ligera dificultad en Torre Baró Sud, que induce al bus a demanda a tardar unos cuatro minutos más de media en los trayectos planificados sin antelación que en las otras cuatro zonas de Barcelona donde se ha implantado. Indican que los chóferes capean en el vecindario ubicado en Nou Barris con “la poca capacidad para hacer cambios de sentido”. Concretan que el grueso de la demanda se concentra en el tramo de las calles Llerona y Balenyà. “Desde que se entra ahí se tardan 12 minutos en llegar a un punto en que se pueda girar en sentido contrario. La solución pasa por las dos rotondas que están proyectadas”, aducen. 

En cualquier caso, la concejalía de Movilidad avala que el bus a demanda se ha revelado como “una muy buena herramienta que está funcionando”. Concluye que lo hace “de forma correcta” en Torre Baró. “Una vez que las rotondas estén construidas, se espera una mejora importante”, confía.

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