Sector clave

El centro de Barcelona lanza un SOS por su modelo comercial

Uno de los locales de New-Phono, en liquidación estos días, antes de bajar la persiana en la calle Ample.

Uno de los locales de New-Phono, en liquidación estos días, antes de bajar la persiana en la calle Ample. / JOAN CORTADELLAS

Patricia Castán

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El último establecimiento emblemático en caer ha sido New-Phono, el templo para melómanos de la calle Ample datado de 1906 (con historia previa en la calle de Ferran), donde estos días se liquidan fantásticos instrumentos musicales antes de bajar la persiana. A falta de conocer su recambio, se acrecienta la angustia de las asociaciones de comerciantes de Ciutat Vella, que observan la pérdida sin pausa del patrimonio comercial más arraigado, pero que además tiemblan ante cada potencial relevo. Y es que las tiendas con identidad --especialmente frágiles porque sus ventas (no masivas) son incompatibles con los alquileres de la zona y los efectos de la crisis sanitaria--, están dando paso sobre todo al comercio de artículos o servicios enfocados sobre todo en el turismo de masas, sin aportar ningún valor añadido al centro de la ciudad.

El caso de New-Phono, que tras cuatro generaciones de la familia Massó al timón logró un digno sucesor en 2019 con la empresa Tico Música, de modo que mantuvo el tipo de actividad y el nombre, es paradigmático. El confinamiento les cogió casi recién instalados en la zona, donde daban el salto a la venta minorista. Pero tanto cierre y caída de público, junto a la vertiginosa competencia de internet, les han causado estragos. Su alquiler no ha aumentado ni era abusivo, aunque sí ha finalizado la rebaja de tiempos de pandemia, sin que las ventas fueran a la par, indican a este diario fuentes de la empresa.

En la actualidad, la tienda se componía de tres locales contiguos bajo el mismo nombre. El catálogo del Patrimonio arquitectónico, histórico-artístico y paisajístico de los Establecimientos emblemáticos de Barcelona (2016) impulsado por el ayuntamiento lo sitúa en la categoría E2, por su interés (elementos de fachada y algunos expositores modernistas), y alude también a la importancia de la actividad: de la venta de gramófonos hace un siglo, a música clásica, alcanzando un 'boom' en los años 60, cuando el éxito del rock (y los Beatles) disparó la demanda de guitarras eléctricas y amplificadores. Y de allí hasta la fecha, entre álbumes e instrumentos.

La antigua cervecería Baviera de la Rambla está a punto de iniciar una nueva etapa bajo el paraguas del hotel Yurbban Rambla.

La antigua cervecería Baviera de la Rambla está a punto de iniciar una nueva etapa bajo el paraguas del hotel Yurbban Rambla. / JOAN CORTADELLAS

"La calle Ample ha sufrido muchos cambios, hay poca conciencia de barrio, mucho residente temporal extranjero y muchos emblemáticos han cerrado", añade la misma fuente. No ayuda que uno de sus actuales espacios de más afluencia sea el Museo del Hash (donde se venden marihuana y hachís). Pero el caso se repite una y otra vez. Como informó hace unas semanas este diario, la calle de Comtal (que desemboca en Portal de l'Àngel) es un caso clamoroso. La mudanza de la Casa del Bacallà (entre otros, desplazado a la calle de las Moles) y el cierre del herbolario Agricolia, han dado paso a estos días a un negocio de manicuras y otro colmado, en un vial plagado ahora de tiendas tipo suvenir o de bajo perfil, en manos de emprendedores foráneos.

Ley y trampa

La normativa prohíbe explícitamente abrir más establecimientos de recuerdos, pero hecha la ley hecha la trampa: son muchos los empresarios que montan regalos o presunta artesanía, o que bajo el epígrafe de comercio textil (que limita a un 20% las piezas tipo suvenir) incorporan camisetas de relleno para acabar vendiendo esencialmente las que imprimen el panot u otros iconos de Barcelona. "Una camiseta del Barça es suvenir pero una del Espanyol se puede considerar que no", ironiza un vendedor.

