Retraso en las playas

Chasco para los bañistas con discapacidad en Barcelona: “Solo podemos ver cómo los demás se bañan”

Las personas con discapacidad exigen bañarse en las playas de Barcelona sin más retraso

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El Ayuntamiento de Barcelona coloca tumbonas en Nova Icària para paliar la demora en el servicio de baño asistido a personas con movilidad reducida, sin opción todavía a remojarse para sobrellevar el calor

Lydia García Modrego, con un andador, junto a la orilla en la playa de Nova Icària, en Barcelona.

Lydia García Modrego, con un andador, junto a la orilla en la playa de Nova Icària, en Barcelona. / JORDI OTIX

Jordi Ribalaygue

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El imprevisto que ha dejado sin opción por ahora a bañarse en las playas de Barcelona a las personas con discapacidad se trata de atenuar con una solución provisional e intermedia. Tras las primeras cuatro semanas de temporada en que han carecido de monitores y otras comodidades en los puntos habilitados, el Ayuntamiento ha instalado sillas y tumbonas reservadas a personas con movilidad reducida bajo una pérgola desde el sábado pasado en la playa de Nova Icària. En todo caso, siguen faltando sillas anfibias y las demás facilidades para zambullirse en el mar, claves para deshacer obstáculos en el acceso a la costa. Quizá el auxilio para bañistas en silla de ruedas no esté disponible hasta finales de junio, pese a que el calor ya ha asomado

“Sólo podemos ver cómo los demás se meten en el agua sin que nosotros podamos hacerlo. Es alucinante”, critica Àngel Urraca, miembro de la plataforma Accessibilitat Ciutat i Platges Barcelona. Por su parte, el gobierno municipal explica que la medida temporal surgió en los contactos con el colectivo “ante la imposibilidad de poner en marcha el servicio” que les ayuda a sumergirse en el mar. El ejecutivo ha sostenido que procura así “paliar al máximo posible los inconvenientes que supone el retraso” en la incorporación del personal que asiste a bañistas con movilidad reducida.

Accessibilitat Ciutat i Platges Barcelona se manifestó hace un par de semanas, cuando unas cuantas decenas de personas en silla de ruedas cortaron la circulación en la ronda Litoral durante unos minutos. Protestaban por la falta de apoyo al baño y de módulos de vestuario para personas con discapacidad. La organización convoca una nueva concentración por los mismo motivos este viernes. “No estamos de acuerdo con lo que nos ofrecen ahora. Se gastan un dinero absurdamente. Más vale eso que nada, pero se tiene que encontrar una solución como sea para facilitar ya el baño”, postula Urraca. El consistorio reitera que se compromete a completar el servicio “lo antes posible”, sin precisar más.  

La pérgola de la playa de Nova Icària, en Barcelona, con las tumbonas y asientos reservados a personas con discapacidad.

La pérgola de la playa de Nova Icària, en Barcelona, con las tumbonas y asientos reservados a personas con discapacidad. / JORDI OTIX

Desierto por falta de certificado

La contratación del equipo de baño asistido tendría que haberse cerrado hacia marzo para que estuviera disponible a partir del 1 de abril, coincidiendo con el inicio de la temporada de playa, y alargarse hasta la Mercè, en septiembre, adaptándose al mismo calendario del resto de actividades estivales. El ayuntamiento sacó la concesión a concurso por dos años y dispuesto a pagar 664.013,50 euros. Solo pujó una empresa, Aunar, la misma a la que se confió el contrato anterior. No obstante, la adjudicación se declaró desierta esta vez, porque la aspirante no presentó a tiempo un certificado de estar al corriente en los pagos a Hacienda

Mientras trata de desencallar el contratiempo, el consistorio ha adjudicado un contrato por vía urgente para acondicionar lo que denomina como una “zona de estancia accesible” para personas con discapacidad, sin posibilidad de introducirse en el agua. El espacio no abre todos los días, sino de miércoles a domingo y de 10.30 a 18.30 horas. Se ha reclutado a dos empleados

El gobierno local concreta que abona 13.977,53 euros por el servicio temporal sin opción a baño. Las bases de la adjudicación establecen que se presta hasta el 25 de junio, lo que da idea del margen que el ejecutivo municipal se concede para desbloquear el entuerto que ha dejado a los bañistas con discapacidad sin asistencia para refrescarse en la orilla.

Basi Torre, en silla de ruedas, y Custo Rosales, en el paseo junto a la playa de Nova Icària, en Barcelona.

Basi Torre, en silla de ruedas, y Custo Rosales, en el paseo junto a la playa de Nova Icària, en Barcelona. / JORDI OTIX

"¿Por qué nosotros no?"

El sábado pasado hacia el mediodía, se contaba una decena de bañistas bajo la pérgola de Nova Icària. Este miércoles, no había ni uno solo. Lydia García Modrego, que se desplaza con un andador, acude a preguntar a los monitores para cerciorarse de los auxilios que brindan. “Ellos hacen un trabajo brutal. El problema es la burocracia”, señala. 

Lydia suele acudir a Sant Miquel, una de las tres playas en que se habilita un tramo para personas con movilidad reducida. "Me han dicho que allí estará cerrado hasta junio", afirma Lydia, que piensa ir a Nova Icària en los próximos días, pero acompañada de un amigo para que le eche una mano para echarse un baño. Con dolores crónicos por una enfermedad degenerativa y hemiplejia, no se ve capaz de hacerlo sola. “No puedo llegar al agua sin ayuda. Son los que tienen que firmar los que hacen que esto no tire. En la web dicen que el servicio funciona desde el 1 de abril, pero la realidad es otra”, se queja. 

Basi Torre observa desde el paseo a los jóvenes que juegan a vóley playa. Está sentada en una silla de ruedas. “No me meto nunca en el agua porque me da miedo. ¡Hay demasiada para este cuerpecito! Pero está mal que no se ofrezca ya el baño. Todos los compañeros quieren venir a bañarse. Si los demás pueden, ¿por qué nosotros no?”, se pregunta. Le respalda Custo Rosales: “Los monitores están allí pero casi no pueden hacer nada. No tienen las máquinas para meter a la gente en el agua. Pueden pasarla de las sillas a las tumbonas, pero más no pueden hacer”.