Nueva normalidad

La mayoría de terrazas de la pandemia han solicitado la continuidad en Barcelona

El ayuntamiento pacta con la patronal revisar algunos criterios de aprobación, tras una primera remesa de denegaciones que alarmó al sector. La flexibilidad ya se contempla en algunos puntos de la ordenanza

Terraza en calzada del Racó de l'Àngel, que ha logrado la aprobación para su instalación definitiva.

Terraza en calzada del Racó de l'Àngel, que ha logrado la aprobación para su instalación definitiva. / JORDI OTIX

Patricia Castán

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La consolidación de la nueva oferta de terrazas de bares y restaurantes autorizadas excepcionalmente en Barcelona durante lo peor de la pandemia empieza a materializarse. El pasado jueves finalizó el plazo para que los 3.618 casos que potencialmente pueden aspirar a una licencia de continuidad presentaran sus solicitudes. El ayuntamiento aún no dispone del dato final, pero hace un mes ya informó al Gremi de Restauració de Barcelona de que 2.600 restauradores habían dado ese paso, con lo que la patronal estima que se hayan alcanzado más de 3.000 peticiones. No obstante, una primera remesa de denegaciones hizo saltar las alarmas hace unas semanas, abrió otro frente de negociación y finalmente se ha saldado con el compromiso de revisión de los casos, para aplicar la flexibilidad que introduce la propia la ordenanza de terrazas modificada.

La mayoría de los operadores han solicitado la continuidad, atendiendo a que los veladores se han convertido en un salvavidas para la actividad mientras ha habido restricciones de aforo interior, y con muchos ciudadanos decantándose por los espacios exteriores. Pero además lo han hecho a sabiendas de que la tasa municipal se beneficia aún este año de un 75% atendiendo a la crisis que ha vivido el sector. Quienes rehúsan solicitarla lo hacen porque creen que una vez la situación y los cánones se normalicen no les saldrá a cuenta, a la vista del incremento que registraron las tasas locales antes de la pandemia y que tarde o temprano se restablecerá.

Distintas casuísticas

Sin embargo, el proceso para consolidar las llamadas terrazas excepcionales (nuevas o ampliaciones extraordinarias) ofrece diferente dificultad según su tipología. El ayuntamiento ya dejó claro que su intención era "mantener" las 1.500 ubicadas en la calzada, ya que se crearon a costa de restar espacio al coche, en la línea de las políticas municipales de la alcaldesa Colau. Para el resto, la promesa era estudiar caso a caso con la voluntad de incorporar las acordes con la última ordenanza.

Así, el rechazo estaba afectando sobre todo a la segunda tipología, según datos de la patronal, que colabora en la tramitación de muchas peticiones. Tras recopilar casuística diversa, el gremio elaboró un documento con una decena de criterios que de mantenerse "habrían supuesto una denegación masiva" y "frustrado la 'operación terrazas'", y lo envió a la primera y segunda tenencia de alcaldía, señalan.

Entre los casos figuraban terrazas en acera con problemas por su ubicación. En especial en lo referente a enclavarse delante del local y a no exceder los límites estrictos de amplitud de la fachada, como recogía la ordenanza de 2013, y flexibilizó la de 2018. Según indican fuentes patronales, la interpretación que estaban haciendo algunos técnicos era muy rígida y elegía la obligatoriedad en lugar de la "preferencia" que establece la medida, para que en determinados casos el sentido común pueda aplicarse si no perjudica a vecinos ni viandantes, por ejemplo.

Desde el Gremi de Restauració se congratulan de que el consistorio haya aceptado revisar --dentro del margen que permite la normativa-- los casos denegados hasta ahora y el enfoque de algunos criterios de los que estén en pleno proceso. Otros puntos no han sido aceptados, pero los afectados creen que las soluciones acordadas permitirán que predominen las aprobaciones.

Fuentes municipales relatan que las reuniones de seguimiento del proceso son continuadas y están "de acuerdo en que con la ordenanza vigente se pueden hallar soluciones y hacer compatible terrazas con preservar el espacio público, la accesibilidad" y demás condicionantes. En este sentido, la FAVB reclamó máxima prioridad para el paseante.

Esperando la decisión final

Mientras, los operadores aguardan con ansiedad el veredicto. Entre los que ya ha logrado luz verde figura Àngel Martínez, del Racó de l'Àngel, en la calle de Folgueroles, en Sant Gervasi. La purga de 2016 le dejó solo con cuatro mesas de dos sillas (módulo reducido), mientras que con la pandemia logró un espacio en calzada de cuatro mesas con cuatro sillas cada una. Ese servicio a la fresca le ha permitido salir adelante porque muchos clientes siguen prefiriendo el exterior, relata. Pese al gasto de gas butano para mantener el confort a la intemperie, agrega.

Ahora le han aprobado consolidar la parte de calzada, ganado una mesa más, aunque tendrá que retirar las de la acera, despejando así la calle. Pierde algo de capacidad respecto a la etapa de crisis sanitaria, pero mejora respecto a 2019. Sin dudarlo, ya ha encargado el mobiliario homologado que exige el consistorio para retirar los feos bolardos que la delimitan y situarla en una plataforma. El cambio le costará 9.000 euros, aunque confía en lograr un pellizco de la línea de subvención que acaba de abrir el ayuntamiento, con un presupuesto de 4'5 millones de euros.

Al otro lado de la moneda, David Peña ha tenido que encajar una denegación en su intento de afianzar la ampliación del velador de Bitàcora Poble Nou, aunque espera que su recurso prospere ahora que el ayuntamiento revisará los criterios. Su terraza antes del covid sumaba 10 mesas y 40 sillas en acera, por el entorno de plaza semipeatonal, con solo dos bares y un portal de vecinos a bastantes metros. Durante la crisis le permitieron ganar 4, con espacios de seguridad, abarcando más allá de su fachada. De modo que en el proceso de regularización definitiva han solicitado seis, considerando que sin esas distancias profilácticas ocuparían el mismo espacio que hasta ahora. Creen que encaja en lo que dice la ordenanza.

"No entendemos la negativa porque aquí no molestamos a nadie, hay espacio de sobra", explica a este diario. Añade que han lidiado con ERTE y créditos ICO y que cuando empiezan a ver el final del túnel cualquier recorte hace daño. "La excepcionalidad continúa", defiende, mientras asegura que incluso cierran su velador antes del horario máximo para asegurar el descanso de los vecinos cercanos.

Suscríbete para seguir leyendo