Tensión vecinal por dos intentos de acampada en plena ronda de Sant Antoni

Para quienes vienen desde otras calles a jugar a fútbol, pasear, sentarse en sus bancos, reunirse con música y unas bebidas o vender artículos de forma ambulante, entre otros muchos usos, la ronda de Sant Antoni funciona como punto de encuentro o esparcimiento. Pero los vecinos y comerciantes que viven o trabajan a pie de ronda se siguen quejando a diario de que, tras la eliminación de la vieja losa y su reapertura como espacio público hace casi un mes, algunos de esos usos chocan con el descanso o la vida vecinal. Este martes, alertaron del montaje de una tienda de campaña para pernoctar. Temían que sucediese como en el litoral de Barcelona, donde llegaron a alinearse varias tiendas de lona donde algunas personas durmieron durante meses. Tras mostrar la foto en redes sociales, llegó una patrulla de la Guardia Urbana que invitó a sus ocupantes a retirarla. Sin embargo, este miércoles ha vuelto a ser instalada durante unas horas, hasta la aparición de la policía local.

Los vecinos de primera línea están disgustados con el desenlace (hasta el momento) de la tormentosa reforma de la ronda, cuyo plan de pacificación han aprobado los Comuns para satisfacción de la plataforma de entidades sociales y vecinales que defendía la erradicación definitiva del tráfico de vehículos y su función cívica y social, y para consternación de la plataforma de residentes y comerciantes del propio eje, que preferirían una opción menos contundente, para facilitar los accesos y el transporte público.

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Estos últimos mantienen ahora que la intensidad de usos en la zona, junto con el incivismo nocturno degradan el supuesto espacio de convivencia.

Desde que la losa fue retirada por la presión vecinal, la ronda está despejada de nuevo, en una situación transitoria algo precaria (dado el aspecto del asfalto) hasta su reurbanización definitiva, según el diseño defendido por Barcelona en Comú, con la oposición de sus socios socialistas.

La Plataforma d'Afectats per la Llosa de Sant Antoni cree que el resultado de las elecciones podría suponer reabrir el debate, ya que mantienen que no hay tiempo material de licitar antes la ejecución de las obras. No obstante, a diario recogen las quejas de unos y otros vecinos, sea por problemas de inseguridad, porque se juegan partidos de fútbol (adultos) en plena noche y los pelotazos molestan, o porque hay conatos de venta del llamado 'mercado de la miseria' o, sobre todo, por los botellones con música a todo volumen que se enquista en algunos bancos.

Este malestar ha hecho que la Urbana vuelva a tener una presencia más frecuente en el eje. Este martes, pocas horas después del montaje de una tienda de campaña anexa a la estructura que ejerce de pequeña oficina municipal sobre la transformación de la ronda de Sant Antoni, como reza en sus paredes, hicieron retirar la tienda el martes. "Tenim temporada de càmping (nivel professional) oberta a Rda Sant Antoni! Visca la pacificació! Gràcies @bcn_ajuntament", había escrito un afectado en redes sociales. Cuando el montaje ha regresado el miércoles, la misma persona ha alertado "la temporada de càmping ha tornat".

Muy cerca, junto al mercado de Sant Antoni, hay otra tienda de este tipo hace semanas.

Los afectados se quejan también del supuesto lío de bicis o patinetes entre los paseantes en algunos momentos, y de la suciedad que encuentran muchas mañanas en forma de latas y restos de alguna juerga, cuenta un portavoz. Quieren recuperar "la vida de barrio", la movilidad de los más mayores que se han visto "encerrados" por las restricciones de tráfico, y unos usos más consensuados con los residentes, insisten desde el mismo flanco.