"No puede ser que no se tomen medidas para frenar la pérdida de tiendas arraigadas y que estas se vean sustituidas por modelos de negocio estacionales, repetitivos y de baja calidad, qué no dan servicio ni al barrio ni a la ciudad", reflexiona Teresa Llordés, presidenta de Barna Centre, la red que integra al comercio del Gòtic. "El centro se está convirtiendo en un no-lugar (como un destino clonado), con un tejido vecinal y comercial castigado a irse a otros barrios", añade. Otro caso reciente, La casa de les Sabatilles, cerrado hace unos días en su enclave histórico de la Baixa de la Llibreteria tras una larga batalla judicial con la propiedad, protagonizará su pequeño milagro en breve, al haber alcanzado un acuerdo para iniciar una nueva etapa en la calle de Freneria, 3. "Encontrar un nuevo local ha sido una carambola extraordinaria", confiesa esperanzado su titular, Joan Carles Iglesias. El arquitecto Alberto Mejías, precursor de la defensa y protección de los emblemáticos, está detrás del asesoramiento y empuje a muchos supervivientes.

La Rambla, que este año afronta por fin su esperada reforma urbanística, ilustra y magnifica el riesgo de cada cambio y las deficiencias de la normativa. Después de que la tienda Musical Emporium fuera sustituida por una ventanilla de cambio de moneda, manteniendo la estética y rótulo, pero con esa perversión comercial, todo parece posible. Espoleó de hecho la necesidad de proteger también las actividades (como patrimonio inmaterial, más allá del físico) de los emblemáticos, en una iniciativa impulsada por el PSC desde ayuntamiento y Govern, pero que aún no se ha materializado en la calle.

La Casa de les Sabatilles, recién cerrada, se podrá mudar a la calle de Freneria.

La Casa de les Sabatilles, recién cerrada, se podrá mudar a la calle de Freneria. / JOAN CORTADELLAS

Con decenas de tiendas cerradas incluso tras lo peor de la pandemia, había incertidumbre sobre el devenir de la Rambla y su anhelada mejora comercial. Y los cambios en el eje turístico más transitado de la ciudad se están saldando con una de cal y otra de arena. Entre los establecimientos con el objetivo de un relevo que levante el listón figuran dos del ámbito de la hostelería. El primero fue el caso del antiguo Viena, rehabilitado con elegancia y esmero como Barra&Art, conservando elementos de fachada, mobiliario, cristaleras serigrafiadas con motivos florales, techos y hasta el mostrador, pese a ser modificado tras su primera vida comercial (la antigua Casa Mumbrú, charcutería que albergó en el siglo XIX). Ofrecer "tapas de calidad, vinos y buena coctelería" es un reto en ese territorio. Su belleza, de hecho, parece imponer a muchos visitantes que eligen las terrazas y sus cervezas de litro a precios estratosféricos.

El antiguo Viena, convertido en Barra&Art, en la Rambla.

El antiguo Viena, convertido en Barra&Art, en la Rambla. / JOAN CORTADELLAS

También está a punto de despegar la que fuese la histórica cervecería Baviera, junto a Canaletes, en plena fase de renovación de la mano del hotel boutique Yurbban Rambla, que ocupa hace unos meses un edificio catalogado de 1889, tras una efímera apertura lastrada por la crisis del coronavirus. Fuentes del hotel destacan su "alma local" y su reto de amplificar la cultura autóctona, a través de la obra de artistas y estudios de Barcelona, que impregnan tanto espacios comunes como habitaciones. Con un increíble aislamiento acústico, el establecimiento situado en pleno meollo es un oasis de silencio, rematado por vistas panorámicas de la Rambla desde su terraza. El proyecto de su nuevo espacio gastronómico, de cervecería y restaurante de calidad, es visto por asociación Amics de la Rambla como otro brote verde, dada la degradación que había ido sufriendo el Baviera desde hace años.

