Nou Barris

El nuevo mercado de Montserrat empieza al fin las obras para abrir a mediados de 2024

La pandemia ralentizó la burocracia y pospuso el arranque dos años

Recreación virtual del futuro mercado de Montserrat, con la plaza remodelada

Recreación virtual del futuro mercado de Montserrat, con la plaza remodelada / Autor: Ayuntamiento de Barcelona

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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El mercado de Montserrat, uno de los más destacados del distrito de Nou Barris, ha empezado este septiembre las obras de construcción del edificio que sustituirá al actual. Unos trabajos muy esperados y que arrancan con dos años de retraso. La pandemia ralentizó la burocracia y el estreno saltó de mandato: hoy la previsión es que abra puertas el segundo trimestre de 2024.

El nuevo equipamiento, situado entre los barrios de Roquetes y Trinitat Nova, tendrá más de 10.000 m2 repartidos en 4 plantas y recibe una inversión de 14 millones de euros. Este viernes han visitado las obras el teniente de alcaldía Jaume Collboni; la concejala de comercio Montserrat Ballarín, y el concejal de Nou Barris, Xavier Marcé. En una comparecencia ante los medios en la que también han anunciado la nueva iniciativa de ofertas cada jueves en los 39 mercados alimentarios de la ciudad.

El de Montserrat es uno de los mercados más anticuados de Barcelona. Abrió en 1950 para abastecer el boom demográfico que vivía la periférica norte de la ciudad y se construyó al estilo desarrollista, es decir con los materiales, técnicas y prisas propios del momento. Las mejoras realizadas durante los años 90 no incluyeron climatización y tiene un buen número de paradas vacías. Como sucede con cada reforma, la inversión requerida y la falta de relevo generacional reducirán substancialmente las paradas. De las 70 existentes hoy –que no en activo– quedarán solamente entre 22 y 23.

Dos plantas bajas

El proyecto arquitectónico lo firma ONA Arquitectes y tiene su complejidad porque el nuevo edificio se alza sobre una parcela en pendiente, donde hasta ahora había un gran aparcamiento al aire libre y juegos infantiles. Por ello, tendrá dos plantas bajas cada una con un acceso al nivel de la cota del exterior. La planta baja inferior (entrada por Aiguaviva) será para un supermercado y la superior (entrada por la plaza), para las paradas del mercado.

Los dos subterráneos también tendrán usos diferenciados: el más profundo (-2) será para la logística y el más superficial (-1) tendrá un parking de pago de 1.570 m2 para el público. En el altillo es mucho más pequeño y contendrá solo despachos y salas para talleres o reuniones. En la cubierta está previsto algún tratamiento vegetal, que será visible desde los balcones que rodean la plaza.

“Es una obra muy esperada, que está dentro de la ola de reformas de mercados de proximidad este mandato”, ha subrayado Collboni, en rueda de prensa, citando las obras de Sant Andreu, Horta o Besòs. Ha augurado que los clientes notarán “una mejora muy importante de la experiencia de compra y de la accesibilidad” porque será un edificio “de ultimísima generación”.

Renovación de la plaza

Cuando los vendedores se muden al nuevo mercado, el viejo edificio se derribará. No habrá necesidad, pues, de ninguna carpa provisional. Los arcos de la estructura vieja se salvarán, reconvertidos en umbráculo y como elemento singular del paisaje del barrio.

La plaza en la que se sitúan los dos edificios vivirá también una intensa transformación e incorporará un equipamiento de barrio, aunque más adelante, en una segunda fase de obras. La manzana está rodeada por la transitada Via Favència y las calles Aiguablava, de les Torres y Camí Vell de la Pedrera.