Balance definitivo

La pugna por las terrazas covid de Barcelona finaliza consolidando casi 500 nuevas y 653 ampliaciones

Barcelona alcanza las 6.500 terrazas de bar, 1.171 más que en 2019

El ayuntamiento finaliza el proceso de regularización aprobando la continuidad de 1.138 y denegando 1.439, lo que consolida 13.422 sillas más que antes de la pandemia, la mayoría en la calzada

Una terraza sobre una plataforma de calzada, en la calle de Casanova.

Una terraza sobre una plataforma de calzada, en la calle de Casanova. / Simone Boccaccio

Patricia Castán

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Las 'terrazas covid' nacidas como salvavidas en Barcelona para que muchos bares y restaurantes de la ciudad sobrevivieran a la pandemia en tiempos de aforos interiores prohibidos o restringidos se mantendrán en 1.138 casos en el espacio público. Un total de 485 eran nuevos veladores, mientras que otros 653 eran ampliaciones de otras existentes previamente que ganaron mesas. Finalmente, otras 1.439 solicitudes han sido denegadas. Unos y otros afectados, sectores y grupos políticos podrán ver la botella medio llena o medio vacía tras el largo proceso de cribaje que inició el ayuntamiento en verano de 2021 y a cuyo balance final ha tenido acceso EL PERIÓDICO. Son muchas menos de las que soñó inicialmente la hostelería, pero muchas más que las que iban trascendiendo durante el proceso, cuando la patronal denunció denegaciones masivas e inició una cruzada para que se abriese el grifo. Puede decirse que el legado de la pandemia en términos de terraceo suma 13.422 sillas más en calles y plazas.

Esas terrazas extraordinarias, que entre ampliaciones y nuevas licencias temporales llegaron a ser 3.668 durante la crisis sanitaria se convirtieron luego en 2.595 aspirantes a un permiso definitivo, ya que algunas renunciaron a intentarlo por el esfuerzo económico o la certeza de que no cumplían los requisitos. Desde entonces, todos los expedientes han vivido un largo proceso técnico y burocrático para lograr la licencia definitiva que han alcanzado un 44% de media en la ciudad. Cabe recordar que los porcentajes de autorización han crecido hasta 20 puntos en la recta final, después de muchos recursos por parte los operadores afectados y el Gremi de Restauració de Barcelona, que ahora destaca los logros finales.

Los balances son dispares a lo largo y ancho del territorio. Así, las cuotas más altas de luz verde corresponden a Sarrià-Sant Gervasi (79,2%), Horta-Guinardó (60,9%), Nou Barris (60,2%), Les Corts (56,9%), y Sants-Montjuïc (54%), en el resto de de distritos llegando. En el resto de casos ha habido más negativas que consolidaciones, aunque siete distritos están por encima de la media. A la cabeza en el blindaje ha estado Ciutat Vella, con un 86,7% de expedientes descartados, aunque al final han abierto ligeramente el filtro respecto al 99% de suspensiones meses atrás, cuando casi resultaba imposible afianzar ni una de esas mesas.

El siguiente distrito más restrictivo ha sido el Eixample, con un 35,7% de casos positivos, aunque cabe enfatizar que se trataba también de la zona con más volumen de permisos provisionales durante la pandemia (1.302) y de solicitudes de continuidad (977). Es también el territorio que finalmente más sillas ha logrado mantener tras el proceso, 3.140, en un contexto en que el debate sobre el plan de usos y las áreas saturadas jugaba en su contra.

8.496 sillas en calzada

Respecto a la filosofía municipal de la consolidación de terrazas, que era favorecer el máximo de casos sobre la calzada (y no devolver ese espacio al vehículo privado) pero ser mucho más cauto con las incorporadas en la acera, finalmente así ha sido, y la purga ha dejado 8.496 sillas sobre las plataformas homologadas instaladas en la calzada, frente 4.926 en espacio peatonal.

Los incrementos respecto a principios de 2020 se aprecian también a primera vista paseando por Sants-Monjuïc, que ha arañado 1.944 sillas, Sarrià-Sant Gervasi (2.248) y Sant Martí (1.858).

La tensa tramitación, que el año pasado hizo desenterrar de nuevo el hacha de guerra al Gremi de Restauració,, exigiendo el cumplimiento del compromiso de la alcaldesa Colau y la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, quienes habían prometido flexibilidad para favorecer la consolidación de buena parte de las terrazas covid, finaliza con un resultado salomónico. De los 3.668 nacidos con una misión efímera, sobrevivirán más de un tercio. Son algo menos de la mitad de los que se han esforzado en lograrlo, presentando proyectos arquitectónicos y demás exigencias.

El ayuntamiento ha vuelto a hacer equilibrismo entre el sector y los vecindarios. En la aritmética el consistorio suele considerar 'vecinos' solo a los que viven sobre los bares y restaurantes, y no a los muchos miles de barceloneses que son sus consumidores diarios. Por ello, y tras meses de agitación, la patronal hace una lectura positiva del balance final: "Ganan los barceloneses, ganan los restauradore y gana la ciudad", afirma su director, Roger Pallarols. La entidad se siente "artífice" de ese incremento de actividad, tras unos inicios "nefastos" y una cruzada para evitar desmontar cientos de terrazas.

A su juicio, el avance supone una "ciudad más amable y con espacios de relación" y el final del largo conflicto que estalló en 2015, cuando hubo un recorte generalizado de veladores a causa de la entonces nueva ordenanza. La regularización que ahora ha terminado ha "recuperado" parte de esa cuota y, opinan, refuerza el papel de la patronal para defender los intereses "ante una administración que en demasiadas ocasiones se resiste a reconocer que las terrazas no son un capricho de los restauradores, sino una demanda de los clientes".

Sobre la denegaciones, asumen las que aducen a criterios técnicos claros (ver gráfico), pero critican las que se basan en una aplicación "cuestionable, por rígida" de la normativa. Para muchos pequeños empresarios recurrir no ha sido una opción, por falta de medios y tiempo: "Es como enfrentarse a Goliat".

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