Cambios en un eje turístico
El local de la bicentenaria camisería Xancó de la Rambla reabrirá para vender cerámica
Tras dos años y medio de persianas bajadas, el establecimiento que destacaba en el catálogo de emblemáticos iniciará una nueva etapa con un enfoque más turístico
Patricia Castán
Periodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
Patricia Castán
En diciembre de 2019 este diario avanzaba una de las defunciones comerciales más sonadas del centro de Barcelona: la bicentenaria camisería Xancó de la Rambla cerraría antes de acabar el año. Pese a su cotizado enclave, el negocio ha permanecido dos años y medio con las persianas bajadas y sin relevo. Todo el mundo se preguntaba qué podía encajar en un local inaugurado en 1820, que destaca en la nómina de establecimientos emblemáticos de la ciudad y que conserva su fantástico mobiliario de 1912. La respuesta final es una tienda de cerámica artesanal de toda España, de la cadena Art Escudellers, con otros cinco negocios en el mismo barrio Gòtic. Se incrementa así la nómina de comercios enfocados sobre todo al turismo.
El caso de Xancó, en el 78 de la Rambla, incrementó la preocupante cuota de cierres de tiendas históricas en Ciutat Vella, en ocasiones por los aumentos de los alquileres, o por la falta de relevo generacional, por la pérdida de rentabilidad en un entorno tan tematizado turísticamente o la falta de apoyo institucional. Lo inesperado era que tardase tanto en encontrar nuevo inquilino, porque en su camino se cruzó el inicio de la pandemia, que desertizó comercialmente la zona. Durante todo ese tiempo el establecimiento ha mantenido el cartel que anunciaba su disponibilidad (por 11.000 euros mensuales en 2020), sin encontrar novio y con continuas pintadas que castigaban sus persianas.
Apertura inminente
La comercialización la gestionaba la firma Laborde Marcet, quien unos años atrás vendió todo el edificio a una socimi de capital mexicano y parcialmente local, y trató de buscar el mejor de los perfiles para el alquiler. Pero finalmente el nuevo arrendatario se desmarcó de esta mediación y ha firmado directamente con la propiedad, señalan fuentes próximas a la negociación. Las obras para su nueva actividad ya están en marcha, confirman desde Art Escudellers, que abrirá así la que será su sexta tienda en el corazón de Ciutat Vella.
En su web este operador se define como "una empresa joven y dinámica". "Nos proponemos potenciar al máximo la artesanía producida principalmente en España (...). Trabajamos en Barcelona desde 1997 de manera continua para dar a conocer y acercar la artesanía y los gremios tradicionales de producción cerámica tanto al público nacional como internacional", relatan. Afirman contar con piezas populares pero también otras únicas. Irrumpieron en la calle de Escudellers, y hasta ahora tienen presencia también en Banys Nous, Petritxol, Avinyó y plaza del Àngel. Enclaves, todos ellos, donde el comprador turista tiene gran peso.
El arquitecto Alberto Mejías, que en 2004 fue fundador de Emblemàtics Barcelona, suele apoyar y asesorar a los titulares de comercios históricos con problemas de continuidad para que no se pierda ese legado patrimonial, tanto físico como de actividad. En la Camiseria Xancó se ocupó de inventariar todo el mobiliario centenario justo antes del cierre, recuerda, ya que al formar parte del catálogo de establecimientos emblemáticos el ayuntamiento exige que se preserven los elementos protegidos, entre los que figuraban sus fantásticas estanterías y mostradores de hace más de un siglo, así como su caja registradora. El experto reivindica más apoyo del ayuntamiento para la preservación del patrimonio comercial, para que se frene la sangría de tiendas con identidad histórica.
Xancó mantenía todo es mobiliario desde 1912, cuando se reformó el comercio, inaugurado casi cien años antes. A la muerte del fundador, Antoni Cotchet, fue el empleado Josep Xancó quien tomó las riendas y propulsó un próspero negocio que mantuvo vivo su saga. Tristán Xancó representó la cuarta generación y atesoraba una trastienda igualmente valiosa, mientras que su mujer, Pilar Satta, reinó tras el mostrador durante medio siglo, hasta un cierre que hizo mucho daño en la Rambla.
El presidente de Amics de la Rambla, Fermín Villar, aplaude la reapertura, teniendo en cuenta "lo que ha sufrido el eje", las persianas que siguen bajadas y lo complejo que resulta reactivar un local histórico con ese nivel de protección y condicionantes. Señala que la marca de artesanía está muy consolidada en el Gòtic y que al menos su actividad podrá encajar con el interiorismo centenario.
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