Balance provisional

El ayuntamiento tumba siete de cada diez terrazas covid en Barcelona

Con un 55% de las solicitudes tramitadas, se han aprobado 459 y rechazado 1.075 hasta septiembre

El sector está en pie de guerra ante lo que considera el "incumplimiento masivo" de los compromisos de Colau 

Terraza del Timesburg de la calle de Pujades, en Poblenou, que abarca acera y plataforma en calzada.

Terraza del Timesburg de la calle de Pujades, en Poblenou, que abarca acera y plataforma en calzada. / RICARD CUGAT

Patricia Castán

Patricia Castán

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Las cifras hablan por sí solas. El complejo proceso administrativo para regularizar las llamadas terrazas covid-- en tanto que fueron concedidas o ampliadas para paliar las restricciones de la restauración durante la pandemia--, prosigue con lentitud. Pero con un 55% de los expedientes tramitados, el promedio es contundente: siete denegaciones por cada diez peticiones. Es decir, hasta ahora los distritos han tumbado 1.075 peticiones y aprobado 459.

Las cifras corresponden al saldo oficial a 8 de septiembre, así que el Gremi de Restauració de Barcelona aún confía en que el ayuntamiento “cumpla con el compromiso de aprobar la mayoría” en lugar de seguir con "un incumplimiento masivo". Durante la pandemia se autorizaron 3.562 veladores covid, de los que 2.786 cursaron solicitud para consolidarlas definitivamente. El consistorio tenía previsto un proceso rápido, con la idea de que en el caso de las terrazas de calzada a final de verano ya se hubieran reemplazado las barreras New Jersey y los pivotes amarillos. Pero como informó EL PERIÓDICO este agosto, apenas una treintena lo había hecho en esa fecha.

La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, ha replicado este martes que el nuevo objetivo es que el hormigón sea historia a final de año y se recupere la normalidad prepandemia, con la consolidación de "todas las consolidables si no afectan al descanso vecinal". No ha querido valorar los datos hasta que no finalice el procedimiento administrativo en todos los distritos.

Los datos acumulados constatan tanto el retraso en la tramitación, como el gran volumen de denegaciones. Cabe recordar que el ayuntamiento aseguró que las situadas en calzada (más de casi 1.600) prácticamente se consolidarían de forma automática, ya que habían ganado espacio a costa del coche y no del peatón. Pero las de acera se analizarían caso por caso. Sin embargo, los suspensos están afectando a las dos situaciones. Mientras el sector pide el máximo de aprobaciones, la FAVB ha reivindicado reiteradamente el recorte en ambos casos.

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En el balance provisional (con casi la mitad de casos por decidir y muchas alegaciones presentadas contra las descartadas) es llamativo el peso del Eixample. El director de la patronal, Roger Pallarols, recuerda que este distrito lideró la medida extraordinaria de autorizar terrazas covid para compensar la pérdida de aforo en el interior de los locales durante lo peor del coronavirus. Allí se concedieron 1.280 y se han intentado consolidar 1.009. Sin embargo el porcentaje de rechazo es altísimo, con 463 frente a solo 124 otorgadas. Es decir, un 78,9% de negativas, que suaviza ligeramente los datos acumulados que trascendieron en junio. Habrá que ver qué sucede con las más de 400 pendientes de veredicto.

Hasta septiembre, solo el distrito de Sarrià-Sant Gervasi ha generado más aprobaciones que suspensos (52 frente a 7), lo que supone consolidar el 88,1% de la oferta hasta el momento, mientras que en Les Corts las cifras van a la par. En el resto de distritos se imponen las terrazas rechazadas, que en el caso de Ciutat Vella mantienen los datos de principios de verano, cuando el gremio denunció que se estaban suspendiendo un 99%. Se han otorgado 2, frente a 193 fuera de juego. Pallarols lamenta que el distrito no haya mejorados sus datos, pese a que entonces aseguró que la proporción final no sería tan alta. En la zona solo quedan 30 expedientes por resolver, de hecho.

Recorriendo los datos del territorio, también despunta la cifra de negativas pronunciadas en Sant Martí, y hasta en Nou Barris, pese a haber muchas menos peticiones, las denegadas doblan a las aprobadas.

Casos en acera y calzada

La patronal constata la disparidad de criterios territoriales en los dos ámbitos, acera y calzada. Así, la mano dura del Eixample afecta esencialmente a los veladores que copan zonas peatonales, descartadas en su mayoría.

En Sants-Montjuïc hay mucha más continuidad en calzada (51) que en acera (15), igual que en Les Corts y Sant Andreu. Por el contrario, en Horta-Guinardó se ha dado luz verde a 24 en zona de transeúntes, y solo a una en el espacio robado al coche, en una situación similar en Nou Barris.

Tampoco avanzan al mismo ritmo los expedientes en unos y otros enclaves. Ciutat Vella es donde está más avanzado, con el 86,7% resueltas, pese a ser la zona donde más conflictividad se registra por la denegación masiva. Le sigue Sant Martí con un 63,7%, y el Eixample con un 58,2%. Por la cola Sarrià-Sant Gervasi solo se ha pronunciado aún sobre una cuarta parte de las peticiones, seguido por Gràcia, con un 37,8%.

El gremio gestiona cientos de recursos contra las terrazas perdidas considerando que los argumentos "no se sostienen" en función de la modificación de la ordenanza que se aprobó para dar cabida a los montajes en la calzada. Opina que el proceso está siendo "un desastre y un despropósito". "No hay impedimentos para cumplir con las expectativas", insiste su director. El ayuntamiento quiere esperar al final del procedimiento para hablar de cifras y conclusiones. Cabe recordar que el consistorio ya tiene abierto otro pulso con el sector tras establecer las llamadas zonas de saturación donde no se pueden mantener aquellos veladores y donde quiere restringir horarios.

Precios que frenan

La normalización de las terrazas covid no solo topa con los filtros administrativos sino también con los económicos. Los operadores ya se quejaron desde este diario de que la inversión prevista ha crecido por el incremento de costes, con unos 9.000 euros por cada plataforma para cuatro mesas, en promedio.

En el grupo Timesburg, que ha logrado licencia para varias de sus terrazas en calzada, asumen que "es mucho dinero y hay que pensarlo bien para que los números cuadren", dado que las subvenciones llegan posteriormente y hay que añadir el coste de ornamentación vegetal y mobiliario. Su CEO y director, Sergi Ibáñez, cuenta que en su caso han decidido apostar por ello porque todavía constatan entre la clientela una gran preferencia por los espacios abiertos. "Lo cogemos por no perderlo", asume. Pero se pregunta qué pasará en invierno. "Esperemos que sea positivo", dice, con el ejemplo de la de Poblenou, donde a la acera han sumado un módulo en calzada de cuatro mesas.

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