POBREZA EXTREMA

Una quinta parte de las personas sin techo llegaron a la calle en Barcelona durante la pandemia

La Fundació Arrels desgrana los datos de una encuesta realizada a 367 personas sin hogar de la capital catalana que revela que el 22% de ellas no había dormido nunca en calle antes de marzo del 2020

Más del 80% de los encuestados asegura no haber utilizado las plazas de emergencia ofrecidas por el ayuntamiento y ocho de cada diez son migrantes

Homenaje a la tercera persona sin techo fallecida en Barcelona en pocos días.

Homenaje a la tercera persona sin techo fallecida en Barcelona en pocos días. / ÁLVARO MONGE

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Después de la muerte de tres personas que dormían en la calle en la capital catalana en solo ocho días, en plena Europa, en pleno invierno y en plena tercera ola de la pandemia, la Fundació Arrels ha hecho público este miércoles un comunicado en el que desgrana datos de la encuesta que realizó a finales de noviembre a 367 personas que dormían al raso en la ciudad para preguntarles, entre otras cosas, cómo estaban viviendo la crisis del coronavirus. El 22% de los encuestados les explicó que era la primera vez que se encontraban en situación de calle y más del 80% no había utilizado las plazas de emergencia habilitadas por el ayuntamiento.

Que una quinta parte de las personas que viven en la calle en Barcelona haya comenzado a vivir en la calle en el contexto de la pandemia no es porcentaje superior al de años anteriores; siempre que Arrels sale a hacer encuestas conoce a personas que hace poco tiempo que viven al raso, pero es un dato que, a ojos de la fundación, "pone de manifiesto que hay carencias en el sistema de prevención y protección social". "En el contexto de pandemia, el sistema ha seguido fallando a pesar de la llamada al confinamiento, y hay muchas personas que han perdido su casa y se han sumado a las personas que ya se encontraban en esta situación", denuncian desde la fundación.

Deterioro rápido

El informe de Arrels apunta también que las personas que han empezado a vivir en la calle desde el inicio de la pandemia hace, de media, cuatro meses que están en esta situación. "Este tiempo de estancia en la calle puede parecer corto en relación a trayectorias mucho más largas, pero se traduce en un grave y rápido deterioro de la situación de la persona", alerta la entidad, que advierte de que desde su centro abierto observan desde hace meses los efectos de la crisis social vinculada al coronavirus: personas que se han quedado sin trabajo y hogar y dificultades para acceder a los servicios sociales y obtener una respuesta rápida.

Hacen también desde Arrels una necesaria radiografía de estas nuevas personas sin techo. Ocho de cada 10 personas que han comenzado a vivir en la calle desde el estallido de la crisis del coronavirus son migradas (y un 55% de países extracomunitarios). "El contexto de crisis consolida un incremento de las personas migradas que se encuentran en situación de tener que vivir en la calle, que observamos desde los últimos años (de un 66% en 2016, a un 71% este 2020 y hasta un 78% entre las que llevan menos de nueve meses en la calle)", prosigue el informe, que subraya también que solo el 11% de las personas que viven en la calle en Barcelona les explicó que en algún momento se protegieron en los equipamientos de emergencia que el ayuntamiento abrió desde finales de marzo por la covid-19, el estado de alarma y el confinamiento. Según los resultados de esta encuesta, hasta un 83% de las personas entrevistadas no utilizaron esas plazas, ya que, según indica el informe, "en su mayoría no daban respuesta a las necesidades y situación compleja de muchas personas que viven en la calle". En cambio, prosigue la nota, estas sí sirvieron para prevenir nuevas situaciones de sinhogarismo: según el ayuntamiento, un 40% de las personas alojadas no vivían previamente en la calle.

Las personas que explican que sí que accedieron estuvieron, de promedio, casi dos meses: un 37% en la Fira de Barcelona y el resto en otros espacios. Proporcionalmente han tenido más acceso a los alojamientos las mujeres que los hombres (un 19% de las mujeres y un 9% de los hombres); y las personas nacidas en el Estado español también han pernoctado en mayor medida que las migradas (afirman haber accedido un 15% de las personas nacidas en el Estado español, un 10% de las de países comunitarios y un 9% de países extracomunitarios).

La pandemia ha agravado la situación de las personas que viven en la calle en Barcelona y las mujeres han sido especialmente afectadas: más de un 60% afirman que están peor que antes del inicio de la pandemia (un 45% entre los hombres).