Demora en el servicio
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Jordi Ribalaygue
Periodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.
Medio centenar de manifestantes se ha concentrado este sábado en la playa de Nova Icària, en Barcelona, para protestar por que las personas con discapacidad no cuentan por ahora con los monitores que los auxilian cada año para zambullirse en el mar con la ayuda de sillas anfibias y grúas, a pesar de que la temporada de baño empezó a primeros de abril. El Ayuntamiento se comprometió a que, a partir de este año, las playas fueran accesibles desde el 1 de abril y hasta la Mercè, en septiembre, para personas que se desplazan en silla de ruedas o padecen problemas de movilidad, igual que para el resto de bañistas. Sin embargo, la contratación del servicio quedó desierta, tras desecharse a la única empresa que pujó por la concesión, al no aportar a tiempo un certificado de pago a Hacienda.
Los congregados, convocados por la plataforma Accessibilitat Ciutat i Platges Barcelona, han culpado al gobierno municipal de Barcelona en Comú y el PSC. “No ha cumplido con el compromiso de que los barceloneses con movilidad reducida nos podamos bañar en el mar, como el resto de la ciudadanía”, afean. En 2022, 7.813 personas hicieron uso del servicio de baño asistido en Nova Icària, Sant Miquel y Fòrum.
El servicio se debe repetir este 2023 en esas mismas tres playas, pero queda a expensas de una adjudicación por vía urgente, que podría retrasar la afluencia de personas con discapacidad a la costa de la capital hasta julio. Además, Accessibilitat Ciutat i Platges Barcelona reclama que el consistorio acondicione al menos un punto más para mitigar la saturación en las demás zonas habilitadas para bañistas con discapacidad, como ocurre sobre todo en Nova Icària. El ejecutivo municipal aduce que, por el momento, resulta imposible colocar módulos de baño asistido en más tramos de costa mientras el Ministerio de Transición Ecológica no reponga arena, lo que el ayuntamiento exige desde hace ocho años.
Posturas contrapuestas
El consistorio ha lamentado que la concesión del contrato se haya pospuesto, lo que ha atribuido a “razones ajenas” a su voluntad. A su vez, ha sugerido hallar acomodo para las personas con discapacidad en las playas de la ciudad "aunque no haya servicio de baño asistido” y mientras no se desencalle la contratación.
La propuesta del ejecutivo municipal no convence a la plataforma, que apremia a garantizar el “funcionamiento inmediato del servicio”. A su vez, reprocha que “no se ha previsto contratar el servicio a tiempo”.
Aparte de la demora en la adjudicación de las tareas de baño asistido, el concurso para alquilar tres cambiadores para las playas en que se auxilia a personas con discapacidad a remojarse en el mar se publicó el 12 de abril, ya con la temporada de baño comenzada. Por ahora, no están instalados los módulos, por los que el ayuntamiento prevé abonar 56.163,14 euros.
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