Pacificación

Colau aprueba sin el PSC la reforma de la ronda Sant Antoni

Luz verde inicial a la propuesta de los Comuns para crear un gran ámbito pacificado entre Floridablanca y Villarroel

Aspecto que presenta la calzada, ahora para uso peatonal provisional, en la ronda de Sant Antoni.

Aspecto que presenta la calzada, ahora para uso peatonal provisional, en la ronda de Sant Antoni. / RICARD CUGAT

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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El gobierno municipal de Barcelona tira adelante la reforma de la ronda Sant Antoni, finalmente sin el PSC. Los Comuns se han mantenido en su propuesta de pacificación entre las calles Floridablanca y Villarroel, presentada en febrero, a la que solo han introducido algunos retoques de poco calado. La comisión de gobierno -órgano que reúne solo a los concejales de Bcomú y PSC- ha aprobado el proyecto ejecutivo este jueves, aunque con el voto en contra de los ediles socialistas.

El consistorio ha asegurado en una nota de prensa que prevé llevar a aprobación definitiva el plan antes de elecciones, lo que permitiría adjudicar las obras en julio e iniciarlas a finales de verano. Al cabo de unos 10 meses, es decir, durante la primavera de 2024, se estrenaría la nueva ronda según este calendario estimado. La inversión asciende a 11,3 millones de euros. Sin embargo, la falta de apoyos políticos puede hacer descarrilar la validación final y si hubiera un cambio de alcaldía se podría llegar a parar el proyecto.

Recreación virtual de la reforma de la ronda Sant Antoni, con los retoques al plan definitivo aprobado por Bcomú

Recreación virtual de la reforma de la ronda Sant Antoni, con los retoques al plan definitivo aprobado por Bcomú / Ayuntamiento de Barcelona

¿En qué consiste la propuesta?

Como ya explicó El Periódico, el plan de los Comuns implica incrementar hasta los 16.300 metros cuadrados el espacio público para peatones y zonas verdes integrados entre la ronda y la calle de Tamarit (mil más que los actuales), la creación de una gran ámbito pacificado entre Floridablanca y Villarroel junto con la plaza del pes de la Palla, dotada de una nueva área de juego infantil. También se prevén dos placitas nuevas en los cruces con Casanovas y con Tamarit, y la pacificación de esta última para conectar la futura ronda con la 'superilla' de Sant Antoni.

Además incorpora el carril bus de bajada entre Villarroel y Comte de Urgell para evitar el rodeo que ahora da en contra dirección desde Tamarit por Urgell al dirigirse a Manso. En este tramo habrá una acera de más de 17 metros de anchura en el lado Raval. El paso de bicicletas queda integrado sin un carril específico. Los Comuns insisten que su plan es fruto del proceso participativo realizado, aunque una parte de los vecinos de la zona -agrupados en una plataforma de afectados- no avalan la propuesta.

Cambios finales

Los retoques al proyecto afectan a los acabados. Por un lado, el arenal previsto como rambla central se reduce de forma notable en el proyecto definitivo y queda reducido a un cuadrado. El resto del pavimento será de piedra natural de fachada a fachada. Fuentes consultadas aclaran que se ha recortado la plaza 'blanda' porque los vecinos pedían más espacio para realizar actividades y también por razones técnicas del paso de vehículos de emergencia. Por otro lado, se incorporan pérgolas de madera con vegetación y fotovoltaicas que no aparecían en las recreaciones virtuales difundidas hace un mes.

Como antesala de la reforma, este marzo el consistorio ha retirado la polémica losa de la ronda, que se colocó como sustento del mercado provisional de Sant Antoni. Lejos de ilusionarles, el cambio irritó a los vecinos las fincas más próximas por el mal estado del asfalto que afloró bajo la losa y el retorno del incivismo y el ruido.

"Se gobierna hasta el último día"

“Creemos que es una muy buena propuesta, que nos permite garantizar un espacio libre de vehículos y resolver el conflicto del bus en contra dirección”, ha defendido este mediodía la teniente de alcaldía Janet Sant (Bcomú). En cuanto a que descarrile el plan, Sanz admite que “es evidente que la adjudicación la tendrá que hacer el futuro gobierno de la ciudad”, pero advierte que habrá una licitación en marcha “y echarla atrás tendrá consecuencias en indemnizaciones”.

La responsable de Urbanismo y ya número 3 de la lista electoral de Colau no ha escatimado críticas al PSC por votar en contra: “Es un error, su propuesta [reducir el tránsito al mínimo sin vetarlo] deja atrás las propuestas que hacen las AFAs y las entidades que piden la pacificación”. “Esta es la única propuesta posible para recoger todas las peticiones, cualquier otra no contará con el aval de unas u otras entidades”, ha zanjado.

También ha defendido la legitimidad de condicionar al próximo gobierno ante unas elecciones muy reñidas: “Se gobierna hasta el último día”.  “Cualquier gobierno tiene que estar orgullosísimo que tirar adelante este proyecto”, ha insistido. Ha reivindicado que “comerciantes y vecinos han pedido acabar el mandato con una propuesta lista para licitación y aprobada” porque esperar a después de los comicios “eterniza un espacio sin finalizar y la sensación de degradación”. 

El PSC defiende bus doble

Desde las filas socialistas tampoco han faltado reproches. "Hemos votado en contra porque no reúne el consenso de la mayoría de vecinos y comerciantes", ha aseverado la teniente de alcaldía y líder consistorial del PSC, Laia Bonet. En un apunte en Twitter, ha apostado por una reforma de la Ronda que deje un carril bus por sentido y que mantenga la carga y descarga en el lado más próximo al Raval. "Los problemas del Raval no se solucionan con una plaza en la ronda sino con un plan integral de mejora", ha remachado.

La oposición también ha reaccionado a la aprobación. ERC ha ironizado sobre la publicación en Twitter, con solo un minuto de diferencia, de los planteamientos opuestos de Janet Sanz y Laia Bonet. "No son gobierno y oposición aunque lo parezcan. Barcelona, es hoy una ciudad con dos gobiernos que se dan la espalda y quien sufre las consecuencias es la ciudadanía", ha criticado el concejal republicano Jordi Coronas.