Contratación desierta

Las personas con discapacidad se quedan sin playa en Barcelona durante al menos dos meses

La temporada de baño empieza en la ciudad sin monitores por ahora para auxiliar a que personas con movilidad reducida accedan al agua

Jordi Ribalaygue

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Carme Riu no recuerda haberse bañado en una playa de Barcelona tan pronto como en 2022. Lo hizo el 2 de mayo, al día siguiente de que el ayuntamiento empezara el año pasado a auxiliar a personas con discapacidad para remojarse en la orilla. El gobierno municipal avanzó la fecha como respuesta a las críticas por discriminación porque la asistencia no se prestara durante todo el período en que la costa recibe a bañistas en masa en primavera y verano. Hasta 2021 fue usual que los monitores que brindan apoyo a personas en silla de ruedas y con movilidad reducida se contratasen de junio a septiembre, unos dos meses menos que los socorristas. “Aunque no fue toda la temporada, conseguimos que nuestro servicio tuviera el mismo calendario y el mismo horario que el de socorrismo. Pero este año llegará mayo y volveremos a estar como antes, sin posibilidad de bañarnos”, se queja Riu.

El porqué se debe a que el proceso de contratación para adjudicar las tareas de baño asistido a personas con discapacidad ha quedado desierto. La licitación tendría que haberse resuelto en marzo para que el servicio comenzara el 1 de abril, coincidiendo con el inicio de la temporada media de baño, y alargarse hasta la Mercè. Solo una empresa, Aunar, pujó por la concesión. Es la misma compañía que se encargaba de la responsabilidad hasta el año pasado en las playas de Nova Icària, Sant Miquel y Fòrum. Sin embargo, no se le ha confiado el cometido esta vez al no presentar a tiempo un certificado para probar que está al corriente de pago con Hacienda. El consistorio admite que, por lo pronto, no se atenderá a bañistas con discapacidad hasta la temporada alta de playa, que comienza a finales de mayo.

La plataforma Accessibilitat Ciutat i Platges Barcelona se reunió la semana pasada con técnicos del consistorio. No había concejales presentes, remarca la organización. Asegura que el ayuntamiento le comunicó que ultima un procedimiento de urgencia por una sola temporada para arreglar el entuerto. La resolución podría demorarse “de ocho a 10 semanas”, concreta uno de los portavoces de la entidad, Àngel Urraca.

Un cartel en una caseta de baño en la playa de Nova Icària, en Barcelona.

Un cartel en una caseta de baño en la playa de Nova Icària, en Barcelona. / RICARD CUGAT

“Nos vamos a junio o a finales de junio. Otra cosa es si tendrán a tiempo los módulos con los cambiadores adaptados a nosotros, que tampoco están instalados. Cuando dicen ocho semanas quizá sean 15”, teme. Urraca da fe del malestar que ha llevado a la plataforma a convocar una manifestación en la playa de Nova Icària el próximo 22 de abril. “Tendremos menos días de servicio que el resto de bañistas y nos empezarán a atender más tarde, como siempre. Hemos vuelto atrás”, censura.

Casi 8.000 usuarios

Los monitores ayudaron a 7.813 personas con problemas de movilidad a entrar en el mar en 2022. Fueron más que los 5.266 atendidos en 2019, antes de la pandemia. Las cifras llevan al ayuntamiento a definirlo de "servicio de alta demanda". En Barcelona residen unas 155.000 personas con algún tipo de discapacidad, según estadísticas de la Generalitat de 2021. El nuevo contrato del servicio de baño asistido -por dos años y con opción de prórroga hasta 2026- salió a concurso por un precio mínimo de 664.013,50 euros para socorrer a los bañistas en 2023 y 2024.

Mientras los cinco kilómetros de litoral de Barcelona han empezado a recibir público en los primeros días de tiempo afable, las personas con discapacidad tendrán que aguardar a que la contratación se desatasque. El ayuntamiento dice que lamenta la situación y que busca “la mejor solución para que el servicio arranque cuanto antes”.

“Si el problema fuera con los socorristas, lo arreglarían rápido. En nuestro caso, no consideran que sea un servicio esencial”, protesta Riu, quien cree que el ayuntamiento está menospreciando derechos de las personas con discapacidad. “Nos considera menos que a los perros, que ya se pueden bañar en la playa”, espeta. Se refiere a la apertura del tramo reservado para propietarios de mascotas, que este año gana un 20% de espacio en la playa de Llevant.

El ayuntamiento señala que la asistencia con sillas anfibias y grúas para zambullirse en el mar no se presta por ahora porque la licitadora “no ha podido acreditar los requisitos necesarios” para hacerse con el contrato. Subraya que son “razones ajenas” al consistorio, tal como rezan los rótulos que ha colgado en Nova Icària.

“Esos carteles no son ciertos”, rebate Urraca. “El ayuntamiento ha actuado con poco margen de tiempo. ¿Por qué no publicó la licitación hasta finales de febrero, cuando quedaba apenas un mes para empezar la temporada? Tendrían que haberlo hecho antes para no encontrarnos como estamos ahora. Ya les advertimos”, recrimina.

Josefina Mompeó, Àngel Urraca y Carme Riu, en la playa de Nova Icària, en Barcelona.

Josefina Mompeó, Àngel Urraca y Carme Riu, en la playa de Nova Icària, en Barcelona. / RICARD CUGAT

Cuarto punto de atención

Cuestión al margen es que la plataforma reclama que se habilite un punto más de atención en las playas para personas con discapacidad. Fue así hasta 2019, cuando había barracas, pérgolas y rampas para facilitar el baño en las playas de Nova Icària, Barceloneta, Llevant y Fòrum. Sin embargo, una de las zonas acondicionadas se perdió a raíz de la pandemia y aún no se ha recuperado.

Los usuarios se quejan de la multitud que se amontona bajo la pérgola de Nova Icària. “El año pasado, hubo días que llegamos a ser 130 personas juntas. Siempre hay aglomeraciones”, reprocha Josefina Mompeó. “La mayoría de la gente viene a Nova Icària porque hasta el Fòrum no es fácil llegar en transporte público y el espacio en Sant Miquel es pequeño. Además, viene gente de otras ciudades porque allí no tienen servicio”, añade Urraca.

Como paliativo, el consistorio propone dar con una fórmula provisional “para facilitar la estancia en la playa" de personas con discapacidad "aunque no haya servicio de baño asistido”. A la plataforma le resulta insuficiente. “No solucionaría nada. El servicio es para que podamos bañarnos. Si no nos ayudan, no podemos acceder, lamentablemente”, recuerda Riu.