Futuro incierto

Pero otros recambios en el vial, más centrados en la explotación intensiva con restauración anodina e incluso terrazas desmedidas que incumplen la normativa no han tenido un aterrizaje aplaudido por la patronal. Entre los vecinos del entorno alarma también la creciente oferta comercial vinculada al sexo. Son ya cuatro los establecimientos tras la tienda del Museo erótico de Barcelona y, hace apenas unos días, No Taboo (antes una tienda de ropa), a cuya entrada una pizarra anuncia "very interesting excursions in the sex shop" para mayores de 18 años. El ayuntamiento no ha aclarado en qué situación administrativa y de licencias está el local.

El nuevo 'sex-shop' de la Rambla que ha provocado quejas vecinales.

El nuevo 'sex-shop' de la Rambla que ha provocado quejas vecinales. / JOAN CORTADELLAS

Hay poco conocimiento y seguimiento en el distrito de Ciutat Vella de lo que acontece tras cada cierre importante, sea de un emblemático o de una ubicación destacada. La regulación europea sobre el libre comercio se domestica a veces con planes de usos territoriales, restrictivos con la hostelería y algunas actividades (locutorios, suvenires, tiendas con degustación...) pero sin una política municipal que apoye y potencie realmente los negocios de calidad, autóctonos o con identidad diferencial respecto al centro de otras grandes ciudades. "No hay soporte para su supervivencia cuando están amenazados", lamenta Gabriel Jené, presidente de la patronal Barcelona Oberta que aúna a los ejes más céntricos.

Obras en el antiguo herbolario del 18 de la plaza Reial, que el empresario Joan Mas resucitará con hierbas, degustación y espacio de cultura viva..

Obras en el antiguo herbolario del 18 de la plaza Reial, que el empresario Joan Mas resucitará con hierbas, degustación y espacio de cultura viva.. / JOAN CORTADELLAS

También había recelos sobre el futuro del espacio que ocupó la bicentenaria camisería Xancó, tras dos años de cierre, dado que su nuevo titular explota tanto negocios de artesanía, como una tienda erótica en la calle de Escudellers. Finalmente, tras las obras que llevan a cabo (como informó este diario) se destinará a la venta de cerámica (Art Escudellers), enfocada sobre todo al visitante. Por contra, el herbolario del 18 de la plaza Reial volverá en breve a la vida de la mano del empresario Joan Mas (dueño del Jamboree), que ha logrado por fin licencia para despachar hierbas con degustación y para espacio de "cultura viva", donde se permiten exposiciones (aquí de fotos) y un numero limitado de actuaciones musicales.

Otra antigua herboristería (Farran) en el pasaje de Bacardí, anexo, que luego se conviertió en almacén, también resurgirá comercialmente en breve como centro de tatuajes, galería de arte alternativo y degustación, en este escenario de cambios.

Actuar primero en el espacio público

El presidente de los comerciantes de la Rambla, Fermín Villar, apunta que el enfoque de una parte de la iniciativa privada es consecuencia de la falta de intervención municipal en las calles. "Hay que recuperar el espacio público antes que el privado". Y alude a la venta otra vez disparada de latas de cerveza y cannabis en plena calle en cuanto anochece. "La administración está desaparecida", acusa. "Las ilegalidades hacen bajar la media comercial del mercado", con una oferta comercial afín, sostiene.

También es determinante el imparable auge de la venta por internet y los cambios de estrategia de las grandes marcas de mercado, con menos puntos de venta. Un ejemplo claro es la calle de Portaferrissa, con una quincena de cierres en la actualidad y un panorama incierto ante el repliegue de muchas firmas y franquicias.

Llordés agrega que la problemática afecta sobre todo al Gòtic, "pero se debe entender que estamos ante un problema de ciudad". Y lo subraya "no solo porque la degradación comercial impacta en toda Barcelona", sino porque también repercute en "la especulación respecto el mercado de alquiler, los costes de los servicios públicos o el conflicto social derivado de la falta de cohesión". Esta entidad reclama medidas urgentes: "Es un problema que no se puede seguir negando y ante el qué hace falta actuar.

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