En el Poble-sec

Temor al desalojo sobre un presunto refugio de la Guerra Civil en Barcelona

Un grupo de inquilinos se moviliza ante la compra del edificio en el que residen y advierte que las obras que se planifican amenazan un posible búnquer

Inquilinos de la calle Tapioles, 15, en Barcelona, que temen ser desalojados tras la compra de la finca por un nuevo propietario.

Inquilinos de la calle Tapioles, 15, en Barcelona, que temen ser desalojados tras la compra de la finca por un nuevo propietario. / JORDI COTRINA

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

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Un pulso está a punto de librarse en un bloque de 15 viviendas del Poble-sec. Es la misma disputa vista a menudo en Barcelona, con los inquilinos temerosos de ser expulsados por el nuevo propietario y el activismo movilizado por lo que intuye como una operación con pretensiones especulativas. Al consabido episodio de los continuos desvelos por la vivienda en la capital, se añade alguna particularidad en el número 15 de la calle Tapioles. Los vecinos advierten que las obras que planea la inmobiliaria que adquirirá el inmueble, Second House, podrían destrozar un presunto refugio de la Guerra Civil que se esconde en el sótano. Además, creen que la reforma integral que se prevé por la detección de supuesto riesgo por aluminosis es un subterfugio para revalorizar las viviendas antes de echar a los inquilinos de los domicilios y venderlos más caros.

“Los pisos no tienen ningún problema por dentro. Vinieron a ver mi casa en agosto y está perfecta”, comenta Berta, a quien el alquiler le vence el próximo marzo. “No me aseguran nada. Una representante de la nueva propiedad me dijo que estuviera tranquila, porque no dejan a nadie en la calle, y que tendría prioridad para comprar el piso. Si no, me buscarían otro sitio. Pero no quiero irme de aquí ni estoy en condiciones de comprar”, aduce la inquilina. Un piso ahora en venta en la escalera se tasa en 310.000 euros.

Por su parte, Second House asegura que atenderá “de forma individual” la situación de cada inquilino. La empresa se reunirá este jueves con los arrendatarios, que cuentan con el respaldo del Sindicat de Llogateres. 

Un pedazo de historia

“Nos dijeron que iban a reformar y vender”, añade Tomo, que llegó hace dos décadas a la comunidad, bien avenida ante un cambio que los contraría. Igual que él, hay otros tres inquilinos con el contrato vencido y dos más que pueden sumarse en los próximos meses. “Mi contrato acabó en abril y renuevo mes a mes. Es precariedad absoluta. Hay también vecinos de renta antigua. A alguno le han ofrecido una indemnización de 80.000 a 100.000 euros”, asegura Tomo, que ejerce de cicerone para mostrar el posible refugio que la comunidad oculta.

“Había más como estos en el Poble-sec, que fue muy bombardeado, pero muchos se tapiaron. Es un trozo de historia de la ciudad que debe conservarse”, defiende. Los inquilinos alertan de que la construcción de un ascensor que Second House planifica con la remodelación podría destrozar el subsuelo, por lo que reclaman que el Ayuntamiento de Barcelona intervenga para certificar si el debe catalogarse y permanecer intacto. 

Tomo, en el sótano del edificio de la calle Tapioles, 15, en Barcelona, que se cree que pudo acoger un refugio antiaéreo.

Tomo, en el sótano del edificio de la calle Tapioles, 15, en Barcelona, que se cree que pudo acoger un refugio antiaéreo. / JORDI COTRINA

“Hemos encontrado documentación en un archivo. Un arqueólogo que lo ha examinado dice que la tipología coincide con los que se construyeron y que pudo estar conectado con el refugio de la iglesia que tenemos enfrente, la de Santa Madrona”, añade Rodrigo, residente en la misma finca. El estudio que los vecinos poseen concluye que la forma del sótano, la bóveda catalana intacta o el suelo de tierra batida son indicativas de que pudo estar conectado con la red de búnqueres subterráneos del entorno. También queda el rastro del hollín en los muros por el uso de lámparas de aceite, “como si alguien hubiese pasado tiempo iluminándose ahí abajo”, apostilla Rodrigo. 

Second House responde que ha sabido del posible cobijo antiaéreo en los últimos días a través de los vecinos. Asegura que los técnicos de la empresa habían consultado antes el Archivo Histórico de Barcelona y no encontraron información al respecto. “En caso de que se confirme la existencia del refugio, realizaremos un nuevo análisis”, se compromete la firma.  

Discrepancias por la aluminosis

Aparte, la inmobiliaria afirma que ha detectado que el bloque padece aluminosis. “Alguna viga ha desarrollado la patología pero aún no sabemos el alcance”, señala. En cambio, los vecinos son escépticos. Les angustia no poder regresar a casa si son desalojados por las obras.

“No es lo mismo que se edificara con cemento aluminoso o que haya aluminosis. Según los arquitectos que hemos consultado, la futura propiedad quiere reforzar la estructura del edificio sin motivo”, sostienen los vecinos de Tapioles, 15. “No parece que haya problemas estructurales. Hay que estudiarlo con cuidado, pero no es un problema generalizado”, blanden los arrendatarios, que sospechan que la remodelación es un “maquillaje” con “un gran presupuesto para repercutir el coste a los inquilinos, subir el valor de los pisos y lavarse las manos para venderlos”. 

Second House subraya que la reforma estará guiada por “técnicos competentes para evitar futuros riesgos personales y materiales”. “Salir de la finca nos incrementaría el alquiler en 200 o 300 euros”, alertan los afectados. El ayuntamiento tiene pendiente evaluar el caso e iniciar una mediación “para evitar la expulsión de vecinos”, remarca.